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Jue, Abr
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Así se advirtió desde el Partido Comunista al proyecto de ley que debate el Senado de EE.UU. por el que se podría establecer una suerte de Enmienda Platt para el país sudamericano.

El Senado de EE.UU. analiza una iniciativa presentada por integrantes de ambas bancadas que, si prospera, va a establecer un preocupante vínculo con Ecuador a partir de lo que el proyecto denomina el “fortalecimiento la alianza bilateral” entre los dos países “en apoyo de las instituciones democráticas y el estado de derecho, sostenible y el crecimiento económico inclusivo y la conservación”.

El proyecto que lleva la firma de los senadores Robert Menéndez, Jim Risch, Tim Kaine, Marco Rubio, Bill Cassidy, Chris Coons y Benjamin Louis Cardin plantea que la “Ley de Asociación EE.UU.-Ecuador de 2022’’, busca “facilitar los vínculos económicos y comerciales”, así como el “fortalecimiento de la gobernabilidad democrática” y “combatir las economías ilícitas, la corrupción y la influencia extranjera negativa”.

La iniciativa enciende luces de alarma en Ecuador. Y precisamente desde el desde el Partido Comunista de Ecuador, Bruno Soria, advierte que “el proyecto de ley que pasó la primera instancia del Congreso estadounidense, si se aprueba finalmente, va a constituir en algo parecido a la Enmienda Platt”, que como se recordará es la que Washington hizo incorporar a la fuerza en la Constitución de Cuba durante la ocupación militar que ejerció desde 1899 a 1902.

Y, en este sentido, es claro cuando denuncia que lo que se busca es que su país “pase a tener el estatus similar al de una colonia”. Pero también pone el ojo sobre el sentido geoestratégico y geopolítico que tiene este intento. “EE.UU. pretende contener a Brasil por medio de esta asociación con Ecuador, de cara al inminente triunfo de Lula en las elecciones de este año”, sostiene Soria y añade que se trata de “un intento de controlar lo que Washington considera su patio trasero” ya que el proyecto también deja abierta la puerta para la instalación de bases militares estadounidenses en territorio ecuatoriano.

Así las cosas, a la hora de aclarar de qué va todo esto, el texto de la iniciativa se sincera y sostiene que el país latinoamericano “sigue enfrentando desafíos”, entre los que señala a la “creciente influencia de la República Popular China en el financiamiento y refinanciamiento de la deuda de Ecuador”.

Y advierte que “las actividades realizadas por el Gobierno de la República Popular China en el Ecuador, incluyendo su desarrollo del sistema de vigilancia y reconocimiento facial, financiación de la represa y central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair y apoyo a prácticas de pesca legales, no declaradas y no reglamentadas alrededor de las Islas Galápagos, representan riesgos para la gobernanza democrática y biodiversidad en el país”.

Asimismo, recalca que los dos países “comparten intereses estratégicos en el fortalecimiento de la democracia” y añade que Ecuador precisa “desarrollar y fortalecer políticas económicas abiertas y transparentes, que fortalezcan su integración con el mundo, los mercados, el crecimiento económico y oportunidades”.

También recuerda el importante financiamiento que Washington brinda a Ecuador por medio de la Corporación Financiera de Desarrollo de EE.UU., tras lo que resalta que “el sistema de justicia de Ecuador ha tomado importancia y ha dado pasos importantes para combatir la corrupción y la criminalidad”, pero lamenta que enfrenta el desafío de “actores antidemocráticos” que significan “riesgos continuos para la estabilidad política y social”.