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Mié, Abr
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A dos años del asesinato de la militante feminista y de izquierda en Brasil, Solana López reflexionó al respecto.

El 14 de marzo de 2018, la militante por los derechos de las mujeres y disidencias, fue asesinada por matones a sueldo junto a su chofer Anderson Gomes en Río de Janeiro. Hoy el nombre de la activista brasileña está en las remeras de miles de pibas. Tenía sólo 38 años cuando la mataron, y cargó miles de luchas. Se definía como mujer, feminista, negra e hija de la favela de Maré, ubicada en la periferia de Río.
A modo de homenaje, organizaciones sociales y agrupaciones feministas realizaron un acto en la estación Río de Janeiro de subte. De manera simbólica rebautizaron la estación como “Marielle Franco”.
Sus familiares, amigos y organizaciones siguen haciendo denuncias al poder judicial brasileño para que se avance en la investigación, que aún se mantiene en secreto de sumario. El jueves la justicia determinó que los dos únicos detenidos por el crimen de Franco, Elcio Vieira de Queiroz y Ronnie Lessa, comparecerán ante un jurado popular.
En este sentido, la titular de Género del PC y de la Corriente Nacional Lohana Berkins, Solana López, aseguró que “la impunidad del asesinato de Marielle representó un nuevo momento político para Brasil y América Latina”.
Tras lo que agregó que “se dio en pleno avance de las derechas locales sostenidas desde el imperialismo con rasgos de fascismo como lo es el gobierno de Bolsonaro”. “Marielle representaba todo lo malo para el enemigo, era mujer, lesbiana, negra y feminista”, sostuvo López.
A su vez, no dudó en afirmar que la activista brasileña “expresaba una nueva forma del hacer político, una concepción de un feminismo revolucionario, que no es cualquier feminismo ya que es contener a todas las condiciones de opresión”.
Por otra parte, reflexionó en que “su muerte construyó una solidaridad internacional plurinacional, considerando  que trascendió los feminismos y a distintos sectores políticos que encontraron en la muerte de la compañera la representación de todas las compañeras por las que Marielle luchó”. Por eso, destacó que  “la respuesta inmediata fue la solidaridad y la identificación con sus banderas”.