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Mié, Abr
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Ante el comienzo de la 25 edición del FSP, la Subcomisión de este espacio confeccionó una declaración en la que analiza el actual contexto, fija postura y propone una rica agenda de debate para la cita que –acierre de esta edición- tiene lugar en Caracas.

De cara a la 25 edición del Foro de San Pablo (FSP), que del 25 al 28 de julio, va a reunir en Caracas a representantes de alrededor de 120 organizaciones sociales y partidos de izquierda, la Subcomisión de este espacio que –entre otras fuerzas- suma al Partido Comunista de Argentina dio a conocer los objetivos estratégicos que se propondrán durante la cita de la capital venezolana.

Las propuestas que se incluyen en una declaración titulada Manifiesto de Caracas por la Paz, la Soberanía y la Prosperidad de Nuestra América, destacan la necesidad de “impulsar una nueva correlación de fuerzas en el continente, capaz de conformar un bloque político que preserve los espacios de poder conquistados y derrote la política del imperialismo en América Latina y el Caribe”.

También la de elaborar y desarrollar un plan de lucha común a escala continental, “articulado entre los partidos progresistas, revolucionarios y en general, de izquierda y los movimientos sociales, que tengan como eje las luchas reivindicativas, políticas y culturales de los pueblos, y la solidaridad con la Revolución Bolivariana y con todas las fuerzas en lucha a nivel continental y mundial, en la perspectiva de construir el Frente Antiimperialista Internacional”.

Asimismo, se propone avanzar en consensos vinculados a la preservación de la paz en la región, tal como lo postuló la Cumbre que la Celac realizó en La Habana durante 2014. En este sentido, se reafirmó el rechazo a la militarización del continente y la presencia de bases de la Otan.

Otros de los puntos señalan que es preciso “promover el socialismo como la alternativa de los pueblos ante la crisis general del capitalismo” y la necesidad de “diseñar un plan orientado a obtener victorias político-electorales” en los países de la región.

Y se recalca que el Foro “reivindica el derecho de los pueblos al empleo de todas las formas de lucha de masas en la defensa de los gobiernos antiimperialistas, su soberanía e integridad territorial”, ante la arremetida del imperialismo y “el uso de la violencia reaccionaria contra las conquistas populares y de la clase trabajadora” que se verifica en América Latina.

Por eso, insiste con que es preciso promover mecanismos de solidaridad y complementariedad, que reimpulsen alternativas de integración regional mediante el intercambio en materia económico-productiva entre los partidos políticos y movimientos sociales que integran el FSP, articulando con gobiernos progresistas que coincidan con los objetivos planteados por el Foro.

Y se hace hincapié en que se debe impulsar la conformación de “diversas formas organizativas que promuevan y articulen la solidaridad con Venezuela y con todas las luchas desarrolladas por los pueblos, sus organizaciones políticas y sociales, y gobiernos progresistas” de la región.

Así como “apoyar solidariamente el panafricanismo, como mecanismo de lucha contra el imperialismo, el neoliberalismo y como precursor de un mundo pluripolar”, al tiempo que se señala que es necesario promover la constitución de un movimiento indígena continental “que asuma un enfoque anti-imperialista y levante las banderas contra el neocolonialismo”.

 

Contexto

 

“La internacionalización del capital se expande en un proceso creciente de monopolización transnacional de la economía mundial, tal cual corresponde al carácter imperialista de la actual fase del capitalismo, en el marco de una complejidad geopolítica marcada por tensiones, conflictos y guerras”, destaca el Manifiesto a la hora de describir el escenario geopolítico mundial que sirve de contexto al encuentro del Foro.

Y recalca que, desde el gran capital, “se replantean las formas de viabilizar el modelo y reestructuran su correlación de fuerzas en función de su mantenimiento”, lo que transita junto “al intento de los sectores más reaccionarios por frenar las luchas de las clases trabajadoras de la ciudad y el campo”, lo que viabiliza que el fascismo recobre terreno como una “alternativa para imponer el neoliberalismo”, también en nuestra región.

Y recalca que, con este telón de fondo, es preciso que los pueblos enfrenten al imperialismo, “particularmente al norteamericano, en todos los terrenos y utilizando todas las formas de lucha de masas”.

Asimismo, en lo que hace a la situación regional, advierte que el Imperio no descarta el uso de la fuerza de forma abierta, dentro de su diseño estratégico que se conceptualiza en la “Guerra No Convencional”.

