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Mar, Abr
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La AFA finalizó la temporada 2020 en todas sus categorías hasta 2021, pero si las autoridades sanitarias lo permiten se reanudaría solo los ascensos.

El futbol argentino está pasando por una crisis sin precedentes. La pandemia del Covid-19 removió las estructuras el deporte en general, donde en todos sus ámbitos se están viendo afectados en lo deportivo, y por lo tanto en lo económico.

Clubes endeudados, rebajas de sueldos e incertidumbre de que pasará con los contratos de futbolistas que terminan el 30 de Junio, y al no saber cuándo volverá a rodar la pelota, exigen a sus instituciones que extiendan los mismos a partir de esa fecha.

En este mar surfean las decisiones desde la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) que parecen estar más abocadas a que no sature la estructura los clubes y que estas amortigüen como puedan los golpes económicos que está dejando la crisis del Coronavirus.

Por su parte, Claudio Tapia presidente  de la AFA, anunció hace unos días que dio por finalizada la temporada 2020 en todas las categorías del futbol argentino, al igual que los descensos, así también como en el futbol femenino.

En un comunicado sostuvieron que “la misma se extiende a la temporada 2021 ya que "ningún club, ni siquiera la AFA, estará exento de las devastadoras consecuencias económicas y financieras que dejará la pandemia”.

Con respecto a las categorías del ascenso, y el Futbol Femenino, la AFA se limitó a dar por finalizados los torneos y aseveró que observando como se desarrolla la pandemia, el Comité Ejecutivo determinará su  retorno a partir de cuándo lo recomienden las autoridades nacionales y sanitarias.

Sin embargo, se generó malestar en jugadores del acenso que sostienen  que “jugamos todos o no juega nadie”, en base a que es injusto determinar quién vuelve a la actividad primero lo que trae riesgo de exposición y contagio del Covid-19.

En este contexto, la decisión radica en que el acenso con sus bajos ingresos de por sí, es junto con el futbol femenino, a los que más afecta económicamente que la pelota no ruede. Aunque todo depende de qué pasará en los próximos meses, y en el hipotético caso de que se pueda volver a la actividad, los tratos preferenciales no están cayendo bien a los sectores con menos influencia en el futbol argentino.

Otro ente que entra en el juego es Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), donde su titular Sergio Marchi, expresó su disconformidad por la cancelación de los descensos y de finalizar la temporada, y dijo que fue la determinación fue “apresurada”.

También, no descartó la posibilidad de no jugar si se mantiene el formato presentado por AFA, por lo que reclamó una solución "colectiva" a la crisis que generó la pandemia de coronavirus y señaló que algunos dirigentes "no lo están entendiendo" de esa manera.

En síntesis, la preocupación de Agremiados pasa por saber cómo harán los clubes para cumplir con los pagos de "abril, mayo, junio y aguinaldo" y en plantear una propuesta "distinta" con respecto a los torneos.

Parecería ser que se está viendo un gremio activo en lo que respecta defender los derechos de los futbolistas, pero el futbol femenino no estaría por ahora en agenda, ya que el mismo Marchi canceló varias veces la reunión con las capitanas.

El mismo fue profesionalizado hace muy poco tiempo, lo que genera una situación de semiprofesionalidad, donde en la mayoría de los clubes los sueldos son muy bajos y algunos ni siquiera lo tienen porque afirman que da “déficit”.

El desarrollo del fútbol femenino en nuestro país se basa en una decisión de la máxima autoridad de financiar la profesionalidad de las jugadoras, proyectando un crecimiento que a futuro haga autosustentable la actividad, lo que hace posible que las jugadoras cobren un sueldo un poco más acorde y no deban trabajar tantas horas por fuera de los entrenamientos.

En este contexto de crisis, donde la falta de ingresos es moneda corriente, las mujeres dependen de que esa decisión se mantenga. Se sabe que hasta junio están garantizados los sueldos, pero sin un horizonte para todas aquellas que quedarán desamparadas sin el ingreso de 20 mil pesos.

La pandemia, la crisis y el oportunismo dirigencial ponen en jaque la curva ascendente que tenía la disciplina en el mundo. El sindicato mundial de jugadores FifPro ya alertó sobre el peligro que corre la división femenina, con riesgo de “extinguirse” en algunos países.

"Entendemos que la coyuntura actual hace imposible tener certezas respecto del futuro, sin embargo, creemos que la comunicación de las medidas que se tomen debe ser más prudente y formal, debiendo ser emitida de manera oficial por la asociación madre del fútbol argentino directamente hacia nosotras para que no se generen dudas, malentendidos ni confusión", dice uno de los fragmentos que enviaron las futbolistas a chiqui Tapia.

