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Dom, Abr
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Tiene cuatro perpetuas para purgar, pero andaba suelto. Ahora, por decisión de la Cámara Federal de Casación Penal, volverá a la cárcel este siniestro personaje que fue clave dentro de la estructura represiva del Batallón de Inteligencia 121.

Juan Daniel Amelong está condenado porque perpetró delitos de lesa humanidad, por los que en diferentes juicios se determinó que debe purgar cuatro perpetuas. Pero este torturador que durante la última dictadura fue uno de los principales actores del Batallón de Inteligencia 121 que funcionaba en Rosario, volvió a pedir que se le otorgue el beneficio de la prisión domiciliaria, algo que la semana pasada fue rechazado por la Cámara Federal de Casación Penal.

El arresto domiciliario ya le había sido otorgado durante fines de 2022 y así llegó a sentarse en el banquillo de acusados durante buena parte del juicio que se sustanció por la causa Guerrieri IV, donde se lo volvió a condenar junto a otros quince ex militares y ex policías que también actuaron en el ámbito del Batallón 121 que dependía del Segundo Cuerpo del Ejército.

Esta nueva condena fue suficiente para que la Fiscalía que está a cargo de Adolfo Villatte, solicitara que de forma inmediata se cumpla con el traslado de este represor a un penal dependiente del Servicio Penitenciario Federal.

Vale recordar que este siniestro personaje integró el Batallón de Inteligencia 121 del que dependían los centros clandestinos La Calamita que estaba ubicado en Granadero Baigorria, Quinta de Funes, La Intermedia, Escuela Magnasco, Ceferino Namuncurá y la Fábrica Militar Domingo Matheu de Rosario. Por su actuación dentro de ese esquema represivo y criminal, además de las cuatro perpetuas que pesan sobre Amelong, recibió una pena a dieciocho años de prisión. Y, asimismo, fue condenado en la causa del Hospital Militar de Paraná.

“Los juicios en Santa Fe y en toda Argentina, son producto de la lucha popular y no porque los jueces hayan investigado ni porque desde algún actor distinto que el pueblo movilizado se los haya impulsado”, se recalcó desde el Partido Comunista de Rosario cuando se consiguió que el Poder Judicial de un paso clave con el inicio del cuarto tramo de la megacausa conocida como Guerrieri, que investigó delitos de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura en el Gran Rosario. Ahí estuvo acusado Amelong, un genocida y provocador profesional, quien ahora debe volver a prisión en algo que, sin dudas, también es producto de la lucha popular.