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Vie, Abr
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Sigue la amenaza de desalojo del edificio ubicado en la calle Santa Cruz 140 que fue recuperado por familias que estaban en situación de emergencia habitacional.

El juez Fernando Césari hizo lugar a su pedido del empresario hotelero Leonardo Ratuschny, quien pretende que se desaloje el edificio ubicado en Santa Cruz 140 de la ciudad de Buenos Aires, recupero durante 2002 por 106 familias que estaban en situación de emergencia habitacional que lo convirtieron en su hogar.
Vale recordar que en el edificio funcionó la fábrica textil Selsa y ocho años después, en el marco de una quiebra, fue subastado y al precio vil de un millón y medio de pesos fue adquirido por Ratuschny, un especulador inmobiliario que posee varios hoteles.
Desde ese momento estas familias viven bajo permanente amenaza de desalojo, algo que tuvo un punto culminante cuando en septiembre de 2019 se los intentó sacar del lugar por medio de un operativo de policial y judicial que resistieron con el apoyo de organizaciones populares, entre las que estaban el PC y la Liga Argentina por los Derechos Humanos.
El magistrado dio luz verde al pedido de Ratuschny y, así, habilitó la feria judicial para reactivar el proceso de desalojo que podría dejar a las familias en la calle.
Todo pese a la vigencia del Decreto de Necesidad y Urgencia 320/20 que suspende los desalojos, algo que de acuerdo a la Ladh “en una interpretación amplia e integral no puede dejar afuera a nuestra casa y familias”.
Tras lo que señala que, en el contexto de la pandemia, el Poder Judicial “está consintiendo proseguir con un juicio que pretende dejar en la calle a las 106 familias”.
Y recuerda que los moradores del edificio “son un total de aproximadamente 350 personas de las cuales 131 son adolescentes, niñas y niños, muchos de ellos contagiados por Covid-19 en proceso de recuperación y sin posibilidades de ganar su sustento”.

Lucha

En este sentido, Iliana Llanos, presidenta de la Cooperativa Papa Francisco y una de las personas que vive junto a su familia en el edificio aseveró que “no vamos a abandonar la lucha”.
En este contexto de pandemia y asilamiento social y obligatorio, Llanos aseguró que “cuando deberíamos abarcarnos a preservar la salud de las personas y poner energías en las ollas populares y cosas relacionadas a la pandemia, se suma que tenemos estar preocupados por esta situación inminente de desalojo”.
Asimismo, no dudó en afirmar que la vía usada por el gobierno de la ciudad es el autoritarismo, ya que “vienen y te reprimen y no les interesa que las familias accedan a vivienda digna”. Por lo que dejó en claro que “los ocho mil pesos de subido habitacional no alcanzan para nada”.
A su vez, la presidenta de la Cooperativa Papa Francisco remarcó que “sabíamos que podía llegar a suceder porque venimos afrontando un juicio desde una década”, tras lo que dejó en claro que “se pudo resistir el desalojo porque logramos generar los vínculos suficientes para que muchos espacios la protejan”.
Tras lo que hizo hincapié en que el ejecutivo de la Ciudad, desde 2007, priorizó la especulación inmobiliaria y calificó a Ratuschny como “un inescrupuloso que aprovecha esta situación de pandemia para sus intereses empresariales”.
Además, dejó en claro que “hoy nuestra causa sigue su camino como si estuviésemos en una situación normal, como si todos pudieran salir a trabajar y la legislatura este abierta para todos, y eso no sucede”.
Respecto al decreto 320, Llanos aclaró que “solo establece los desalojos para quienes tienen contratos formales, y hay situaciones como la casa Santa Cruz que están como judicializaciones previas al 20 de marzo”, tras lo que opinó que “debería estar aquietado por la feria judicial”.
El comunero Ignacio Álvarez presentó un amparo en mayo para que se establezca un protocolo que no solo integre a barrios populares y que se contemple a distintas vulnerabilidades.
“Si bien no somos un barrio popular cumplimos con muchas de características”, señaló Llanos y recordó que “más de cien familias y más, trescientas personas vivimos en un edificio con baños compartidos y cocinas compartidas, y el flujo de gente que entra y sale es importante y por eso necesitamos los testeos”.
Por otra parte, destacó “la solidaridad de tantas organizaciones con la casa Santa Cruz” y aseguró que “esto se da porque entendemos que la lucha es colectiva”.
Para finalizar, habló del rol que juegan en las cooperativas en este contexto donde la pandemia golpea primero a los sectores más vulnerables. “El cooperativismo en contexto de pandemia es y es poder materializar que puede llegar un plato de comida a las familias que lo necesitan” sostuvo y aseveró que “vamos a poder encontrar la solución colectiva definitiva a nuestro conflicto”.