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Mar, Abr
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El presidente del Partido Comunista de Chile dialogó con Nuestra Propuesta y analizó el conflicto que vive el país vecino.

 -El pueblo chileno se agotó del ajuste, tomó las calles y el gobierno respondió con una brutal represión, ¿Cómo está la situación a estas horas?

 

Hay cosas que vienen desde la dictadura. Lo que pasa es que este gobierno colmó la gota con sus medidas antipopulares. Piñera llegó planteando trabajo digno, mejoramiento de pensiones y se empeoró todo.

Esto fue un estallido social. El gobierno cortó derechos y se metió con la electricidad, el combustible y los pasajes del transporte público: eso fue el detonante que le da inicio al estallido. Allí la gente empezó a no pagar el metro. El gobierno salió con un discurso que no tuvo en cuenta las necesidades de la gente y la represión de las Fuerzas Armadas elevó la indignación popular. La masividad de las protestas es impresionante y se da en todo el país.

 

-Ante la profundización del malestar social, ¿Cómo ve la reacción de la oposición partidaria?

 

La oposición aquí estaba muy dispersa. La Democracia Cristiana votaba los proyectos del gobierno y ahora eso se modificó, lo que cambia las cosas ya que eran medidas que favorecían directamente a los empresarios. El conjunto de la oposición va a exigirle a Piñera que uno de los elementos principales para establecer un diálogo, sea la introducción del plebiscito en la Constitución. Es muy difícil que suceda, pero si eso se mantiene como una propuesta opositora es importante, ya que el pueblo en las calles está exigiendo la renuncia de Piñera y una reforma constitucional.

 

-¿Y qué pasa con los movimientos sociales?

 

 Hay que valorar la Mesa de Unidad Social en donde están organizaciones sindicales, sociales, los movimientos feministas y múltiples sectores. Aquí estamos planteando cambios profundos que sabemos que el gobierno no va a hacer, pero vamos a aprovechar estas condiciones para ir instalando los elementos para que el cambio sea posible.

 

-El proceso de reforma constitucional no es algo que se pueda efectuar con facilidad, ¿cómo lo visualiza el PC?

 

Lo importante es lo que pueda ocurrir en las calles. En el Parlamento podemos ganar o perder, pero si la gente está con la idea de la reforma, hay que seguir empujando en esa dirección. Nadie está pensando en los complots con Venezuela de los que habla Piñera; la gente que está en las calles exige modificaciones en el modelo económico y en el rol del Estado. Esto es importante ya que la conciencia popular plantea cambios estructurales.

 

-Mientras tanto, en medio de las tensiones, este jueves se aprobó en Diputados el proyecto que habilita la reducción de la jornada laboral a cuarenta horas…

 

-Lo presentó el Partido Comunista hace cuatro años y costó mucho que se ponga en discusión. Antes de las protestas del metro hemos realizado actividades, movilizaciones y demás instancias para que se apruebe. Finalmente se ha logrado lo que es una victoria de los trabajadores.

 

-Piñera está encerrado entre la presión popular y la de los empresarios, ¿Ve posible que logren correrlo por derecha?

 

-Ya estaríamos hablando de un autogolpe. Sin embargo no creo que estén en condiciones de cambiar a Piñera. Lo que puede pasar con este descontento es que vote menos gente en protesta contra la institucionalidad misma. Ese escenario podría ser muy complicado y favorecer a la derecha para ganar las elecciones. Vamos a tener que hacer un esfuerzo muy grande, como oposición, para revertir ese cuadro de descontento.

 

-En distintos medios chilenos le preguntaron si el PC va a pedir disculpas por respaldar el pedido de renuncia de Piñera y el de la reforma constitucional…

 

-Le quieren echar la culpa a la clase política. No existe una clase política: hay políticos que responden a diferentes clases. Nosotros estamos defendiendo los intereses de los trabajadores. La única responsabilidad que tenemos es no haber sido capaces, como Partido Comunista, de contribuir con más fuerza a que cambien las cosas. El gobierno busca normalizar la situación. Pero la gente va a seguir expresando su descontento ante la desigualdad. Va a haber un intenso debate que nos va a poner ante el desafío como oposición de ser capaces de presentar un nuevo proyecto de desarrollo para Chile, con un cambio constitucional.