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Vie, Abr
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El Partido Comunista de Misiones inauguró su local con un acto que se llevó a cabo en Posadas.

“Iniciamos este acto reivindicando, una vez más, nuestra convicción sobre la pertinencia, actualidad y necesidad de iniciar un proceso anticapitalista que, basado en la unidad programática, conduzca al frente de liberación nacional y social de transición socialista, que habilite el paso a una sociedad comunista, para superar las miserias a las que nos condena el capitalismo”, dijo la integrante del Comité Central de La Fede Rebeca Barberan al recibir a quienes participaron del acto de apertura del local partidario de Misiones, en Posadas.

Ahí se dieron cita la secretaria de Propaganda nacional, Emilia Segotta, el titular de La Fede, Ariel Elger, su par del PC de Chaco, Raúl Toto Galván, y la presidenta del PC de Corrientes, Sonia López; así como el titular de La Fede de Misiones, Bryan Ojeda, y el secretario de Organización del PC de Misiones, Nicolás Acosta. Ulises Pioli, de la dirección del PC resaltó la labor juvenil.

También participaron la diputada nacional por el FpV Cristina Brítez, el legislador por La Cámpora Lucas Benítez, la ministra de Derechos Humanos de Misiones, Tiki Marchesini, la representante del Movimiento Evita, Celeste García, por el Psol Pichi Perie y por Nuevo Encuentro, María Torres, así como integrantes de Converger y MUE, todos sectores con quienes el PC y La Fede articulan cotidianamente su lucha.

La inauguración del local fue un acontecimiento político que forma parte de un proceso positivo de desarrollo que el PC y la FJC llevan a cabo en distintos puntos del país.

Esto se verifica en la difusión amplia de nuestra propuesta programática, pero asimismo en la participación activa en conflictos como los desatados durante este año en Zárate, Moreno, Mar del Plata, Rosario y Corrientes, la organización de los y las jubilados, y la movilización extendida y en desarrollo de la Corriente Lohana Berkins.

 

Darle vida al Partido

 

Abrir un local nuevo no es poco, como tampoco lo es reactivar una célula o movilizar un organismo, porque cada uno de estos actos es un claro índice de la vitalidad del PC, como espacio necesario para la práctica política de los que sabemos que no tenemos nada que ver con las relaciones que impone el capital.

Y darle vida al Partido tiene que ver con una actitud política que excede largamente los tiempos electorales que plantea la dinámica del Estado Liberal Burgués.

Queda claro que el aporte que podamos hacer en la construcción de una maquinaria electoral, capaz de derrotar -en ese plano- todo lo horrible que representa el Gobierno Cambiemos, no debe obnubilarnos.

También es evidente que no va a ser a partir de las posibilidades que ofrece la agenda establecida por los ciclos electorales, donde se va a construir la herramienta que pueda solucionar los desastres que provoca el capitalismo.

Y es entonces aquí donde aparece una diferenciación clara de por qué y para qué es preciso la construcción de práctica política y, por ende, de espacios aptos para multiplicarla.

Para los comunistas la construcción política está vinculada a la presencia en barrios y localidades, allí en cada frente donde está el conflicto que ponemos en evidencia y sobre el que actuamos, aportando a la construcción de representación de la clase trabajadora.

Y lo hacemos en un contexto en el que, por un lado, la voracidad que la crisis -generada por su propia dinámica de acumulación- le impone al capitalismo, vuelve epidérmicas algunas contradicciones que pudo ocultar en otros momentos.

Pero también en un marco en el que la estructura de clases que deriva de esa dinámica plantea nuevos desafíos. Fenómenos novedosos como la externalización, la desorganización de la estructura piramidal y su reemplazo por un esquema empresario en red, el emprendedurismo y el precariado, modifican el escenario del siglo 19 que -con el proletariado como eje- analizaron Marx y Engels.

Pero -y esto hay que tenerlo muy claro- todo esto no cambia ni un ápice el concepto y la dinámica que establece la lucha de clases.

Y es este escenario que deriva y habilita una crisis permanente, el que profundiza la desigualdad, al tiempo que pone en superficie algunas contradicciones que la derecha advierte y sobre las que actúa, ofreciendo respuestas cada vez más autoritarias. Contradicciones para las que el reformismo -en cualquiera de sus formas- adolece de capacidad para actuar.

Por eso el conflicto. Y la necesidad de que actuemos sobre el conflicto que emerge, inexorablemente, porque los cambios estructurales regresivos que impone el momento que atraviesa la crisis capitalista, destruye el tejido social que operó como organizador durante más de seis décadas, lo que empuja a que cada vez más personas -lisa y llanamente- no puedan ni siquiera planificar sus vidas.

Por eso es que no es poco abrir un nuevo local, un nuevo dispositivo que permite actuar en uno de los frentes donde se imbrican demandas, resistencia y lucha. Y que permite hacerlo desde la  mirada de Partido y lo que esto representa en términos ideológicos, políticos y organizativos como parte de un sistema civilizatorio que abreva en identidades parciales y nacionales, pero va a la médula del desarrollo histórico y su motor: la lucha de clases y, en ese contexto, la representación de la clase oprimida.

Porque aquí y ahora, el capitalismo sólo puede ofrecer más desigualdad y donde hay un oprimido habrá resistencia y lucha.

Así las cosas, en este camino sigue siendo necesario construir Partido, porque al menos hasta que, como escribió Marx, “pasemos del reino de la necesidad al de la libertad”, lejos de ser una opción, esto continuará siendo una necesidad.