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Política
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El PCA y Refundación Comunista denunciaron contra la responsabilidad de la corporación Techint-Tenaris en la propagación del Covid-19.

“El Coronavirus y el capitalismo tienen vidas paralelas”, la declaración conjunta con la que del Partido Comunista de la Argentina y del Partido de la Refundación Comunista-Izquierda Europea de Italia se refieren a la actitud de la corporación Techint-Tenaris, en ambos países y en el contexto de la pandemia.

La aseveración de los comunistas de Italia y Argentina está lejos de ser antojadiza. En nuestro país, pese al decreto presidencial que prohíbe los despidos, Techint echó a 1450 trabajadores, al tiempo que aparece en el ojo del huracán por el papel que tuvo en la propagación del Covid-19 en la Región Lombardía.

Así lo denunció The Washington Post, cuando a mediados de marzo señaló que el área metropolitana de la capital lombarda, Bérgamo, es uno de los polos industriales más importantes de Italia y “el área más infectada del planeta”.

Ahí, la Confindustria –la patronal industrial– presionó a las instituciones públicas para que las fábricas siguieran activas “y... los trabajadores, trabajando y por lo tanto enfermándose”.

Para eso, esta patronal impulsó una campaña en redes sociales con el hashtag #YesWeWork “para crear sentido común a favor del mercado, de la economía, de la ganancia y del capital”.

Una de las empresas radicada en la zona e impulsó la campaña es Tenaris, propiedad de Gianfelice Rocca, quien pertenece al holding transnacional Rocca.

“En Italia el virus se propagó inicialmente en los centros neurálgicos del capitalismo peninsular de la mano de viajeros que habían vuelto de China#, dice la declaración y recuerda que en nuestro país “se propagó con la llegada de viajeros provenientes de Europa”.

Después advierte que “capitalismo y coronavirus van de la mano, también porque existen empresarios que están especulando y que hacen negocios ubicados de los dos lados del mostrador”.

Y, en esta dirección, hace hincapié en que “los capitalistas que tienen intereses en el sistema sanitario privado y que además son dueños de fábricas, no quieren que la economía se pare ni siquiera por un momento, para privilegiar sus ganancias incluso a expensas de la vida humana”.

El foco inicial del Covid-19 estuvo en la República Popular China, país con la que la zona fabril lombarda tiene un contacto estrecho a raíz de su actividad económica. Esto incluye intercambio de técnicos y gerentes que continuó “incluso cuando el gobierno italiano ya lo había prohibido”.

Al respecto, el PCA y Refundación destacan que por las presiones provenientes del universo del capital, esta región “nunca fue declarada zona roja y, por lo tanto, nunca entró en una cuarentena estricta”, por lo que “las actividades económicas continuaron y continúan, obligando a los trabajadores a ir a trabajar y nunca se limitaron las entradas y las salidas de ciudades y pueblos de la zona”.

Esto, recalca la declaración, “permitió la infección del área de Bérgamo, toda la Región Lombardía y el norte de Italia”.

 

Los dos lados del mostrador

 

Gianfelice Rocca preside el grupo Humanitas, “con intereses ubicados en el sector de la sanidad privada en que posee clínicas en la misma Bergamo”, sostiene la declaración y resalta que “el mundo empresario italiano, que en parte coincide con el mundo empresarial argentino, el capital está por encima de la salud y de la vida de la clase trabajadora”.

Por eso, “cuando un empresario está ubicado de los dos lados del mostrador, es decir, cuando tiene empresas y hospitales, la ecuación que articula es: a más trabajadores trabajando, más trabajadores enfermos”.

Pero, “sin embargo, es todo el sector de la salud el que se ve afectado por la lógica de las ganancias”. Y recalca que en Italia “la prevención de la salud pública en el territorio se ha desmantelado en beneficio de la hospitalización de los enfermos en instalaciones hospitalarias grandes y a menudo privadas”.

En este diseño puede buscarse “la causa de la incapacidad de la salud de la Región Lombardia para detectar la llegada del virus y enfrentarlo cuando aún era posible: por esto la situación salió fuera de control y causó, según se calcula, el exterminio de alrededor de diez mil personas solo en la zona de Bérgamo”.

¿Pero será diferente la actitud que esta corporación empresaria en Argentina? Lejos de eso, aquí, la corporación que conduce Paolo Rocca impulsa el desarrollo del proyecto Complejo Hospitalario Sur, en la Ciudad de Buenos Aires.

Esta iniciativa que comienza en 2010, cuando el jefe de gobierno era Mauricio Macri, pretende unificar, en un solo predio a los hospitales Municipal de Oncología Marie Curie, de Rehabilitación Respiratoria M. Ferrer, de Gastroenterología Udaondo, el Instituto de Rehabilitación  Psicofísica y el de  Infecciosos Francisco Javier Muñiz.

“El pretexto de la unificación es crear un hospital de alta complejidad”, señala la declaración pero advierte que “de llevarse a cabo, el mantenimiento de las instalaciones, equipamiento y limpieza de los edificios, estaría a cargo de Techint”.

Ante esto, recuerda, “los trabajadores del sector de salud se resistieron a la iniciativa de Techint-macrismo”, ya que “implica tanto el cierre de hospitales como el fin de la atención pública sanitaria para ceder espacio a clínicas privadas”.

Así las cosas, después de hacer hincapié en que “el capitalismo mata siempre en las distintas latitudes del mundo y sus sicarios son los empresarios globales”, el PCA y Rifondazione Comunista, repudiaron “las acciones del grupo Rocca en nuestros países” y anunciaron que promoverán iniciativas y acciones, junto a otros sectores populares, “en defensa del sentido irrestricto de la vida de la clase trabajadora y los pueblos”.