Zaida Chmaruk, secretaria de relaciones políticas del Partido Comunista de la Argentina, aportó a pedido de Nuestra Propuesta su reflexión sobre la vigencia del legado político de Ernesto Guevara.
Un nuevo aniversario del nacimiento del Che nos tiene que llevar a reflexionar sobre una cuestión central en su pensamiento y su legado político: la radicalidad.
Contrariamente a lo que el pensamiento conservador nos achaca, ya sea desde la derecha o desde el propio progresismo-conservador, cambiar las cosas de raíz no es una cuestión de carácter moral para quienes pensamos en transformarlo todo. Por el contrario, la experiencia histórica lejana y reciente muestra que es la única forma en que el significado profundo de los cambios resista los avatares de los tiempos.
Cuando la idea de transformar la realidad se encorseta en abordar los aspectos mas flagrantemente violentos de esa realidad pero conserva intacta sus características estructurales, se transforma en poco tiempo en una perspectiva conservadora (el discurso de "cuidar lo que tenemos") y a su vez, en una invitación al poder real a retrotraer esos pequeños pasos con una fuerza muy superior.
Transformar las cosas sin meterse con las relaciones y las estructuras de poder que hacen que las cosas sean como son, es abrir la puerta a la reacción conservadora. Ningún enemigo político que conserve los resortes de su poder va a renunciar a utilizarlos sólo por una derrota momentánea.
Por eso en cada idea tenemos que preguntarnos qué capacidad de reacción le queda a los opresores ante los avances de los oprimidos. Si nuestro plan es distribuir "lo que sobra" sin atacar las causas estructurales de la desigualdad -es decir, el poder-, estamos señalando el camino para que nos devuelvan el golpe.
No se trata de no valorar lo avances pequeños o paulatinos, sino de ponerlos en su medida: ¿son un paso en un camino de largo aliento o son el techo que se pone el movimiento popular para su avance?.
Lejos de lo que pregonan los cantos de sirena del posibilismo, que señalan que en momento de ofensiva reaccionaria nuestro rol es el de moderarnos, el legado del Che -y sobre todas las cosas su experiencia revolucionaria- muestra que el lugar para resistir es la firmeza y la audacia.