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Dom, Abr
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A contrapelo de la receta que se aplica en nuestro país, en Brasil se sanciona una ley que grava transacciones de súper ricos para bajar el déficit que dejó Jair Bolsonaro.

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, promulgó la primera ley que en Brasil va a permitir que el Estado cobre impuestos sobre las transacciones que hacen los llamados fondos exclusivos de inversión o “superricos” y las empresas que tienen aplicaciones financieras en offshore. Y, de este modo, el equipo económico del gobierno estima que va a incrementar la
recaudación por un equivalente a seis mil millones de
dólares hasta 2025.

De acuerdo a la iniciativa que fue impulsada por el ministro de Economía, Fernando Haddad, los contribuyentes individuales van a tener que declarar por separado los ingresos del capital que invierten en el extranjero, lo que incluye transacciones de tipo financiero, ganancias y dividendos de entidades controladas. Y, en este sentido, desde esa cartera se hizo hincapié que lo que
se pretende con la medida es alcanzar una mayor justicia tributaria.

En el proyecto aprobado, se establece que la tributación de los fondos de los superricos, va hacerse dos veces al año, en mayo y noviembre y de acuerdo con los cálculos hechos por el Congreso, puede alcanzar a alrededor de 2.500 brasileños que poseen recursos en los fondos exclusivos donde, para ingresar, se requiere como mínimo una inversión de dos millones.

Por medio de esta medida, el Gobierno del país vecino pretender recaudar recursos para hacer frente al déficit fiscal que heredó de la gestión que encabezó Jair Bolsonaro, pero también se presenta en un contexto en el que Lula Da Silva profundiza su lucha por la “igualdad financiera”, en cuyo contexto volvió a pedir que las instituciones internacionales reduzcan los recargos y aumenten la eficiencia, como parte de una iniciativa que intenta reformular la gobernanza global.

“Queremos alentar a las instituciones financieras internacionales a reducir los recargos, aumentar el volumen de recursos concesionales y crear fórmulas para reducir los riesgos”, dijo no hace mucho al pronunciar su primer discurso al frente del G20 y advirtió que esto es preciso porque actualmente, “quienes más necesitan son los que menos reciben, lo que exacerba las desigualdades
entre países”.