Esos planes de guerra “se expresan en el fortalecimiento militar de EE.UU. en Colombia, la adhesión de ese país a la Otan, la futura reactivación de la Base de Manta e instalación de otra en Islas Galápagos”, entre otras iniciativas que señalan que “el imperialismo estadounidense recuperó la iniciativa injerencista en la región y ha pasado a la ofensiva”.

En esta dirección señala que en Venezuela se ejecuta un plan integral y multifacético de guerra no convencional, que pretende consolidar y ampliar “una estrategia dirigida a ejercer el control total de la Amazonía y el arco energético andino”.

Y resalta que en Venezuela “colisionan la imperialista Doctrina Monroe frente al Ideario Bolivariano de unidad latinoamericana-caribeña, el neocolonialismo y la independencia, la sumisión y la dignidad, el neoliberalismo y el progresismo revolucionario, la guerra y la paz”, lo que ubica a ese país “como centro de gravedad de la geopolítica de la América Latina y el Caribe”.

Por eso “se implementa un plan para derrocar al Gobierno Bolivariano como primer paso para exterminar al chavismo, demás corrientes antiimperialistas, acabar con sus organizaciones partidistas, golpear a los movimientos sociales y a las expresiones organizadas del Poder Popular, para imponer un gobierno reaccionario al servicio del saqueo de las riquezas nacionales y la liquidación de las conquistas sociales, económicas, políticas y culturales alcanzadas por el pueblo”.

De ahí que, insiste, “el asalto contra Venezuela es un ataque contra un proceso político basado en la diversidad de movimientos sociales y partidos políticos que de forma unitaria apuntalan la independencia y propugnan el socialismo”.

Y recalca que “defender a Venezuela es defender a Nuestra América, evitar una agresión militar en su contra es erradicar la posibilidad de la guerra en el continente”.

 

Agenda

 

En este contexto, los partidos políticos de la delegación de Venezuela que asistirán al FSP, propusieron una agenda que se organice una conferencia internacional “para promover el respeto al derecho internacional, impedir la aplicación de medidas coercitivas unilaterales y coadyuve a neutralizar su pretendido carácter extraterritorial, contrarrestando así los múltiples efectos de la agresión imperialista contra los pueblos y determine aquellas acciones que constituyen delitos de lesa humanidad, que puedan ser denunciados como tales ante las instancias internacionales competentes”.

También postulan que el Foro respalde “de manera decidida” a la propuesta de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad, capítulo Venezuela, que denuncia las agresiones que perpetra el Imperio contra el pueblo bolivariano.

Y, en esta dirección, sugiere que se acepte la propuesta de la Cátedra Permanente Bolívar vs. Monroe, “como espacio para el estudio e investigación de la realidad de la región”, al tiempo que se impulsa un plan unitario de lucha contra el colonialismo vigente en Nuestra América.

Otra de las propuestas consiste en profundizar los esfuerzos de los pueblos y gobiernos, partidos políticos y movimientos sociales que componen el FSP, “para sostener y mantener en alto las banderas de la unidad e integración latinoamericana y caribeña”.

Esto, recalca, es “condición necesaria para el desarrollo soberano e independiente de nuestras economías, avanzar en la liberación nacional y abrirle perspectivas ciertas a la construcción del socialismo en nuestro continente” que –insiste- debe retomar “el rumbo de la cooperación, la solidaridad, la complementariedad y ayuda mutua entre las naciones, a fin de encarar los grandes problemas del desarrollo independiente capaz de superar las condiciones de pobreza y desigualdades propias de la sociedad capitalista dependiente latinoamericana y caribeña”.

De ahí que también se ratifique la línea de inclusión social desplegada por gobiernos progresistas del área, “que es una de las columnas vertebrales de las políticas del movimiento popular del continente”.

Por eso, destaca que es preciso que se asuma la unidad en la diversidad de los partidos y movimientos sociales miembros del Foro, “como un componente esencial para pasar a la ofensiva y recuperar espacios de gobierno en la región”.

Y se hace hincapié en que los partidos de Venezuela que participan del encuentro, asumen “la tarea de trabajar intensamente por la unidad de todas las fuerzas populares y patrióticas, paso decisivo para alcanzar la paz, la soberanía y la prosperidad de nuestros pueblos”.