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Jue, Abr
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A casi un año del golpe de Estado que derrocó a Evo Morales, su fuerza política se impuso con más de la mitad de los votos.

Casi un año después del golpe de Estado que forzó la renuncia de Evo Morales, el MAS ratificó el resultado del 20 de octubre de 2019, lo que dejó al descubierto que el fraude denunciado por la derecha local con el aval de la OEA, fue sólo una maniobra para desconocer la voluntad popular que, como ayer, se había expresado con claridad en esos comicios.

La fórmula integrada por Luis Arce y David Choquehuanca, logra más del 53 por ciento de los votos de acuerdo al conteo provisorio, pero también saca una diferencia de alrededor de veinte puntos sobre su inmediato seguidor, Carlos Mesa.

Vale citar que aunque resta conocerse el conteo definitivo del Tribunal Electoral, al promediar la noche, el gobierno de facto encabezado por Jeanine Añez reconoció el triunfo del MAS.

De nada sirvió que Añez y Jorge Quiroga bajaran sus postulaciones en un intento por favorecer la posición de Mesa. Quien la mantuvo fue otro de los actores centrales del golpe de 2019, Luis Fernando Camacho, quien fortaleció su posición en Santa Cruz de la Sierra, pero sólo alcanzó un trece por ciento en el orden nacional.

Al reconocer la victoria del MAS, Añez pidió que el gobierno que va a asumir en noviembre, “trabaje por Bolivia y la democracia”.

Esta frase suena extraña en boca de alguien a quien una patota de militares y policías le puso la banda presidencial. Pero que además es responsable política, entre otras cosas, de brutales actos de represión que dejaron como saldo una cantidad de personas asesinadas, cuya cifra exacta aún se desconoce.

Y no sólo eso. La represión política y social provoca decenas de encarcelados, cientos de exiliados entre los que se encuentra el propio Morales y una acelerada destrucción del esquema económico-social que se fue construyendo durante los años del gobierno del MAS.

Desde que fue derrocado Morales, Bolivia registra una caída del PIB de alrededor del ocho por ciento, algo que de acuerdo a un reciente estudio del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, provocaría que más de un millón de personas caigan en la pobreza.

Otro dato relevante que deja la jornada de ayer tiene que ver con el comportamiento de los bolivianos residentes en Argentina que, tal como los que viven en su país, concurrieron masivamente a votar. Aquí el MAS se impuso por más del ochenta por ciento.

Cuando se perpetró el golpe de Estado todavía era presidente Mauricio Macri. Sin atender a la postura que públicamente expresó entonces quien ya era presidente electo, Alberto Fernández, el Gobierno Cambiemos se apresuró a reconocer a Añez como presidenta de Bolivia.