Sidebar

[Offcanvas] Navegación superior

24
Mié, Abr
87 New Articles

Política
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

Argentina atraviesa su peor momento de la pandemia, después de que durante los meses estivales se volviera más evidente la campaña encabezada por conglomerados massmediáticos y la derecha para propiciar la relajación de las conductas sociales e individuales de cuidado.

Hace algo más de un mes cuando del otro lado del río Paraguay comenzaban a reventar de casos, la presidenta del PRO y los dos principales conglomerados massmediáticos emprendieron una brutal campaña en Formosa, contra las medidas sanitarias de prevención que implementó entonces el ejecutivo provincial.
Hasta ese momento el abordaje decidido el gobierno formoseño había dado sus frutos, ya que esa provincia había atravesado todo 2020 casi sin sobresaltos.
La instigación que se hizo a resistir las moderadas medidas sanitarias adoptadas, pasaron al acto y la curva de contagios en Formosa dio un salto.
Durante los meses estivales, se volvió más evidente la campaña que encabezaron esos mismos conglomerados para propiciar la relajación de las conductas sociales e individuales de cuidado.
Pese a las tibias recomendaciones del ejecutivo nacional y a las luces de alarma que encendían la abrumadora mayoría de los profesionales de la salud, el flujo de personas que vacacionaron en Brasil fue casi igual al de los años anteriores.
Ya por entonces y merced al posicionamiento criminal del gobierno encabezado por Jair Bolsonaro respecto a la pandemia, Brasil se había convertido en exportador de cepas que como la llamada Manaos, es todavía más eficiente a la hora de propagarse.
Un año antes no fueron los trabajadores y mucho menos los pobres quienes trajeron el Covid-19 a Argentina, sino los que con particular temeridad, exaltación del individualismo o simplemente desprecio, priorizaron sus vacaciones a la responsabilidad social que requería y requiere enfrentar la pandemia.
Durante todo 2020 esas propaladoras relativizaron el impacto del virus, recurrentemente presentaron como verdades reveladas la opinión y delirios de cualquier chanta que sin exhibir una sola razón de peso proponía salidas tan insustanciales como rocambolescas.
Mientras tanto y en tándem, con Patricia Bullrich a la cabeza, el bloque de representación política que encabeza JxC, enunciaba diferentes postulados para descalificar el abordaje sanitario de la pandemia e incitar a que las personas relajen los cuidados necesarios.
La lista es larga, pero la base del la conspiranoia aparece el enunciado que señala que hay un gobierno que, por pura maldad, pretende que todo el mundo se quede en su casa. Es difícil intentar explicar cómo hay tanta gente que asume como propio esta especie de miedo lovercraftiano que se pretende instalar desde esa postura. Pero más fácil es comprender qué es lo que se busca favorecer con este tipo de mecanismos.
En tándem JxC y esos conglomerados demandan que todo siga tal como estaba antes de la pandemia: clases presenciales, comercios, trasportes, festicholas, todo. Pero también que se evite la proliferación de virus y que, para eso, el Estado disponga de los recursos necesarios pero sin que eso signifique déficit. Y, asimismo, le recrimina al Estado que compra pocas vacunas, al tiempo que levantan las banderas del libre mercado, que es el que favorece condiciones para que un puñadito de países acaparen más dosis que las precisan, mientras medio centenar compra donde puede y el resto reza. Como se ve es imposible que el mercado arregle todo.
Ayer la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva advirtió sobre la saturación en la que entró el sistema. Entre los prestadores del sector privado se registra una ocupación del noventa por ciento de las camas y del 87 en el segmento público de todo el país. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, esto asciende a 95,1 y 96 por ciento respectivamente.
De la saturación se puede salir retrocediendo y eso se logra con medidas que colaboren a que se corte la transmisión del virus. También se puede correr hacia delante, esto es, hacia el colapso del propio sistema y ahí las imágenes son las que se vieron hace un año en Ecuador, durante casi todo 2020 en Brasil y, ahora mismo, en India.