En medio de la tragedia social que estamos viviendo la defensa en unidad de nuestra soberanía nacional y de los intereses populares debe dejar en claro, ante todo, que no debemos pagarle ni un solo peso al FMI. Atravesando un año electoral que puede modificar la correlación de fuerzas parlamentarias, la madre de todas las batallas sigue siendo coordinar las distintas demandas sectoriales de nuestro pueblo y forjar desde la resistencia en las calles un proyecto político con base programática y horizonte emancipador. Algo difícil de construir con quienes aceptan la idea de seguir convalidando la estafa de la deuda externa, obturan instancias de debate colectivo y contienen la movilización popular con el argumento de respetar la “institucionalidad democrática”.
El reciente desembolso del FMI llegó con una devaluación que inmediatamente aumenta el costo de vida. Con esta última disparada del dólar el gobierno cumplió con el objetivo devaluatorio en cuotas del 30 por ciento que en abril le había marcado el directorio del Fondo cuando le otorgó un nuevo préstamo a condición de comenzar a transitar un camino de "actualización cambiaria". Como siempre, con cada desembolso llegan más exigencias de mayor ajuste contra la clase trabajadora y mayor entrega de soberanía. En este derrotero sin fin se sigue tomando deuda ilegítima para seguir pagando deuda ilegitima. Cortar con la dependencia del Fondo Monetario asumiendo el hecho elemental de que las estafas no deben pagarse debe ser el punto de partida para proyectar una alternativa política verdaderamente soberana. De otra manera, seguiremos sufriendo las consecuencias de nuevos ciclos de endeudamiento y quedaremos atados a la alternancia entre gobiernos de una derecha cada vez más radicalizada en su contenido y sus formas y gobiernos conservadores o moderados que, chistando más o chistando menos, estén dispuestos a pagar todos los platos rotos.
“Qué angustia habrán tenido, querido Rey, por tomar la decisión de separarse de España” fue la inolvidable frase que el entonces presidente Mauricio Macri, refiriéndose a los próceres del Congreso de Tucumán, dirigió a Juan Carlos de Borbón en el acto por el bicentenario nuestra primera independencia nacional. Casi diez años después, en un esfuerzo por superar la impronta cipaya de aquel acto y luego del desplante de los gobernadores por el que canceló su viaje a Tucumán, Javier Milei eligió celebrar con una fiesta en la Casa Rosada la disolución de más de 100 organismos estatales como si se tratara de una conquista independentista. "Hace 209 años a través de la Declaración de la Independencia nos liberamos de un sistema político liberticida y hoy estamos viviendo una experiencia similar", afirmó en alusión al desguace del Estado implementado a lo largo de un año con las facultades especiales que le otorgara la Ley Bases.
Ni bien la jueza de Nueva York Loretta Preska convalidó la demanda extorsiva del fondo buitre Burford Capital para quedarse con el 51 por ciento de las acciones estatales de YPF, Milei tuiteó en coincidencia con el fallo imperial, apuntando contra las supuestas irregularidades del proceso de expropiación de la petrolera en 2012 y ponderando el estatuto de una empresa por sobre la Constitución Nacional. Es decir, colocó automáticamente al gobierno del bando de los enemigos de la patria aunque, para disimular un poco su genuflexión explícita, tuviera luego que ensayar algunos gestos de queja y piruetas discursivas.
Rápido para los mandados Luis "Toto" Caputo puso en marcha negociaciones para pagar con bonos a largo plazo e intereses exhorbitantes los 16 mil millones de dólares que reclama Burford. Con ese propósito y a partir del fallo de Preska mandó a Nueva York al secretario de finanzas, Pablo Quirno, y al viceministro de economía, José Luis Daza. Sin embargo, como para ir sondeando la cosa, antes de la decisión de la jueza estadounidense el lobista de esta firma buitre, Gerardo "Gerry" Mato, ya había estado una media docena de veces en el Ministerio de Economía. Mato es un banquero macrista, ex gerente del HSBC en nuestro país, que por recomendación directa del propio Mauricio Macri financió la campaña presidencial de Milei en 2023.
La Procuración del Tesoro es el organismo que representa al Estado argentino en el litigio contra Burford por YPF. Su titular, Santiago Castro Videla decidió en medio de esta disputa el despido de 60 funcionarios y el desarme de equipos técnicos encargados de la defensa del interés nacional con la excusa de evitar la "filtración de información". Castro Videla hasta antes de que fuera designado en el cargo el último verano era socio del abogado Alberto Bianchi, un litigante de carrera contra el Estado contratado ahora por los buitres que quieren quedarse con nuestro petróleo. Con su asesoría, Burford Capital ya anticipó que como opción de cobro contempla ir por otras empresas estratégicas de bandera que el gobierno anda ofreciendo en bandeja, como Aerolíneas Argentinas, y que quiere rapiñar también el oro del Banco Central que Caputo mandó a Inglaterra.
