Elsa Bruzzone, secretaria del Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida) y especialista en geopolítica y defensa, dialogó con Nuestra Propuesta sobre la decisión del gobierno argentino de afianzar sus relaciones con Estados Unidos, en especial, por la vía de permitir la instalación de una base militar naval yanqui en Tierra del Fuego que serviría de punto estratégico para el abastecimiento de submarinos nucleares.
En medio de la escalada militar impulsada por Israel y Estados Unidos en Medio Oriente, el gobierno de Javier Milei mantiene su decisión de permitirle a Estados Unidos que instale una base militar naval en Ushuaia, en la provincia de Tierra del Fuego. Al respecto Elsa Bruzzone, secretaria del Centro de Militares para la Democracia Argentina (Cemida) y especialista en geopolítica y defensa, remarcó en diálogo con Nuestra Propuesta que “la idea de montar una base militar norteamericana en Ushuaia, Tierra del Fuego, no es nueva”. En efecto, “ya en la visita que realizó Barack Obama al país en la semana del 24 de marzo de 2016, el entonces presidente argentino, Mauricio Macri, le manifestó a Estados Unidos que Argentina se encontraba predispuesta a la instalación de bases militares norteamericanas en el país”. Al respecto, puntualizó que “una de esas bases estaba pensada para que se instalara en la capital de Tierra de Fuego”. De hecho, agregó, “una delegación del ministerio de Defensa viajó a Estados Unidos para reunirse con integrantes del Departamento de Defensa, el Departamento de Estado y el Pentágono y así avanzar con la implementación”.
Sin embargo, durante el gobierno de Alberto Fernández la implementación fue desactivada por iniciativa de Jorge Taiana, entonces ministro de Defensa. “Durante la administración de Taiana, uno de los ejes de su gestión fue poner en valor la posición geoestratégica de Ushuaia, con el propósito de explotar su ubicación privilegiada como polo logístico indispensable para las expediciones científicas y turísticas que se dirigen a la Antártida”. Para ello el Estado argentino había alcanzado un acuerdo financiero con China.
Pero a partir de 2023 la situación cambió drásticamente. Bruzzone remarcó que “no es casualidad que un gobierno como el de Milei, que decidió mantener relaciones carnales con Estados Unidos, Gran Bretaña e Israel, haya frenado por completo la idea de un polo logístico argentino en Tierra del Fuego y, en su lugar, retomara el plan original del macrismo de instalar una base norteamericana”. Bruzzone explicó que el interés de Estados Unidos no es caprichoso, dado que en el año 2041 queda habilitada la explotación de los recursos naturales de la Antártida. La especialista recordó que “el continente no es solo la mayor reserva de agua dulce congelada del planeta, sino que también es un territorio rico en hidrocarburos y en minerales esenciales para la industria militar y aeroespacial”. En efecto, así fue confirmado por Rusia en 2008, luego de una expedición científica. Además, agregó, “la casualidad indica que en los sectores donde se superponen los reclamos de soberanía de Argentina, Chile y Gran Bretaña (especialmente en la península antártica) se encuentran los mayores yacimientos de hidrocarburos del continente, como así también una cantidad significativa de minerales estratégicos”. Y como frutilla del postre, explicó que “una base militar en Ushuaia tiene la capacidad operativa de ejercer el control sobre el Canal de Beagle y el Estrecho de Magallanes, y de ese modo controlar el único paso bioceánico alternativo y natural al Canal de Panamá”. Se entiende entonces porqué Argentina, y específicamente Tierra del Fuego, tiene una importancia geopolítica estratégica para Estados Unidos.
Ahora bien, la instalación de una base militar estadunidense en Tierra del Fuego es un peligro para la región. Así lo expresó Bruzzone: “La instalación de una base militar de Estados Unidos en Tierra del Fuego es un peligro para todos. En 1967 los países de América Latina, entre ellos Argentina, firmaron el Tratado de Tlatelolco en el que se establece que la región es una zona libre de armas nucleares. Por ello el armamento nuclear que Gran Bretaña podría tener instalado en las Islas Malvinas viola el principio latinoamericano de no proliferación e implica una amenaza para todo el continente. Por ello también sería de extrema gravedad que se sume una base aeronaval extranjera en el Atlántico Sur, como sería la posible instalación de una base militar de Estados Unidos en Tierra de Fuego. Todo ello se agrava si se sigue de cerca la postura de Estados Unidos respecto a China y su escalada en la confrontación contra el país asiático”. Para que quede aún más claro, la secretaria del Cemida afirma que “así como la OTAN utilizó a Ucrania en su enfrentamiento con Rusia, Estados Unidos puede utilizar a la Argentina en su enfrentamiento con China”.