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Mié, Abr
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El secretario general de la FJC, Mauro Haddad, habló sobre el significado del centenario del dispositivo juvenil del Partido Comunista, sus desafíos y tareas.

-¿Qué importancia tiene cumplir cien años como organización?

Es muy valioso ya que hemos estado muchos años viviendo entre el fin de la ideología y la derrota, pero continuamos con nuestra lucha. Es por eso que esta Fede toma otro rol. Ya conocemos nuestros errores, conocemos nuestra historia, es momento de asumir que esta generación está llamada a cambiar el mundo. Es momento de pensar que La Fede más gloriosa no es la que tuvimos, ni es la que tenemos, sino la que deseamos y planificamos construir.

-Este centenario se da en un contexto donde el Coronavirus acelera aún más la crudeza de este sistema que golpea cada vez más a los jóvenes…

La pandemia se produce en el contexto de una profunda crisis del capitalismo como modelo y sistema de desarrollo de la humanidad. Muchos de los militantes de la Fede nacieron en este milenio, en una Argentina totalmente distinta a la actual. Los derechos que se “conquistaron” en aquella década de gobiernos populares y progresistas hoy son nuevamente vulnerados, y tantos otros que quedaron pendientes no están si quiera en la lista de deseos más optimista: hoy lo que queremos, por lo que luchamos, es por vivir. Esos jóvenes que tenían su computadora al iniciar la escolaridad hoy están desempleados, precarizados, muchos con sus pequeñas familias a cuestas. No hay vivienda digna, no hay educación universitaria, no hay salud para todos. La pandemia nos afecta especialmente a jóvenes, pobres y mujeres, que somos los sujetos sociales por excelencia más pisoteados.

-Hoy la salud vuelve a estar en el centro de la escena social, demostrando que el capitalismo es incapaz de priorizar la vida y evidenciando que las experiencias socialistas son las que mejor cuidan a su población, ¿cómo entendés ese escenario?

Tenemos la desgraciada ventaja, en muchos casos pero no en todos, de contar con nuestros cuerpos y nuestra salud aún en pie, y eso ya nos hace aptos para salir a continuar haciendo girar la rueda de la riqueza ajena, la que produce aún en tiempos de “cuidar la vida” y nos expone ahora a cifras de contagio y mortalidad que crecen en rangos etarios bajos.
Con ya grandes déficits en la formación de profesionales y trabajadores de la salud, habiendo sufrido años de neoliberalismo y desfinanciamiento de la salud y la educación públicas, hoy la pandemia no hace más que demostrar el real entramado de miseria y vulneración de derechos básicos que el Estado, en este caso el Estado argentino, estaba intentando cubrir con medidas paliativas.

-En ese sentido, ¿cuál es el papel de la FJC?

Desde la FJC vemos con urgencia la necesidad de grandes reformas que pongan en el centro de la acción política de nuestros gobernantes e instituciones la garantía de derechos humanos básicos como son la vivienda digna, la salud integral, la educación, la alimentación de calidad. Hoy denunciamos la emergencia que vive la clase trabajadora, estudiantes y laburantes precarizados. Así como la derecha sigue operando, nosotros sabemos que aún en pandemia, aún con los cuidados y restricciones que nos permitan continuar luchando, debemos apuntar a más organización, más construcción, más militancia territorial, estudiantil, solidaria, antiimperialista y feminista. Hoy la Fede lucha en un escenario crítico, descarnado. Hoy la tarea es armar más círculos, sumar a más militantes, trabajar la formación, trabajar la disciplina, trabajar la planificación política. Sin organización no hay revolución. A cambiar el mundo, camaradas, con los sueños más claros y vigentes que nunca.