La educación superior del Estado también se ve atravesada por la pandemia mundial que modificó calendarios académicos y modalidades de cursada. Ernesto García, responsable universitario de la FJC, reflexionó sobre la situación.
El Aislamiento Social dispuesto por el gobierno de Alberto Fernández llevó a que múltiples actividades se frenen y/o modifiquen su modalidad. Las universidades nacionales también están atravesadas por el complejo escenario que generó el Coronavirus, que llevó a montar cursadas virtuales y o a posponer el inicio del calendario académico, como en la UBA.
Cabe recalcar que la mayoría de los establecimientos públicos de educación superior están realizando clases a distancia para el primer cuatrimestre, pero la Universidad de Buenos Aires -la más significativa en cantidad de estudiantes- decidió que su año lectivo inicia el 1 de junio y concluye en marzo de 2021.
Tras la decisión los gremios docentes señalaron que es muy audaz definir una fecha para el inicio de las clases presenciales, ya que la situación de la emergencia sanitaria generada por la propagación del coronavirus aún es muy incierta.
Al respecto, Ernesto García, responsable universitario de la FJC, expresó: “la definición que toma la UBA de reprogramar el calendario académico nos encuentra a nosotros en contra por varios motivos: en primer lugar la universidad decide un comienzo de clases cuando el Estado nacional señala que todavía no puede garantizar el inicio antes o después de esa fecha. En segundo lugar la decisión se toma por fuera del Ministerio de Educación y de la Secretaría de Políticas Universitarias, que son quienes tienen que definir esa fecha para que después desde allí las universidades organicen su calendario académico”.
En cuanto a los cambios en la modalidad cursada y las dificultades que se presentan ante la pandemia, García fue claro al aseverar que “defendemos que ante este momento de pandemia apliquen la modalidad virtual y se hagan los esfuerzos para incluir a todos los estudiantes a esta modalidad. Esto implica asegurar soportes electrónicos y red para los que no tienen conectividad”.
En cuanto a la situación en general a lo largo y ancho del país, el también militante de la FJC La Plata recalcó que “el reclamo en cada universidad es que los estudiantes tienen derecho a cursar, por lo que los cuatrimestres tienen que reprogramarse. Hay un convenio colectivo de trabajo docente hay que respetar, por lo que la reprogramación debe contemplar esta situación, no estar en pleno verano en clases como pretende la UBA”.
“A su vez se tienen que aplicar características excepcionales como que se puedan promocionar materias que habitualmente van a final directo y establecer trabajos prácticos. Igualmente hay que aprovechar la virtualidad, pero con énfasis en que hay que asegurar que nadie se quede afuera por problemas de acceso”, puntualizó el egresado de Filosofía en la UNLP.