Desde esos países y también desde Bangladesh, los comunistas hicieron un llamamiento por la paz y coincidieron caracterizar quiénes son los que están detrás de esta escalda armada que ya dejó 38 muertos a ambos lados de la frontera. Nueva Delhi tiene disponibles 172 ojivas nucleares, mientras que Islamabad posee 170.
Comunistas de India, Pakistán y Bangladesh coincidieron a hacer un llamamiento a paz en medio de la escalada de un conflicto latente desde la guerra indo-pakistaní de 1965 por la soberanía de Cachemira, que durante las últimas horas dejó al menos 38 muertos como consecuencia de mutuos ataques que se vienen registrando después de que un grupo armado atacara el 22 de abril la ciudad turística de Pahalgam, en la Cachemira india, que dejó un saldo de veintiséis personas asesinadas.
Nueva Delhi acusó que el gobierno presidido por Asif Ali Zardari está detrás de aquel ataque terrorista, por lo que ordenó llevar a cabo un ataque aéreo dentro de las fronteras de Pakistán, la Operación Sindoor, que fue dirigido contra lo que caracterizó como “infraestructura terrorista” ubicada en nueve locaciones diferentes. También hubo un fuerte intercambio de fuego de artillería a lo largo de la Línea de Control, emplazada en la zona de frontera que divide a ambos países en la región de Cachemira.
“No a la guerra Indopakistaní”, reclamó el Partido Comunista de Pakistán y advirtió que la actual escalada responde “al militarismo burgués” que sólo podrá ser superado por el internacionalismo proletario. Y, en este sentido, tras condenar “la agresión militar iniciada por el Estado burgués indio y la contraagresión de la clase dominante pakistaní”, hizo hincapié en que “estas no son guerras de liberación ni benefician al proletariado, sino guerras de agresión militar burguesa rival por la hegemonía regional a expensas de la clase obrera”.
Por su parte, el Partido Comunista de la India recalcó que “nuestros verdaderos enemigos son el terrorismo y el fundamentalismo religioso”, por lo que ambos “deben ser enfrentados colectivamente” y por eso instó tanto a India como a Pakistán “a actuar con moderación para evitar la escalada superior”, al tiempo que remarcó que resulta preciso que Islamabad y Nueva Delhi recurran a la vía diplomática para enfrentar cualquier diferendo, ya que “la guerra multiplica el sufrimiento y nunca va a ofrecer soluciones duraderas”.
Para completar este panorama, desde Dhaka, el Partido Comunista de Bangladesh hizo pública su “profunda preocupación” por la tensión militar desatada entre India y Pakistán que según advirtió “podría tomar la forma de una guerra prolongada lo que podría poner en peligro la paz y la estabilidad de nuestra región. Y fue claro al denunciar que “las reaccionarias clases dominantes burguesas de India y Pakistán son responsables de este terrible aumento del extremismo religioso y el terrorismo que crean o incitan estos incidentes terroristas para satisfacer sus propios intereses políticos”.
Cabe recordar que tras la división de la India británica, lo que hoy es Bangladesh quedó bajo jurisdicción pakistaní, pero en 1971 obtuvo su independencia en el marco de una guerra de liberación en la que fue apoyado por India. Y también que Pakistán e India poseen armamento nuclear: de acuerdo al boletín de la organización Científicos Atómicos, India tiene disponibles 172 ojivas nucleares, mientras que Pakistán posee 170.