Sobre la orden judicial emitida en Estados Unidos, la Procuración presentó un escrito donde señala que la misma "vulnera principios de cortesía internacional, al exigir que la República incumpla su propia legislación interna" y en cuyo texto, prácticamente, le encomienda la defensa de YPF a Donald Trump.
Por otra parte, el caso Peter Lamelas demuestra la sumisión total y absoluta de este gobierno (anti) nacional a los intereses de Washington. Las declaraciones injerencistas cargadas de altas dosis de macartismo de este lugarteniente del jefe del Departamento de Estado y de la gusanera terrorista de Miami, Marco Rubio, fueron repudiadas por amplios sectores del movimiento popular. Aunque entre los gobernadores de todas las latitudes y signos políticos la respuesta más escuchada fue el silencio.
El especial énfasis que el designado embajador de Estados Unidos en nuestro país puso en evitar la influencia “maligna” de China y, en lo referente a la región, de Cuba, Venezuela y Nicaragua reafirman la necesidad de fortalecer una unidad antiimperialista y marcan como hoja de ruta avanzar hacia una integración regional con el socialismo como guía y acoplarse al desarrollo de un mundo multipolar contra el guerrerismo y el colonialismo. Del enemigo el consejo.
Los dichos ya tristemente célebres de Lamelas, como se sostiene en la declaración del secretariado nacional del Partido Comunista de la Argentina al respecto, no pueden escindirse de hechos como “el acuerdo con el FMI, la instalación de la base naval yanqui en Ushuaia, el control del ejército estadounidense sobre el Río Paraná y toda acción desestabilizadora de la CIA y el Comando Sur contra nuestro país y nuestra región”. Por lo que, como reafirma esa declaración, “en este contexto nacional e internacional la unidad que necesitamos para fortalecer a la Patria es la unidad antiimperialista”.
A la bajada de línea de este representante del imperio hay que sumarle, cuándo no, nuevas declaraciones de la Amcham (la cámara de Comercio de los EEUU en Argentina) presionando para establecer “reglas a la largo plazo” con una reforma laboral regresiva, mayor apertura de importaciones y mayor devaluación; además de la visita de la caza inmigrantes del gobierno yanqui, Kristi Noem, para que el gobierno argentino profundice también su política trumpista contra la población migrante, fundamentalmente aquella proveniente de países latinoamericanos.
En este contexto no podemos pasar por alto que el nuevo Plan Nacional de Inteligencia de la SIDE persigue el objetivo de aumentar la persecución política y seguir achicando los márgenes de una democracia apenas formal. Y que además señala como acciones desestabilizadoras a las manifestaciones que se opongan al alineamiento del gobierno a los intereses de Estados Unidos e Israel.
El rechazo a la privatización de Aysa tiene que convertirse en una bandera de la defensa de los servicios públicos concebidos como un derecho humano y no como una mercancía. Ese rechazo, sin embargo, no puede dejar de lado el repudio a los crímenes de lesa humanidad que comete la empresa israelí Mekorot contra el pueblo palestino, empresa que podría pasar a quedarse con la administración de Aysa y que aumentó su presencia en nuestro territorio durante el gobierno del Frente de Todos y opera ya en unas doce provincias.
En el acta de la Independencia firmada en la Casa de Tucumán se señala que “nos independizamos de España y de toda otra potencia extranjera’”. Es bueno tener en cuenta el dato en pos de construir la unidad que necesitamos para la refundación y la liberación de la Patria, para conquistar una verdadera y definitiva independencia.
Ganar las calles para derrotar al gobierno
Junto con el anuncio de rebaja a las retenciones a la exportación que tanto le reclamaba la oligarquía terrateniente, Milei reafirmó los vetos contra los jubilados y las personas con discapacidad desde el palco del predio que la Rural le usurpa al Estado. Esa escena, que expone brutalmente las injusticias estructurales del capitalismo argentino, nos llama a poner en el centro de nuestras propuestas programáticas la distribución de la riqueza.
La mentira al desnudo del “equilibrio fiscal”, eufemismo utilizado para defender la concentración de la riqueza en pocas manos y el ajuste contra las grandes mayorías populares, como no podía ser de otra forma fue celebrada una vez más por el FMI. A la propuesta del No al Pago de la estafa de la Deuda Externa, debemos acompañarla de una serie de iniciativas que apunten a romper con la matriz económica y la legislación fiscal vigentes, que reproducen el status quo de una sociedad cada vez más injusta y desigual, donde la democracia atraviesa su mayor crisis de representatividad desde el fin de la última dictadura.
