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Mié, Abr
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Política
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El grupo mediático Vila-Manzano adquirió Edenor. La distribución eléctrica en el país continúa en manos privadas ¿no es momento de plantear la recuperación de las empresas de servicios públicos?

A pesar de la enorme crisis económica y sanitaria que atraviesa el país, están los que siempre ganan. Y entre ellos hay que contar al grupo que componen Daniel Vila, Julio Manzano y Mauricio FIliberti (grupo Vila-Manzano), propietarios entre otros del Grupo América que incluye los canales de televisión América 2 y A24, las emisoras de radio La Red y Blue y el portal de noticias digitales UNO, además de otros medios regionales emplazados en distintas regiones del país. Ahora, el grupo Vila-Manzano expandió su área de negocios e ingreso en el negocio de la energía eléctrica a través de la compra de Edenor a Pampa Energía de Joe Lewis y Marcelo Mindlin, que supieron hacer su agosto durante durante los cuatro años de gobierno de su amigo personal Mauricio Macri.

De esta manera Vila-Manzano adquirió Edenor, la mayor distribuidora de electricidad de la Argentina con 3,2 millones de clientes y que representa aproximadamente el 20 por ciento de la demanda total de electricidad en el país, por un monto inicial de 100 millones de dólares, que comprende al 51 por ciento de las acciones que actualmente tiene el grupo Pampa Energía de Mindlin. Ahora, resta que el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre) y la asamblea de accionistas Pampa Energía aprueben la operación, hechos que se dan por descontado.

Edenor es una empresa con “historia” en el área metropolitana, que nació y creció con el negocio de las privatizaciones en la década del noventa y que durante los años del kirchnerismo, a pesar de las presiones “mediáticas” por parte del por entonces Ministerio de Planificación para que mejoren el servicio, se destacó por hacer grandes negocios con los subsidios otorgados por el Estado y las ganancias del período, lo que motivó una seguidilla de veranos en los que abundaron los cortes de luz en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano. A pesar de ello, la concesión nunca estuvo en riesgo. Luego, si las empresas prestadoras de servicios públicos se ubicaron entre los máximos ganadores de la política económica del macrismo, las energéticas, integraron un grupo privilegiado. Los tarifazos, junto al endeudamiento externo masivo, fueron uno de los pilares fundamentales de la política económica de la derecha en el período 2015-2019.

Esto no fue azaroso. Entre los propietarios de empresas como Edenor y Edesur se encuentran los amigos más íntimos de Macri: los mencionados Mindlin, Lewis y Luis Caputo. Las empresas del sector energético, tanto generadoras como transportadoras y distribuidoras, son las que mayor tajada vienen sacando en el proceso de transferencia de recursos que el gobierno viene operando desde que asumió en diciembre de 2015.

Las ganancias siderales de las energéticas se debieron a la cantidad impresionante de recursos que recibieron durante el período 2015-2017 gracias a dos medidas trascendentales del macrismo: los tarifazos —con tarifas especiales para las empresas electrointensivas— y la condonación de deuda por parte de Cammesa —Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico S.A— a distribuidoras como Edenor, Edesur y Edelap. Así las cosas, Cammesa condonó en 2016 19 mil millones de pesos a las empresas eléctricas, pese a prosperar los tarifazos. Así las cosas, a Edenor se le condonaron 1229 millones de pesos, a Edesur 429 y a Edelap 1798. Esta condonación de deuda fue fundamentada con un artículo ridículo incluido en el presupuesto 2017: según el artículo 15 se le reconocía a las empresas provinciales estatales y privadas del sector la diferencia de dos años entre tarifa congelada y los nuevos precios tras los tarifazos. Es decir, surgió de un cálculo de diferencia entre lo que cobraron y lo que hipotéticamente podrían haber cobrado. Para los cálculos alcanzó con declaraciones juradas de los grupos económicos y no se exigió ninguna documentación que avale y justifique los números presentados.

Vila-Manzano compró Edenor pocos días después del acuerdo que la Secretaría de Energía suscribió con Edenor y Edesur para reconocer deudas por más de 4.100 millones de pesos que serán volcadas, según lo acordado, a la concreción de obras de baja tensión en 32 municipios del conurbano bonaerense. Esto supone un cambio respecto a la política energética del gobierno de Macri, aunque sigue promoviendo el paradigma de la privatización.

A contracorriente del sentido común instalado en la década del noventa y muy vigente en la actualidad, corresponde preguntarse si ante la crisis económica y sanitaria que vive el país —y el mundo— no es conveniente que el Estado recupere las empresas de servicios públicos. Mucho más si se tiene en cuenta que aún no se subsanó, tal como el Frente de Todos propuso en la campaña presidencial del 2019, la política energética del macrismo. Más allá del congelamiento de las tarifas en este año difícil, gran parte de la población trabajadora continúa pagando facturas que representan un altísimo porcentaje con relación a los ingresos familiares.