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Mar, Abr
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La Federación Sindical Mundial se pronunció en el marco del Día Internacional de los Trabajadores y recalcó que el proletariado no debe pagar la crisis del sistema capitalista.

La solidaridad internacionalista sigue siendo el arma de la clase obrera, reafirmó la Federación Sindical Mundial (FSM) en el marco del Día Internacional de los Trabajadores y fue contundente al advertir que no es el proletariado quien debe pagar la crisis del sistema capitalista, al tiempo que volvió a repudiar “los bloqueos imperialistas y las guerras económicas”.

Lo hizo por medio de una Declaración en la que la FSM celebró las movilizaciones que en distintos puntos del planeta se llevaron a cabo hace una semana para conmemorar el 137 aniversario “de la lucha de los trabajadores en Chicago en 1886 que constituyó un hito duradero de la clase obrera y un faro luminoso para las luchas de hoy y de mañana por un trabajo estable y con derechos, seguridad social, sanidad y educación públicas, gratuitas y universales, una vida digna”.

Vale recordar que la FSM representa a alrededor de 105 millones de trabajadores que con “una la voz combativa y clasista viven, trabajan y luchan en 133 países de los cinco continentes”. Y desde ese lugar, advirtió que “la crisis del capitalismo se está agravando a lo largo y ancho del planeta, lo que se traduce en la violación abierta de los derechos democráticos y sindicales, el deterioro de las condiciones de trabajo y de vida, y la dramática ampliación de las desigualdades sociales, la pobreza y la explotación”.

Y, en este sentido, sostuvo que “el gran capital y sus representantes políticos utilizan el pretexto de la crisis capitalista de todo tipo para atacar incluso los derechos democráticos y sindicales más fundamentales, como el derecho de huelga, de manifestación y de organización”, por lo que “hacen todo lo posible para trasladar las consecuencias de la crisis a los hombros de la clase obrera, los pensionistas, los agricultores y la parte más pobre de los autónomos”.

De ahí que el aumento incontrolable de los precios, especialmente de los productos de primera necesidad, así como la pobreza energética, sea “otra forma de recortar los salarios y de proteger y aumentar los beneficios, lo que se traduce en más pobreza y en el deterioro del nivel de vida de los trabajadores”. Y, al respecto, la FSM alerta que “una vez más quieren que los pueblos y los trabajadores paguen su crisis”, pero remarca que “los trabajadores no están dispuestos a cargar con la factura”.

Por otra parte, destaca que además de las secuelas de la pandemia y de la propia crisis del sistema capitalista, “la burguesía quiere que la clase obrera pague también el precio de la guerra imperialista de EE.UU., la Otan y la UE con Rusia, en Ucrania”. Y tras reiterar “nuestra firme solidaridad internacionalista con los pueblos que sufren”, la FSM exigió el fin de la guerra en Donbás, “la eliminación de todas las guerras imperialistas, la retirada y el desmantelamiento de la Otan y de todas las coaliciones militares, y la abolición de las armas nucleares”.