En tanto, uno de los reclamos dirigidos a Marchi sostiene: "Creemos que, como sujetos aparentemente nuevos en la escena del fútbol profesional, carecemos de una representatividad adecuada a nuestra realidad cotidiana que solo podrá ser comprendida en su totalidad en la medida que se entable un dialogo fluido, directo y concreto entre el gremio y nosotras".

 

Covid-19: El lineman que dejó al futbol en off side

 

La temporada 2020 finalizó en un contexto a los que varios clubes se les han profundizado sus deudas. Jugadores que no cobran, empleados que no cobran y una situación que cada vez se vuelve más difícil. Una de las razones, lo que lleva el mercado de la competencia de futbol dónde se saca dinero de donde no hay para pagar el pase millonario de algún jugador.

Independiente es el caso más resonante, ya que  debe cinco meses a sus jugadores y fue intimado por América de México ante la FIFA por el pase de Silvio Romero, al cual el equipo de Avellaneda le debe más de dos millones de dólares. Esta vez, aunque parecería que siempre, a los Moyano les toca estar del otro lado del escritorio.

A gran escala, el Covid-19 ha dejado en off side a donde lleva la lógica de la globalización y mercantilización de los bienes humanos como la salud, y las consecuencias que eso trajo, dejando millones de muertos en todo el mundo, bajo sistemas de salud públicos cada vez más privatizados. Por su puesto, hay excepciones.

En el caso del deporte, la profundización de hacerlo crecer como producto de entretenimiento generado por los actores económicos que lo abarcan, sacó a la luz una contradicción que se resume en que unos no están cobrando y otros, aunque les bajen en el sueldo, les alcanza y les sobra para vivir.

La lógica del mercado de jugadores de elite ha crecido a pasos agitanados con la mega globalización  de los años noventa,  el nacimiento de la  etapa neoliberal,  descubriendo así la mina de oro de la cual explotar y perfeccionar a sus intereses sobre el producto del futbol. Esto se traduce, en que un futbolista de elite pueda ganar hasta quince veces más de los que gana un docente, u otro jugador de un club más chico o de otra categoría.

La crisis que generó la pandemia, demostró que los exorbitantes e ilógicos sueldos superaron hasta los clubes con mayores ingresos, por lo que los dirigentes se han visto en la necesidad de bajar los sueldos para atender otras áreas de sus instituciones y el pago a sus empleados. Ni que hablar, como afecta los clubes chicos que abonan sueldos más pequeños.

 

¿Y el mercado?

Los ingresos privados del futbol también son uno de los ejes principales en este contexto. Sponsors se caen, las emisoras que lo transmiten dijeron que por ahora van a seguir pagando, pero no se sabe hasta cuándo, por lo que el mercado sigue actuando en su lógica de priorizar el redito económico. Esto genera que a muchos solo les quede gambetear la crisis con la cuota social, que a su vez, también está decayendo.

Vale mencionar, que el coronavirus nuevamente sacó a la luz el rol social y de contención que tienen los clubes en Argentina, donde muchos prestaron sus instalaciones para que no saturen los hospitales en caso de que se llegue al pico del virus y demás acciones solidarias que cada uno está llevando a cabo.

Así como el negocio está presente en la vida cotidiana de los clubes, su ADN de asociaciones civiles sin fines de lucro también, y eso se refleja en que en este contexto han dado más señales de solidaridad y compromiso social que los agentes económicos del mercado que explotan el deporte, del cual no se estaría sintiendo su mano invisible.

Esto pone en discusión, si los paradigmas que los clubes tienen como bien social (asociaciones civiles sin fines de lucro) son compatibles con la globalización extrema del deporte como producto y no como recreativo social, algo que no debe confundirse con la profesionalización.

El mismo Marx decía que el mundo cambia a partir del trabajo y que los hombres deben verse reflejados en él. Muchos ex jugadores sostienen que antes de la hiperglobalización del deporte, los sueldos de los clubes les alcanzaban para vivir dignamente.

¿Será el momento de retomar algo de las ideas del amateurismo? donde más allá del puro amor al juego,  exista un panorama más real y adaptado a las condiciones socio deportivas del país, porque en un contexto de la gran crisis que viene arrastrando el capitalismo con la hiperglobalización,  nuevamente las lógicas del mercado y el deporte como show terminaron siendo un arma de doble filo que ha perjudicado a los clubes, a los jugadores, a las diversa disciplinas.