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Política
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En la Cumbre de Johannesburgo, se aprobó la membresía de nuestro país junto a las de Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía y la República Islámica de Irán ¿Por qué se enojaron Patricia Bullrich y Javier Milei?

El Council of the Americas convocado en el Hotel Alvear de la ciudad de Buenos Aires, fue el escenario en el que ayer Javier Milei y Patricia Bullrich cosecharon aplausos de empresarios y ejecutivos estadounidenses, así como de algunos de sus empleados locales, cuando hicieron gala sumisión al sobreactuar su rechazo al ingreso de Argentina al Brics.

Las exposiciones de los candidatos presidenciales de La Libertad Avanza y Juntos por el Cambios, coincidieron con la reunión que en Sudáfrica realizó el bloque económico formado por ese país junto con Brasil, Rusia, India y la República Popular China, en el que se anunció que desde el primer día de 2024 Argentina va a sumarse al Brics.

La membresía de nuestro país fue aceptada en la Cumbre de Johannesburgo junto a las de Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes, Etiopía y la República Islámica de Irán, por lo que a partir de 2024 aquel espacio va a pasar a denominarse Brics+.

Pero pese a que en este bloque se encuentran tres de los principales socios comerciales de Argentina, tanto Bullrich como Milei cosecharon aplausos en el Council of the Americas por prometer que un gobierno que encabece cualquiera del ellos, daría marcha atrás con la decisión de sumar a nuestro país al Brics+.

Los argumentos que usaron no sorprenden. Patricia Bullrich cargó contra Rusia, aduciendo un abierto alineamiento con las posturas de que impone Washington y la Alianza Atlántica de aislar a Moscú, en el contexto de la agresión que perpetra la Otan en la zona del Donbass.

La Candidata de Juntos por el Cambio habló de “la invasión en Ucrania”, pero también apuntó contra Irán que, sostuvo, “es un país con el que tenemos una herida profunda abierta por los ataques en nuestro territorio”, en alusión al atentado perpetrado contra la Amia el 18 de julio de 1994.

“Nosotros creemos en un orden internacional basado en reglas para preservar la paz y el respeto del derecho internacional”, recalcó Bullrich y añadió que “Argentina, bajo nuestro gobierno, no va a estar en Brics”. El aplauso que esta frase provocó entre el auditorio reunido por el Council of the Americas, deja en claro a qué orden internacional se refiere la candidata macrista, pero también que perfil socioproductivo impone a nuestro país aquel orden internacional.

Y, en la misma dirección, Milei cabalgó sobre su anterior promesa de dinamitar el Mercosur, al afirmar que si entra a La Rosada Argentina se va a ir del Brics+, porque ese bloque está formado “por comunistas”. Tras lo que, en consonancia con Bullrich, insistió con que “nuestro alineamiento de geopolítica es EE.UU. e Israel, nosotros no nos vamos a alinear con comunistas”.

En este punto resulta preciso recordar algunos datos. La República Popular China y Brasil (¡los dos demonios comunistas!), son los principales socios comerciales de Argentina en términos de venta globales y sobre todo de productos manufacturados, pero también en lo que hace a la adquisición de insumos que son claves para la producción industrial que genera valor agregado y trabajo.

Es que mientras por un lado EE.UU. y la Unión Europea ponen cada vez más trabas a los productos argentinos, es entre formaciones estatales como las que componen el Brics+, donde existe una complementación que los vuelve permeables al ingreso de productos de tecnología intermedia como los que mayoritariamente produce nuestro país. Y esto es fundamental para comprender el paso cualitativo que los mercados de estos países ofrecen para la agroindustria, lo que propiciaría por ejemplo dejar de vender soja, trigo y maíz a granel para comerciar productos manufacturados como fideos y galletitas.

Pero todo esto va a contrapelo de la reprimarización de la matriz productiva que postula el bloque de representación política que va del centroderecha hacia la ultraderecha, desde donde se propone una mirada que busca consolidar un esquema también asociado a una extrema financierización, que es el que defiende lo más concentrado de la clase capitalista que actúa en nuestro país.

Por eso los aplausos que los dichos sobre el Brics de Milei y Bullrich provocaron en el Council of the Americas, pero también la aprobación que generaron sus propuestas  de ajuste, conculcación de derechos sociales, laborales y humanos, así como los gestos de sumisión perruna que ahí hicieron los candidatos de Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza ante EE.UU. y el FMI.

Porque, entre otras tantas cosas (Ver Una BricsA fresca antes de las Paso), el Brics+ propone la construcción de un escenario que cuestiona la unipolaridad basada en la preeminencia que hasta ahora presenta el dólar como moneda excluyente de intercambio, algo que se sustenta en un diseño que tiene en su centro a un formidable aparato disuasivo y represivo que cuenta con más de ochocientas bases militares estadounidenses desplegadas por todo el mundo, lo que garantiza el drenaje de riquezas que se arrancan desde el Sur Global hacia EE.UU.

Al fin de cuentas, esto es lo que asusta a la clase capitalista que representan Bullrich y Milei, que desde una cosmovisión cipaya tiembla ante la posibilidad de que se modifique ese statu quo global y que lo haga de la mano de un diseño estatal como el de la República Popular China que merced al Partido Comunista, durante los últimos treinta años sacó de la pobreza a novecientas millones de personas.