Acaba de cumplir 40 años aquel discurso memorable del Comandante Fidel Castro en el “Encuentro sobre la Deuda Externa de Latinoamérica y del Caribe”, pronunciado el 3 de agosto de 1985 en La Habana. Parece redundante decir que la palabra de Fidel rejuvenece cada día y nos viene a hablar del futuro desde la realidad actual. Pero volver a escuchar aquel discurso, volver a leerlo y estudiarlo es una prueba contundente de esa afirmación. Promover una campaña nacional por el No pago de la deuda ilegítima, ilegal, incobrable e impagable es en este momento concreto la mejor manera que podemos encontrar para homenajear al mayor líder revolucionario de Nuestra América del siglo XX y de buena parte de este siglo. Impulsar en todo el país la campaña contra el pago al FMI y rechazar toda intromisión del imperialismo en nuestro país y nuestra región es, entrando al año del centenario del natalicio de Fidel, una obligación con nuestra historia pero fundamentalmente con nuestro futuro.
A esta democracia tutelada por el imperialismo yanqui, moldeada para legitimar y reproducir la explotación capitalista, con proscripciones y persecución política en aumento y una legislación electoral restrictiva, debemos contraponerle la idea posible de una democracia popular, participativa, que pueda garantizar que todos los derechos sean para todxs.
En este contexto corresponde apoyar e impulsar el juicio político por estafa al presidente Milei, donde además de acusarlo por la estafa de Libra habría que acusarlo, fundamentalmente, por la estafa armada con el FMI contra todo el pueblo argentino. Pero ante todo es la acusación de traición a la Patria el principal fundamento para echarlo, arbitrando al mismo tiempo los medios necesarios para evitar un relevo interno y convocando a elecciones anticipadas.
El desguace del Estado, el industricidio, el saqueo de nuestros recursos naturales y el ajuste y la represión que escalan a la par no se revierten tan solamente con fallos del Poder Judicial o votaciones del Poder Legislativo. Los fallos del Poder Judicial y las leyes aprobadas por el Poder Legislativo a favor de los intereses soberanos y populares por supuesto que suman en la misma dirección que impulsamos. Pero sería ingenuo pasar por alto que esos fallos y esas leyes son producto de una correlación de fuerzas que siempre puede ser modificada, para un lado o para el otro, en el desarrollo de la lucha de clases y con la movilización popular o la ausencia de ella.
Hay quienes se apuran a celebrar la “goleada de 12 a 0” propinada en última sesión de la cámara de Diputados al gobierno como un “triunfo histórico para el pueblo”. La media sanción que recibieron importantes y numerosos proyectos de ley a favor de la educación, la ciencia, la salud y la cultura y el medio rechazo a los DNU dictados por el Poder Ejecutivo (contra el INTA, el INTI, Vialidad Nacional, el Banco de Datos Genéticos, la soberanía de la Marina Mercante y el derecho a huelga) a partir del uso de las facultades delegadas por la Ley Bases deberán refrendarse en el Senado y evitar luego los vetos del Ejecutivo y una eventual y muy probable judicialización. Los legisladores que un día votan una cosa y a la semana o al mes siguiente la opuesta abundan en esta democracia devaluada como para caer en un exceso de triunfalismo y resignar la calle, el principal terreno para la defensa y la conquista de derechos.
Sin desdeñar en absoluto la importancia de las elecciones legislativas y su impacto directo en la coyuntura política, la vocación de poder tiene que expresarse principalmente en la vocación planificada de crear Poder Popular. De otra forma, no habrá manera de abrirle paso a un proyecto político revolucionario en la Argentina.
La consigna de no darle ni un minuto de tregua al gobierno de Milei y unir todas las luchas cobra cada vez más vigencia. En este sentido, destacamos el programa presentado por la CTA de lxs Trabajadorxs, la convocatoria a Cabildos Abiertos entre las dos CTA en proceso de unidad y la conformación del Frente de Lucha por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos, que aglutina también a sindicatos de la CGT con autonomía de su cúpula burocrática y pro empresarial. Estos son sin dudas pasos concretos para la coordinación de las distintas y dispersas demandas sectoriales, que abonan a la posibilidad de pasar de la resistencia a la ofensiva. Y en esta dirección, por supuesto, no podemos dejar de valorar y acompañar la lucha ejemplar lxs jubiladxs.
Más allá y más acá de la disputa electoral, insistimos, la madre de todas las batallas sigue siendo la de construir Poder Popular en cada frente de masas y trabajar por la conformación (desde la coordinación de las luchas concretas) de una alternativa frentista dispuesta a superar las limitaciones políticas e ideológicas de las ultimas experiencias unitarias del campo popular que nos condujeron hasta este presente.
Ganarle al gobierno neofascista y ultraliberal de Milei en las próximas elecciones es sin duda alguna muy importante. Derrotarlo en las calles es fundamental.