Durante la tercera sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU reunida en Ginebra, el canciller Bruno Rodríguez, reiteró que el bloqueo perpetrado por EE.UU. a la Isla es genocida y se profundizó con la llegada de Donald Trump a la Presidencia.
Cuba volvió a denunciar ante la ONU el recrudecimiento del bloqueo que EE.UU. perpetra contra la Isla desde hace sesenta años y, en esa dirección, recalcó que es un acto genocida.
Lo hizo la semana pasada durante la tercera sesión del Consejo de Derechos Humanos de ese organismo, donde su canciller, Bruno Rodríguez, destacó que “EE.UU. ha recrudecido cualitativamente la aplicación del bloqueo contra Cuba, un acto de genocidio según la Convención de 1948, una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de nuestro pueblo”.
Ahí, Rodríguez recordó a la comunidad internacional que el bloqueo aplicado por las sucesivas administraciones de la Casa Blanca fue fortalecido por la que encabeza Donald Trump y que tiene como propósito declarado rendir por hambre y desesperación a los habitantes de Cuba, al tiempo que reflejan la “impotencia” y el “odio” de EE.UU. hacia su país.
Y, en esa dirección, citó el uso de medidas no convencionales por parte del gobierno estadounidense, para impedir el abastecimiento de combustible a Cuba. Esto -recalcó- “perjudica todos los sectores de la sociedad, incluyendo algunos tan sensibles como la salud, la alimentación, la educación y el transporte”.
También criticó las prohibiciones impuestas por Washington a los viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba, así como las severas restricciones a la entrada de compañías aéreas estadounidenses a aeropuertos de su país y la negativa a permitir el arribo de cruceros, lo que afecta a la industria del turismo y al resto de la economía cubana.