“Esta brutal agresión sionista constituye una flagrante violación del derecho internacional y una amenaza directa a la paz y la seguridad regionales e internacionales”, advirtió el Partido Comunista Palestino. Mientras tanto crece el repudio internacional a una posible intervención de Washington en la guerra desatada por Israel contra Irán y a la matanza que no para en la Franja de Gaza.
Persiste la escalada en el intercambio de ataques entre Israel e Irán, por lo que nada hace suponer que vaya a tener una resolución inmediata este momento del conflicto que estalló el viernes pasado cuando el Ejército israelí lanzó un ataque sorpresivo contra la República Islámica, precisamente cuando los representantes de Teherán se encontraban negociando en Emiratos Árabes Unidos condiciones inherentes al desarrollo de su programa nuclear.
En este contexto, ayer, por medio de su portavoz Maria Zajárova, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia advirtió a EE.UU. que una “intervención militar” de Washington en el conflicto podría tener “consecuencias negativas realmente impredecibles”. Tras mantener una conferencia telefónica, tanto el presidente Vladimir Putin como su par de la República Popular China, Xi Jinping, condenaran los ataques israelíes contra Irán e instaron a una solución diplomática.
Por su parte, desde Washington, la vocera presidencial, Karoline Leavitt, aseveró que el presidente Donald Trump, “va a tomar una decisión sobre Irán en las próximas dos semanas”. Lo hizo después de que Trump fuera consultado públicamente acerca de si su país va a intervenir abiertamente en el conflicto (por supuesto que a favor de Israel) y respondiera que “podría hacerlo y podría no hacerlo”.
Mientras tanto, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, se reunió con el ministro de Exteriores del Reino Unido, David Lammy, según se informó, “para abordar asuntos de interés bilateral como el actual conflicto entre Israel e Irán, el fin de la guerra en Ucrania y la próxima cumbre de la Otan”.
Con este telón de fondo, al tiempo que la mayor parte de las miradas se dirigen hacia lo que pasa entre Irán e Israel, el Estado sionista continúa perpetrando una terrible masacre en la Franja de Gaza donde sólo esta semana el ejército de ocupación dejó al menos noventa palestinos asesinados y cientos de heridos en la ciudad de Khan Younis, al sur del enclave. Se trataba de mujeres, hombres y niños que esperaban la llegada de los pocos camiones comerciales y de la ONU que pueden entrar en el territorio portando alimentos para una población que, además de los constantes ataques, está siendo sometida a la hambruna desde hace varias semanas.
Con este panorama, el Partido Comunista Palestino (PCP) hizo pública su condena “a la brutal agresión sionista contra la República Islámica de Irán” que, advirtió, “constituye una flagrante violación del derecho internacional y una amenaza directa a la paz y la seguridad regionales e internacionales”.
El PCP fue claro cuando indicó que este ataque forma parte “de las políticas expansionistas y agresivas perseguidas por la entidad sionista, que no se limitan a los territorios palestinos ocupados sino que se extienden a todos aquellos que apoyan las causas de liberación nacional y se oponen a la arrogancia imperialista y sionista” y añadió que la sistemática agresión contra la República Islámica, “es parte de un proyecto conjunto sionista-estadounidense destinado a imponer la hegemonía sobre los pueblos de la región, sembrar el caos y la destrucción al servicio de los intereses del capital global y atacar cualquier eje de resistencia que se enfrente a estas políticas agresivas”.
Por lo que expresó su solidaridad con el pueblo iraní “y sus fuerzas progresistas y nacionales” que, recalcó, “tienen derecho a defender la soberanía y la integridad territorial de su país”, por lo que instó “a las fuerzas revolucionarias y progresistas, y a todos los pueblos amantes de la libertad del mundo, a permanecer unidos ante esta peligrosa escalada que amenaza con arrastrar a la región a más guerras y destrucción”. Y, sin dudarlo, remarcó que resulta preciso que la ONU adopte “medidas urgentes para poner fin a esta arrogancia sionista y detener la agresión continua que ha afectado a muchos pueblos y naciones de nuestra región”.