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Política
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Juan Grabois suspendió el acto de cierre de campaña previsto para ayer, debido al crimen de Morena Domínguez, la nena de once años que fue asaltada y golpeada por motochorros cuando llegaba a su escuela en Lanús.

El precandidato presidencial por Justa y Soberana, Juan Grabois, suspendió el acto de cierre de campaña previsto para ayer en el estadio Malvinas Argentinas ubicado en Ciudad de Buenos Aires, debido al asesinato de Morena Domínguez, la nena de once años que fue asaltada y golpeada por motochorros cuando llegaba a su escuela en Lanús.

Este terrible crimen toca de cerca al movimiento social y particularmente al sector que lidera Grabois, quien lo hizo saber por medio de un mensaje que publicó en su cuenta de Twitter en el que señala que el padre de la niña ultimada “integra el Movimiento de Trabajadores Excluidos y se desempeña como operario en una de las cooperativas de reciclado que fundamos e integra el sistema mixto de reciclado de la ciudad de Buenos Aires”. Y sostiene que se hermano se formó en el Club 16 de Agosto que es “uno de los clubes que fundaron nuestros compañeros en Villa Caraza”.

En su mensaje, Grabois indica que “los familiares de Morena son nuestros compañeros, son nuestros hermanos, y la niña que hoy no está con nosotros podría ser nuestra hija… una niña con toda la vida por delante que sufrió una muerte evitable producto de la violencia que reina en nuestros barrios y la negligencia sistemática del Estado”.

Y añade que “nosotros siempre hemos puesto la cara por nuestros hermanos de los barrios humildes, por los trabajadores cooperativistas y sus familias. Lo hacemos una vez más, sin especular, porque todos somos uno”.

Por otra parte, recuerda que los autores del crimen “han sido identificados y detenidos, según confirmó la propia fiscalía” y que se trata de dos adultos “que robaron y abandonaron herida a Morena en las cercanías de la escuela donde estudiaba”.

Asimismo, denuncia que “como es moneda corriente en nuestros barrios populares, la zona estaba liberada por la policía que tardó treinta minutos en llegar con un patrullero local. Del mismo modo, la ambulancia municipal que podría haberle salvado la vida, se demoró cuarenta minutos en llegar. Como afirmó el Director del Hospital Evita, la muerte podría haberse evitado si los tiempos hubieran sido otros”.

También sostiene que “la respuesta de los representantes políticos de la Municipalidad de Lanús, lejos de asumir sus responsabilidades y actuar en consecuencia, fue pasearse por los medios y comunicar a las redacciones de los principales portales noticias falsas, señalando personas que no participaron del hecho”.

Ya que, “en el marco de ese show que ofende el duelo de los familiares de la niña y compañeros de trabajo, comenzaron a detener personas a mansalva, muchas sin relación alguna con el hecho. La desvergüenza fue tal que el propio intendente municipal llamó personalmente a las redacciones de los principales portales para señalar a la diputada cartonera Natalia Zaracho, compañera de trabajo del padre de la niña, para buscar un chivo expiatorio frente al repudio generalizado de los vecinos de la zona contra el intendente Diego Kravetz. La acusan de ‘defender’ a un pibe de catorce años que no participó del crimen de Morena pero que aparte, ellos, como Estado, deberían haber rescatado de la droga. La gente sabe bien quiénes son los responsables”.

Y, al respecto, hizo hincapié en que “estamos de duelo y no vamos a entrar en el juego perverso de la politiquería. Sólo queremos respeto, verdad y justicia”.

 

Reflexión

 

Pero también reflexionó que “el accionar criminal de los individuos que participaron en el hecho está íntimamente vinculado al flagelo de la droga y la complicidad policial con el delito que arruina la vida de cientos de miles de personas en todo el país desde hace décadas. Personas que se lastiman a sí mismas, que lastiman a otras, todas en los barrios más humildes, mientras el dinero lo lavan los delincuentes de guantes blancos que viven en countries y no en villas. Esto pasa hace décadas y en todo el país”.

Y, en esta dirección puntualizó que “el círculo de violencia se acelera cuando la policía, después de detener y golpear a personas que delinquieron, de todas las edades, las extorsiona y recluta para que cometan delitos tanto en la narcocriminalidad como robos, con el objetivo de abultar las cajas negras que existen en casi todas las comisarías de la Argentina. El barrio sabe que es verdad y el barrio no olvida”.

Y añadió que los jueces y fiscales “cuando no están bajo los reflectores actúan con negligencia criminal; tampoco procuran la reinserción de quienes delinquen, sino que los meten en lugares mugrosos y hacinados, encierro del cual salen peor de lo que entraron y una vez que salen, no se ocupan de garantizar que comiencen una vida basada en el trabajo y el apego a la ley. Esto también se explica por la complicidad que existe entre policías y jueces con el narcotráfico, complicidad que hemos denunciado en innumerables ocasiones”.

De ahí que “en el caso de los menores de edad perdidos en las adicciones, hacen caso omiso a los gritos desesperados de las familias y las organizaciones barriales para que se otorguen las llamadas medidas de coacción que permitan su internación y desintoxicación”.

Y lamentó que “estas son las cosas que suceden, pero las tergiversan, invierten las responsabilidades… son pasto para los que quieren utilizar el dolor ajeno para beneficio propio. No gastan una emoción en dar la verdadera batalla contra la narcoestructura y la destrucción del tejido social”.

Por lo que como precandidato a la presidencia, recalcó Grabois, “no voy a instrumentalizar el vínculo de compañerismo con la familia de la víctima para intereses mezquinos de la política. No obstante, nuestros compañeros y compañeras, además de nuestro equipo jurídico, se encuentran desde hace horas acompañándolos en este calvario y están a disposición de la abuela Antonia, de los hermanos, el padre y todos los familiares”. Y finalizó sosteniendo que es preciso “rearmar nuestra vida en común. El enemigo es la crueldad, la negación de la dignidad y la vida de los demás. Incluso de una niña de once años”.