“Nadie se va a salvar solo. Este no es el conflicto de un sector, por eso la salida no va a ser por sectores ni individual”, sino que “debe ser colectiva y debemos estar preparados, porque esta lucha va a seguir y va a ser bastante larga”, advirtió Víctor Pichihua, quien es técnico auxiliar en anatomía patológica en este nosocomio.
Ayer jueves, ATE intimó al Gobierno Nacional a que convoque a una audiencia en carácter de “urgente” para abordar la situación que atraviesa el Hospital Garrahan, cuyos trabajadores demandan recomposición salarial para los médicos residentes que actualmente cobran 779 mil pesos, pero también para el resto de la planta. Y, en este contexto, se movilizaron hacia la sede del Ministerio de Salud como inicio de un paro que quedó en suspenso ante el dictado de la conciliación obligatoria.
Como telón de fondo de todo esto y mientras el ministro Mario Lugones permanece en silencio, los funcionarios que se hacen cargo de defender la postura gubernamental son el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien justifica los despidos argumentando que “se han incrementado mucho los gastos y tiene más personal del razonable que debe tener el hospital” y la viceministra de Salud, Cecilia Loccisano le puso nombre al ajuste en el Garrahan: “Plan de Eficiencia”.
Todo esto amparado por el plan de destrucción sistemática del sistema público, universal y gratuito de salud que tiene su génesis en una de las versiones más criminógenas del capitalismo, que es la que se impone por medio de la Presidencia Milei.
Francos habla de “gastos” y Loccisano señala que hay un “desajuste” entre la cantidad de personal médico y el administrativo. Pero la realidad desmiente a ambos, ya que el nosocomio tiene 3190 profesionales de la salud y 473 que no lo son, entre los que se incluyen administrativos y personal de ordenanza.
Lo cierto es que al tiempo que retira a Argentina de la Organización Mundial de la Salud, acelera su “plan de desregulación y revisión integral del sistema sanitario” y como para refrendarlo recibe al secretario de Salud de EE.UU., el antivacunas Robert F. Kennedy, el gobierno avanza con el vaciamiento del Garrahan fomentando la renuncia de trabajadores, otorgando recomposiciones salariales que van drásticamente por debajo de la inflación, lo que lleva a que la pérdida salarial en lo que va de la Presidencia Milei se ubique en el orden del cincuenta por ciento.
Este es el marco en el que convocados en asamblea, residentes y trabajadores de la planta de todas las profesiones y oficios que garantizan el funcionamiento del hospital, decidieron avanzar en un plan de lucha que entre otras cosas planteó un paro, una marcha que se hizo ayer hacia la sede del Ministerio de Salud. Y, en este contexto, lxs trabajadores buscan respaldo a un proyecto de ley que garantice el presupuesto para el funcionamiento para el Garrahan.
Víctor Pichihua es técnico auxiliar en anatomía patológica en este hospital, además de militante del Partido Comunista y denuncia que “nuestra situación como ayudantes de servicio, auxiliares y administrativos, es que hace año y medio venimos cobrando un salario que prácticamente no tiene recomposiciones y los residentes de primer año están en la misma situación”. Y recuerda que “venimos exigiendo mejoras salariales desde hace ya un buen tiempo”.
Esta vez “fueron los residentes quienes se organizaron y salieron a reclamar, porque aparte de estar muy mal remunerados, quieren modificarle los salarios haciéndolos trabajar más horas, con la excusa de que en el hospital se están educando cuando en realidad se trata de médicos que están transitando su especialización”. Y, a partir de esta situación, tuvo lugar la jornada de paro y movilización de ayer, cuando se dictó la conciliación obligatoria “con la esperanza de que haya una mesa de diálogo antes del martes que viene, que es cuando se va a hacer una nueva asamblea para ver cómo continuar”.
Queda claro que no se trata de una demanda de sólo un sector del nosocomio. “El malestar está generalizado, a nosotros se nos vienen dando paritarias de miseria, los residentes están con sueldos que los ponen por debajo de la línea de la pobreza, al igual que muchos de los ayudantes de servicios, de los técnicos del hospital y del personal administrativo”, lamenta Pichihua. Al tiempo que advierte que “además los insumos vienen con mucho retraso”, por lo que “durante varios meses sufrimos en el servicio la ausencia de reactivos que usamos para analizar tejidos en el microscopio, lo que hizo que se pararan muchos procedimientos”. Estos materiales que faltan, señala, “son indispensables para hacer el diagnóstico de enfermedades complejas”.
Así las cosas, Víctor Pichihua hace hincapié en que , en definitiva, “lo que se pide es el aumento de los recursos genuinos del hospital”, en un contexto en el que crece la demanda como consecuencia de las personas que dejan de tener prepagas y las dificultades que enfrentan varias obras sociales. “La mayoría de muestras que pasan por mi sector provienen de zonas muy empobrecidas donde viven familias que necesitan la consulta y que no tienen acceso a una salud de calidad dentro de sus provincias”, explica Pichihua y remarca que “el vaciamiento termina repercutiendo en los usuarios, principalmente, entre las poblaciones más necesitadas”.
En este sentido, destaca que “nadie se va a salvar solo…este no es el conflicto de un sector, por eso la salida no va a ser por sectores ni individual”, sino que “debe ser colectiva y debemos estar preparados, porque esta lucha va a seguir y va a ser bastante larga”.
El próximo miércoles, 4 de junio, lxs trabajadores del Garrahan están convocando a manifestarse por la tarde frente al congreso para unir su lucha a la lucha de lxs jubilados porque “unir todas las luchas es la tarea”. Nadie se salva sólo.