Se llevaron a cabo en Bahía Blanca diferentes actividades vinculadas al militante de La Fede asesinado por la Triple A en 1975. “Estuvimos porque los y las jóvenes tenemos que comprometernos en la causa de Watu como en la de cualquier compañero detenido, desaparecido y asesinado”, dijo desde la FJC local, Malena Larrea.
Durante la semana pasada, tres actividades de hondo contenido militante tuvieron como epicentro a la ciudad de Bahía Blanca, vinculadas a la defensa de la Memoria, la Verdad y la Justicia que, en este caso, se centraron el la figura de David “Watu” Cilleruelo y otros integrantes de la comunidad universitaria local que fueron asesinados por el terrorismo de Estado perpetrado antes y después del 24 de marzo de 1976.
Una de estas actividades fue la entrega de legajos reparados de estudiantes, docentes y no docentes detenidos-desaparecidos de la sede bahiense de la UTN y también del de Watu, que fue estudiante de la Universidad Nacional del Sur, en cuyos pasillos fue ultimado por una patota de la triple A. A su vez, para la ceremonia que se llevó adelante en la UNS estuvo Raquel Cilleruelo, la hermana de Watu, quien al día siguiente participó de la proyección de la película documental “Watu, historia de un asesinato en la UNS”, organizada por la Comisión Permanente de Homenaje a David Cilleruelo.
Todo esto cobró todavía más sentido, porque pocos días antes la Cámara de Casación resolvió dar vuelta un fallo de primera instancia y absolvió a Héctor Forcelli y Juan Carlos Curzio, quienes durante 2021 fueron condenados después de que un Tribunal los encontrara penalmente responsables de haber participado en el asesinato de Watu.
En el acto de la UTN las familias de un estudiante, un docente y un no docente recibieron los legajos reparados. Ahí estuvo Raquel rodeada por el Partido Comunista y La Fede desde donde Malena Larrea, quien preside el centro de estudiantes de la Escuela de Artes Visuales de Bahía Blanca, recalcó que “estuvimos acompañando a Raquel en un momento particularmente terrible porque después de cincuenta años no hay justicia en el caso de Watu y su hermana vuelve a encontrarse con un Poder Judicial que es absolutamente cómplice de los asesinos de David y de otros compañeros”.
El miércoles fue el turno de la entrega de diecinueve legajos reparados de la UNS, entre ellos el de Watu. El acto fue en el Aula Magna y Raquel recibió ese documento acompañada por Juan Larrea, quien en aquellos años difíciles fue compañero de David. “Lo importante era estar presentes, abrazar a Raquel, en un momento que tiene una particular carga emotiva”, reflexionó Malena pero también sostuvo que “estuvimos porque los y las jóvenes tenemos que comprometernos en la causa de Watu como en la de cualquier compañero detenido, desaparecido, asesinado”, ya que “hablamos del Nunca Más y como juventudes debemos asumir el compromiso y acompañar a las familias que, además, tiene cosas para comentarnos que pueden ser muy útiles para nuestra militancia”.
Por eso es que insistió con que “Raquel necesitaba que estuviéramos ahí y cumplimos, tal como tenemos que seguir cumpliendo”. El acto culminó con el descubrimiento de placas que honran la memoria de los integrantes de la comunidad de la UNS que fueron desaparecidos y asesinados durante aquel oscuro período, en lo que fue una jornada importante, “sobre todo, en estos momentos en los que el negacionismo tiene una presencia tan fuerte”.
El jueves fue el turno de la proyección del documental que se hizo a partir de una construcción colectiva que se desarrolló en 2007, entre estudiantes del nivel secundario agrupados en el Proyecto Jóvenes y Memoria (https://www.youtube.com/watch?v=-zZQjz10jj0).
“Fue un momento de intercambio…pudimos invitar a una docente y a estudiantes que formaron parte de la realización del documental”, explicó Malena quien destacó la presencia de ex militantes de la FJC como Pedro Gaviño, Alberto Rodríguez y el propio Larrea quienes hablaron sobre experiencias militantes de aquellos años y pusieron particular énfasis en la necesidad de sostener el compromiso juvenil.
Sin dudarlo, Malena resaltó que “fue el cierre más emotivo de una semana llena de emociones…en la que tuvimos un espacio para abrazarnos, para llorar, recordar y sobre todo para sentirnos un poco más fuertes y contenidos”. Por eso hizo hincapié en que se trató de una semana atravesada por la reafirmación de la necesidad de luchar por la Memoria, la Verdad y la justicia “como un ejercicio que debe estar dentro de las escuelas…que debe ser parte de la conversación cotidiana, porque queremos vincularnos con lo que pasó en la historia de nuestro país, para que no vuelva a suceder lo mismo y para eso hay que ponerlo en palabras, hay que hablar sobre eso”.