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Guillermo Lasso y Mauricio Macri, los sueños de la derecha que actúa en la región y baño de realidad que parece llegar desde Ecuador.

“Felicitaciones a Mauricio Macri por su gran victoria. Los vientos de libertad vienen del sur, avizoran un cambio en América Latina. Un cambio para vivir con plena democracia, basada en principios y en la fuerza de las instituciones. Un cambio para lograr prosperidad en una sociedad de oportunidades para todos. Un cambio para lograr solidaridad sin restricción de libertades” señalaba jubiloso el empresario Guillermo Lasso en su cuenta de facebook el 22 de noviembre de 2015 donde añadía: “Los resultados de Argentina alimentan la esperanza de América Latina”.

Lasso estaba exultante y era porque, en Argentina, otro empresario y referente de la derecha regional, acababa de ser elegido para ocupar la Presidencia, cargo desde el que inmediatamente de asumido y hasta el último día, Macri señalaría un camino que lo convirtió en modelo para quien el 24 de mayo de 2021 se hiciera cargo del principal despacho del Palacio de Carondelet.

Por eso a nadie pudo sorprender que Lasso viniera a profundizar y ordenar aquello que construyó la presidencia de Lenin Moreno. Las consecuencias fueron rápidas y terribles: el crecimiento de la pobreza se explica, entre otras cosas, por la vertiginosa destrucción de trabajo conveniado que actualmente alcanza a menos del treinta por ciento del universo laboral.

En este escenario, el treinta por ciento de los pibes sufren desnutrición, crece la violencia institucional tal como pudo verse durante las jornadas del paro convocado a mediados de 2022 y también lo hace el crimen organizado, al tiempo que desde la massmedia hegemónica, se impone un discurso que festeja el autoritarismo y el racismo.

Estos son sólo algunos de los rasgos de un gobierno y un modelo que el domingo pasado fue ampliamente rechazado por los ecuatorianos que le dijeron no a las ocho preguntas sobre los que se los consultó en el referéndum convocado por Lasso.

Y esto no es todo. Durante la misma jornada, las candidaturas de Revolución Ciudadana, que es la fuerza liderada por Rafael Correa, se impusieron en las alcaldías de Quito y Guayaquil, así como en las prefecturas de siete de las provincias más importantes. Con este telón de fondo, Correa advirtió que el resultado “es un claro mensaje revocatorio para Lasso”.

Queda cada vez más evidente que el actual momento que atraviesa la crisis del sistema, achica el margen de maniobra incluso de aquellos gobiernos que surgen del riñón mismo de la clase capitalista para los que la salida represiva se presenta entonces como la única opción de supervivencia.

De esto va lo que en estos mismos días, coinciden en adelantar como hoja de ruta de su hipotético gobierno, todos los actores del bloque de representación política que en Argentina encabeza Mauricio Macri que dejó estampada su firma en los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, pero también cuando sobre el final de su mandato envío armas a quienes perpetraban el golpe de Estado contra Evo Morales.

Y como para corroborar que las felicitaciones de noviembre de 2015 no era sólo una formalidad, hace dos semanas y cuando las calles de las principales ciudades de Perú ya se habían convertido en escenario de una brutal matanza, el Gobierno Lasso envió al que encabeza Dina Boluarte, un cargamento consistente en doce mil granadas lacrimógenas destinadas a la Policía Nacional que poco antes le había solicitado al ministro del Interior, Vicente Romero Fernández, que de forma “muy urgente” se adquieran 230 mil granadas y cartuchos de gas lacrimógeno, entre otros tipos de material antidisturbios.

Así las cosas y mientras la represión crece en Perú pertrechada con el material entregado por la Presidencia Lasso, en Argentina, la causa abierta a raíz de la provisión irregular de armamento a los golpistas de Bolivia, sigue durmiendo en algún despacho de Comodoro Py.

Mientras tanto, este mismo hecho, tiene su contratara en Bolivia donde la investigación avanza y ya se sentó en el banquillo de los acusados al entonces comandante de la Fuerza Aérea, Jorge Gonzalo Terceros Lara, que es quien en aquellos días agradeció al embajador argentino Normando Álvarez García por la entrega de setenta mil municiones.

También el tribunal interviniente interrogó a militares de menos rango que aparecen involucrados en el hecho y al personal diplomático boliviano que estuvo al tanto de lo que estaba pasando. Y ya hay un condenado: el ex funcionario de la Cancillería de Bolivia, Renzo Pedro Arteaga Fernández, quien aceptó su culpabilidad en un juicio abreviado por lo que fue sentenciado a una pena de tres años de prisión.