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Las derechas regionales buscan consolidarse, con represión, tortura y asesinatos ante una rebelión de los pueblos latinoamericanos que ponen en tensión sus políticas de miseria y hambre.

El 2019 ha sido un año de confrontación en América Latina en la que los pueblos salieron a las calles a repudiar un sistema económico que produce vulnerabilidad y marginación a millones de habitantes. La respuesta de los gobiernos de derecha ha sido clara: represión, torturas y asesinatos para sostener sus medidas.

Ecuador ocupó la agenda durante el mes de octubre: Lenin Moreno acordó un paquetazo con el FMI que tuvo que ser derogado tras los acuerdos con la Conaie, colectivo de representación del movimiento indígena que movilizó masivamente. En el auge del conflicto Moreno decretó el Estado de Excepción con toque de queda, con una fuerza represiva queutilizó balas de plomo contra los manifestantes y persiguió a opositores; la gobernadora de Pichincha, Paola Pabón, fue excarcelada en navidad tras ser detenida durante las marchas de las primeras semanas de octubre.

El 18 de octubre explotó Chile: el aumento del Metro que imponía Sebastián Piñera representaba un catorce por ciento del salario mínimo. La reacción popular escaló día a día en rechazo al neoliberalismo que se instaló tras el Golpe de Estado a Salvador Allende en 1973 y que gozó de ser el "ejemplo" para el resto de la región. El resultado fue la apertura a un proceso de reforma constitucional, con el que Piñera pretende frenar la protesta chilena ante la desigualdad que se vive. Sin embargo el conflicto ante el ajuste no cesa y la militarización de las calles dejó sistemáticas violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas.

“La campaña de desinformación, de noticias falsas, de montajes para crear una sensación de un desorden y de una crisis total ha sido gigantesca", repite Piñera en entrevistas mientras encabeza la represión más sangrienta luego de la dictadura de Augusto Pinochet.

En noviembre fue el turno de Colombia que salió a las calles en rechazo al ajuste sistemático de Iván Duque de la mano del FMI. Asimismo los militantes alertaron sobre el incumplimiento de los Acuerdos de Paz con las Farc, lo que se profundiza con el asesinato a líderes sociales en suelo cafetero. Durante navidad han muerto Lucy Villarreal en Tumaco y Reinaldo Carrillo Vera en Pitalito. Así la cifra durante 2019 es de 151 líderes asesinados y un total de 257 desde que Duque es presidente, según la Cidh.

 

Golpe a la democracia

 

El 10 de noviembre se concretó el Golpe de Estado al presidente Evo Morales, luego de que las Fuerzas Armadas le recomienden la renuncia en conferencia de prensa, dejó el poder declarando ante los medios que lo hacía en defensa de sus compatriotas, que hace días eran agredidos por la derecha fascista y racista.

Cabe recalcar que Morales ganó lícitamente las elecciones con el 48 por ciento de los votos pero la derecha no lo reconoció y, avalada falsamente por la OEA, encauzó un Golpe que en la primera semana se cargó a más de treinta opositores e instauró una dictadura encabezada por Jeanine Añez. El silencio internacional, que se rasga las vestiduras hacia la presidencia legítima de Nicolás Maduro en Venezuela, fue abrumador ante los delitos de lesa humanidad que se perpetran en Bolivia, quese profundizan con la expulsión de la prensa del país.

 

15 años del Alba-TCP y su importancia

 

El pasado 14 de diciembre se cumplieron quince años de la creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos (Alba-TCP), un mecanismo de integración que defiende la soberanía, la solidaridad, la justicia, la paz y la cooperación entre los pueblos.

La efeméride fue celebrada en La Habana en el marco de la cumbre entre Jefes de Estado y de Gobierno del organismo que encabezaron los presidentes de Cuba, Miguel Díaz-Canel; Venezuela, Nicolás Maduro, y Nicaragua, Daniel Ortega. Los asistentes ratificaron los principios firmados por Fidel Castro y Hugo Chávez en 2004.

Durante la cumbre, Reynaldo Bolívar, académico venezolano, remarcó que el objetivo de EEUU gira en torno a entorpecer mecanismos de integración como la Celac, la Unasur y el propio Alba-TCP. “Entre todos estos, el Alba-TCP sigue en resistencia, pero la Unasur, por ejemplo, resultó desarticulada con la judicialización de la política que dio al traste con los gobiernos del Partido de los Trabajadores en Brasil, de conjunto con la compra de conciencia del presidente Lenin Moreno en Ecuador, y la radicalización de Colombia”,  señaló.
“Con las ideas promulgadas por los próceres Simón Bolívar y José Martí, y continuadas en este siglo por Fidel Castro y Hugo Chávez -subrayó-, lo importante es la unión para lograr el bienestar de los pueblos, una comunidad e intereses comunes en materia de defensa, política, cultura, género; una alianza para el desarrollo integral”, continuó.

Las declaraciones de Bolívar son óptimas ante el asedio orquestado desde Washington que día a día profundiza su ahogo a los pueblos de nuestra región, aumentando la desigualdad para concentrar la riqueza. En este contexto es primordial la defensa del Alba-TCP y ejercer en cada lugar sus principios, tales como los de la autodeterminación y el repudio a la injerencia estadounidense ante los países que eligen un rumbo independiente y soberano. A quince años de su fundación, el Alba sigue siendo un radar para los procesos socialistas que –mientras resisten los ataques de la derecha- construyen alianzas con gobiernos progresistas para que la región genere cambios de raíz.