En Estados Unidos, el Partido Comunista lanzó una campaña para resistir a las políticas desatadas por la Presidencia Trump contra personas inmigrantes. Advirtió sobre los “ataques racistas contra los inmigrantes” y denunció que el actual mandatario “está sometiendo a los inmigrantes y refugiados no europeos en este país a un verdadero infierno”.
El Partido Comunista de Estados Unidos (PC-USA) convocó a “una lucha decidida y a nivel nacional para detener las redadas y otras medidas represivas que la administración Trump ha desatado contra los trabajadores inmigrantes y sus familias”. Lo hizo ante la firma por parte del presidente de EE.UU. de un nuevo decreto que ordena tomar “medidas enérgicas contra las jurisdicciones santuario”, que es como califica a los estados o localidades que limitan la aplicación de las leyes federales de inmigración que fueron severamente endurecidas a partir del retorno de Donald Trump a la Casa Blanca.
Este nuevo decreto exige que el Departamento de Justicia y el Departamento de Seguridad Nacional identifiquen cuáles son esas jurisdicciones para que se les retiren fondos federales y se les inicien acciones legales. “Dentro de los treinta días a partir de la fecha de esta orden, la secretaria de Justicia, en coordinación con la secretaria de Seguridad Nacional, deberá publicar una lista de estados y jurisdicciones locales que obstruyan la aplicación de las leyes de inmigración federales (jurisdicciones santuario). Después de esta publicación inicial, la secretaria de Justicia y la secretaria de Seguridad Nacional deberán actualizar esta lista según sea necesario”, amenaza el decreto.
Con este telón de fondo, el PC-USA instó a resistir lo que no dudó en calificar como nuevos “ataques racistas de Trump contra los inmigrantes” y denunció que el actual mandatario “está sometiendo a los inmigrantes y refugiados no europeos en este país a un infierno” por medio de “una campaña de odio político antiinmigrante que ha dado lugar a redadas en varias ciudades con grandes poblaciones inmigrantes como Chicago, Newark, Nueva York, Los Ángeles, Filadelfia, Miami, Atlanta y varias ciudades de Texas”.
Asimismo, advierte que estas verdaderas cacerías humanas, también incluyen “interrogatorios y arrestos de no inmigrantes como personas descendientes de puertorriqueños y nativos americanos”, algo que llevó a que “líderes indígenas advirtieran a los miembros de sus comunidades que lleven consigo documentos de identificación en todo momento fuera de las reservas que habitan, para evitar ser arrastrados por la locura de las deportaciones”.
El PC-USA también fustigó el intento que hizo Trump cuando, por medio de una orden ejecutiva quiso alterar la normativa que data de 1895, por la que se otorga la ciudadanía automática a todas las personas nacidas en suelo estadounidense. Si prospera esa iniciativa, aunque nacieran en EE.UU., los hijos de inmigrantes no serían considerados ciudadanos de ese país.
Por otra parte, el PC-USA también repudió la orden ejecutiva por la que el presidente estadounidense habilitó el uso de la base que su país ocupa ilegalmente en Bahía de Guantánamo para que sirva como centro de detención de inmigrantes. Y alertó sobre la peligrosidad que tiene la campaña por la se insta a que se denuncie a personas que “puedan ser inmigrantes ilegales”, algo que “pone en peligro a todas las personas de color, a quienes visten ropa asociada a ciertos grupos étnicos o a quienes se les escucha conversar en un idioma distinto del inglés”, lo que desata un a cacería de brujas similar a la que se impuso a instancias de la Presidencia de George W. Bush, tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Así las cosas el PC-USA, destacó que pese a todo “hay una lucha y solidaridad con los trabajadores inmigrantes, tanto documentados como indocumentados” y reconoció que varios estados y municipios como Illinois y Virginia recalcaron que no cooperarán con la campaña de deportación. Por lo que convocó a sus militantes “a exigir que los gobiernos de sus ciudades, condados y estados se nieguen a cooperar con las redadas de inmigración y otras medidas represivas”, al tiempo que resaltó que resulta preciso que “cada sindicato, organización cívica y profesional, cada grupo religioso denuncie la campaña antiinmigrante de Trump y haga todo lo posible para bloquear los esfuerzos de su administración”.
Y, sin dudarlo, hizo hincapié en que “debemos luchar contra el imperialismo que es una fuente importante de migración masiva hacia Estados Unidos”, lo que implica “luchar para detener las sanciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, para que se elimine a Cuba de la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo y para poner fin a otras medidas coercitivas contra Estados soberanos de donde provienen los migrantes indocumentados”.