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Jue, Abr
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Lucas González jugaba en las inferiores de Barracas Central y tenía 17 años de edad. El miércoles fue asesinado por un policía de la Ciudad. “En los barrios populares, la policía tira primero y averigua después”, denunció La Fede.

“Una vez más la policía en los barrios populares tira primero y averigua después, dejando en evidencia que la vida de los que no tienen nada, para ellos, no vale nada”, recalcó La Fede al referirse al caso de Gatillo Fácil que ayer le costó la vida a otro pibe, que fue ultimado por personal de la Policía de la Ciudad.

Así las cosas, ayer por la tarde, el juez interviniente ordenaba la captura de los policías involucrados en el asesinato de Lucas González, quien acababa de fallecer, tras agonizar en el Hospital El Cruce de Florencio Varela, donde fue internado en gravísimo estado, después de que el miércoles fuera baleado en la cabeza.

Se trata de un adolescente de 17 años, jugador de la sexta división del Club Barracas Central, que fue ultimado por un efectivo policial, cuando circulaba con tres amigos en un auto por el barrio de Barracas.

El hecho tuvo lugar cuando el adolescente y tres amigos que se trasladaban en un Volkswagen Suran, se detuvieron en un kiosco ubicado sobre la calle Luzuriaga. Ahí fueron interceptados por policías de la brigada de la Comisaría Vecinal 4C que, según dijeron, creyeron que los pibes iban a perpetrar un robo.

Los que participaron del hecho que acabó con el asesinato son los oficiales José Nievas, Fabián López y el inspector general de la Policía de la Ciudad Gabriel Isassi, quien en junio de 2016 fue detenido junto a otros cinco efectivos de la Policía Metropolitana en Río Gallegos.

Esa vez al principio, Isassi y sus acompañantes alegaron que estaban de paseo, pero cuando se comprobó que portaban armamento de grueso calibre, señalaron que iban a hacer un operativo que nunca se aclaró en qué consistía. En esos días, la Metropolitana actuaba estrechamente en tareas ilegales de inteligencia vinculadas a la persecución política que padecía, entre otros, Cristina Fernández.  

 

Crimen organizado

 

Estos chicos que acababan de salir de entrenar en el Club Barracas, fueron perseguidos por los policías que fieles a la Doctrina Chocobar, dispararon contra el Volkswagen Suran. Dos de esas balas asesinaron a Lucas.

Con este telón de fondo, el Juzgado de Menores 4 a cargo de Alejandro Cilleruelo, separó a la Policía de la Ciudad de los peritajes que, junto a los trabajos forenses, quedaron a cargo de peritos de la Policía Federal Argentina.

El magistrado también ordenó el secuestro de las armas reglamentarias de los policías involucrados en el episodio, y que se les practiquen dermotest para establecer cuál fue el que ejecutó los disparos.

Por su parte, el abogado de la familia de Lucas, Guillermo Poletti, salió al cruce del montaje que pretendió hacer la Policía de la Ciudad con ayuda de buena parte de la massmedia hegemónica que intentaron instalar la idea de que los pibes eran delincuentes.

Poletti fue claro al señalar que “fue un hecho de gatillo fácil”, así como “de negligencia policial”, ya que los policías actuaron de civil y, después de consumar el crimen de Lucas, intentaron hacerlo pasar por delincuente.

Y, en este sentido, describió de qué forma los policías interceptaron a sus víctimas para dispararles y después detener a dos amigos de Lucas, ambos menores de edad, que permanecieron en esa situación durante 24 horas sin que pesara sobre ellos ninguna acusación.

“Después de disparar, otra vez las maniobras para intentar culpar a las víctimas, plantando pruebas falsas y manteniendo su impunidad, amparados por la política y los medios del establishment, del poder real”, recalcó La Fede y exigió justicia por Lucas.

Por su parte y en idéntico sentido, la Liga Argentina por los Derechos Humanos (Ladh), hizo hincapié en que “el gatillo fácil es sistémico”, tras lo que señaló que “tenemos que sepultar a Lucas, un chiquito de 17 años víctima de la Policía de la Ciudad” y añadió que “lamentablemente, los grupos de tarea inspiran a más de un agente del Estado armado que acumula impunidad” por lo que “el verdadero crimen organizado son las policías sin control”.

De ahí que la Ladh vuelva a reclamar que se construya un organismo que controle el accionar de las fuerzas policiales y puso en duda que “la investigación que estás realizando la Policía Federal sea seria”.

Y denunció “a los medios que intentaron dibujar una realidad que encubra a la gorra y criminalice a los pibes”, al tiempo que alertó sobre “la responsabilidades que tienen sobre la subjetividad social masiva y el gatillo fácil como práctica sistemática”.