El martes 10 de junio, Pambis Kyritsis, Secretario General de la Federación Sindical Mundial (FSM), intervino en el sexto día de la sesión plenaria de la 113° Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) en la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que culminó hoy en Ginebra y abogó “por un mundo sin guerras ni explotación”.
La 113° CIT comenzó el 1° de junio con la apertura a cargo del Consejo de Administración, electo el año pasado, y el Director General, Gilbert Houngbo. En este marco, la Federación Sindical Mundial llevó a cabo dos actividades paralelas en la agenda de la 113° CIT: una por los 80 años de la FSM y la otra por la democratización de la OIT.
La delegación de la FSM fue la más numerosa de los últimos años, con más de 150 representantes de América Latina, África, Asia y Europa. Entre ellos se encontraba el compañero Ernesto “Quiqui” Trigo, Secretario General del Sindicato del Cuero y adjunto de FATICA de Argentina, integrante del Secretariado de la FSM.
Kyritsis inició su discurso haciendo referencia a los 80 años de la FSM, que se cumplen el próximo 3 de octubre, y a los 80 años que se cumplieron de la victoria sobre el nazifascismo en la Segunda Guerra Mundial. Expresó que “las esperanzas y expectativas de paz, democracia y justicia social de aquel entonces aún no se han resuelto” y que, por el contrario, “se observa un nuevo ascenso de las ideas del fascismo y las guerras imperialistas”.
En este sentido, condenó a Israel y su ataque al pueblo palestino: "El genocidio por parte del asesino Estado de Israel continúa sin cesar con el apoyo o tolerancia de Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados. Los derechos de los trabajadores palestinos han sido brutalmente violados durante décadas". Asimismo, subrayó la necesidad de que el informe del Director General sobre la situación de los trabajadores en la Palestina ocupada “no sea solo una descripción”, sino que también recomiende “acciones efectivas para quienes sufren las consecuencias de la ocupación y el apartheid de Israel”. A su vez, el titular de la FSM, valoró la resolución de la OIT sobre Palestina, afirmando que "la elevación del estatus de Palestina de Movimiento de Liberación al de Estado observador no miembro es lo mínimo que la OIT puede decidir".
En este contexto de agudización de la crisis capitalista a nivel global, Kyritsis se refirió a la situación actual de nuestra clase: "La realidad que viven los trabajadores es el desempleo, la precarización, la temporalidad y la inseguridad en el trabajo, que se consolidan y expanden con la desregulación y el deterioro de las condiciones de vida y de trabajo". En esa misma dirección, denunció que “las libertades democráticas y sindicales se están reduciendo, los bienes sociales se privatizan, y la edad jubilatoria se aumenta sistemáticamente de manera arbitraria en aras de la rentabilidad de las empresas multinacionales”.
Pambis Kyritsis sostuvo que "el sistema recurre a una economía de guerra, que además de amenazar la paz mundial, implica políticas aún más duras de austeridad y desigualdad social”. Además, agregó que “esta es la brutal realidad que no puede ocultarse tras los llamativos lemas adoptados por la OIT sobre nuevos contratos sociales y trabajo decente”, entre otros temas que atañen directamente a los derechos de la clase. Por lo cual, remarcó que “lo que los trabajadores demandan son decisiones y políticas que apoyen en la práctica sus derechos y libertades, no declaraciones sin impacto". Sin embargo, señaló un aspecto alentador: "el hecho de que los trabajadores no están aceptando pasivamente los ataques capitalistas antitrabajadores y antipopulares; más bien están eligiendo la lucha para satisfacer sus necesidades actuales y defender sus derechos"; fenómeno que se expresa en nuestro país aunque con luchas aún dispersas, algo que desde la Corriente Nacional Agustín Tosco (afiliada a la FSM) se viene marcando como una preocupación central a superar en lo inmediato con la propuesta de un centro coordinador de todas las luchas.
El dirigente sindical oriundo de Chipre continuó con críticas al sistema de gobernanza de la OIT y la necesidad de su democratización: "Para que este debate merezca la pena, debe comenzar por la necesaria abolición del inaceptable monopolio de la representación de los trabajadores por una sola organización internacional sindical". Al mismo tiempo, reconoció que "los gobiernos y empleadores están satisfechos y cómodos con este estatus", ya que así "evitan confrontar a las voces que defienden los intereses de clase de los trabajadores y se oponen a la elección de doble rasero y a la selección de países para la conveniencia de los sectores dominantes del mundo". No obstante, afirmó que "la FSM nunca dejará de luchar por una OIT plural y representativa, ya que ello es lo que necesitan los trabajadores y sus sindicatos".
Para finalizar su intervención, Kyritsis, puso énfasis en que "el arma de la clase trabajadora es la solidaridad y el internacionalismo”, por lo que aseguró que “la FSM está firmemente comprometida con esos principios y continuamos con nuestra trayectoria de 80 años con la misma visión que inspiró su fundación: un mundo sin guerras ni intervenciones imperialistas, sin explotación ni discriminación, un mundo donde el trabajo sea estable, permanente, regulado y seguro".