Política
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Está en el barrio de Nueva Pompeya, en la Ciudad de Buenos Aires, y ahí habrían estado secuestrados Juan Carlos Comínguez y Luis Cervera Novo.

Una investigación llevada a cabo por el juzgado federal a cargo de Daniel Rafecas, logró identificar un inmueble ubicado en Nueva Pompeya, donde durante la última dictadura funcionó un centro clandestino de detención y tortura que estaba a cargo del grupo de tareas de la Side que operaba en Automotores Orletti.

En este contexto y poder preservarlo como prueba judicial, el 6 de diciembre, el magistrado dictó una orden de no innovar sobre el edificio que se encuentra deshabitado desde hace varios años.

La casa está en la intersección de las calles Pomar y Chiclana y desde ahí, entre mayo y junio de 1977, operaba la patota que encabezaba el represor Aníbal Gordon. La investigación pudo establecer que en ese sitio estuvieron cautivas allí al menos siete personas.

Entre quienes pasaron por este centro clandestino de detención, habrían estado los dirigentes del Partido Comunista Juan Carlos Comínguez y Luis Cervera Novo, quienes fueron secuestrados el 20 de mayo de 1977 a pocos metros del local del partidario ubicado en de Avenida Callao 274.

Así se desprende de un sumario militar que data de 1977, iniciado a la banda que encabezaba Gordon a raíz del secuestro extorsivo perpetrado contra el dueño de la financiera Río Paraná, Pedro León Zavalía. Ahí se cita el secuestro de Comínguez y que el ex diputado había sido llevado al lugar.

Durante su secuestro, Comínguez pudo establecer que junto a él habían corrido idéntica suerte Cervera Novo, Carmen Román, Isidro Gómez, Cesáreo Arano, Miguel Prado y Miguel Lamotta.

Ante esto el PC movió todos sus recursos y Jesús Mira, quien había sido compañero de bloque de Comínguez, logró entrevistarse con un funcionario del gobierno de facto al que conocía de su paso por la Cámara baja, para interceder por los secuestrados.

El 24 de mayo, Comínguez fue dejado en libertad y poco después cuando se presentó a declarar en una sede judicial, identificó que el sitio al que lo habían llevado contra su voluntad, estaba en la zona sur de la ciudad. Para establecer esto, se basó en el tiempo estimado que tardó el traslado y en el olor a grasa “típico de la zona de Villa Lugano o Mataderos”, que consiguió percibir en esas circunstancias.

Sólo Comínguez, Prado y Lamotta pudieron sobrevivir. Cervera Novo, Gómez, Arano y Carmen Román están desaparecidos.