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Política
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La Red por la Defensa de los Derechos Humanos y Democracia, advirtió que el proyecto de Ley Ómnibus “intenta normalizar el Gatillo Fácil.

Como integrante de la Red por la Defensa de los Derechos Humanos y Democracia, la Liga Argentina por los Derechos Humanos, advirtió que el proyecto de Ley Ómnibus “intenta normalizar el Gatillo Fácil”, por lo que hizo hincapié en que a raíz de esto, “la sociedad en su conjunto está en riesgo”.

En tal sentido, la Red alertó que el proyecto que el gobierno nacional envió al Congreso, busca garantizar la impunidad de quienes perpetren este tipo de delito, por lo que “no puede dejarse que se convierta en ley”, de ahí que exhortó a que los legisladores “y toda la ciudadanía lo resista, en defensa de la vida y de nuestros derechos”.

En la misma línea, no hace mucho el prestigioso catedrático de derecho penal y procesal penal, Maximiliano Rusconi, alertó acerca de que con la reforma del artículo 34 delCódigo Penal que se prevé en el proyecto de la Ley Ómnibus, “se incorpora una insólita cláusula de presunción a favor del sujeto que ejerce cierta autoridad”. Por lo quedefinió a la iniciativa como “un ensayo de demagogia punitiva, que es digno de las peores épocas de nuestra historia institucional”.

Al respecto no dudó cuando puntualizó que lo que se propicia, es un ámbito normativo para que las fuerzas policiales puedan usar “violencia excesiva, lo que de modo gráfico los medios de comunicación y la comunidad conocen como Gatillo Fácil”, pero también sostuvo que más allá del efecto demagógico, “para la institución policial y las fuerzas de seguridad, la disposición es absolutamente inútil”, ya que “si el agente actúa en el cumplimiento de un deber entonces no hace falta ninguna aclaración adicional”. Y añade que el proyecto busca generar “ámbitos adicionales de impunidad en el contexto de la actuación de las fuerzas de seguridad”.

Por su parte, la semana pasada durante su participación ante las comisiones de Diputados que analizan la iniciativa, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, tuvo un sincericidio tan brutal como torpe y elocuente. Durante su exposición, cuando hablaba sobre los casos de Gatillo Fácil, fue traicionada por su febril subconsciente y entonces los llamó “Gatillo Feliz”.

Pero más allá del subconsciente de la ministra (¡Sigmund Freud se haría un pic-nic!), en el universo de lo consciente, apenas un día después de su paso por la Cámara Baja, Patricia Bullrich volvió a recibir a Luis Chocobar, quien fue condenado a una pena de dos años de prisión en suspenso y cinco de suspensión como agente policial, al ser encontrado penalmente responsable del asesinato de Juan Pablo Kukoc, en un acto que los jueces Fernando Pisano, Jorge Apolo y Adolfo Calvete entendieron que fue cometido en “exceso en el cumplimiento del deber”.

Esta vez, Bullrich recibió a quien es uno de sus íconos preferidos, a punto tal que esto de matar por la espalda pasó a denominarse “Doctrina Chocobar”, junto al director de Normativa y Enlace con el Poder Judicial del Ministerio de Seguridad, Fernando Soto. Y lo hizo como parte de la campaña propiciatoria de una psicosis social que alienta a partir del diseño de su “Protocolo Bullrich” y, sobre todo, durante la previa de la jornada de paro y movilización del miércoles venidero.

Tras el encuentro y la foto, la cartera de Seguridad distribuyó un comunicado en el que se indica que “la ministra Bullrich expresó su compromiso con la adecuación de la legislación para proteger a aquellos que nos protegen, asegurando que estén respaldados por la ley cuando actúen debidamente y en cumplimiento del deber”.