La Liga advierte sobre la amenaza que representa el Plan de Inteligencia Nacional que deja en claro que para la Presidencia Milei “el enemigo potencial no está en el exterior, sino en nuestro propio pueblo”.
“Otra vez la Side vuelve a ser un instrumento de persecución política”, advirtió la Liga Argentina por los Derechos Humanos (Ladh) al referirse al Plan de Inteligencia Nacional que, según lo denunciado días atrás por el periodista Hugo Alconada Mon por medio de una publicación en el diario La Nación, puso en marcha la Secretaría de Inteligencia de la Nación por el que se plantea hacer inteligencia interior, algo que transgrede lo establecido por la Ley 25.520.
El artículo da cuenta de que el documento consta de 170 páginas y autoriza a la Side a “recabar información de todos aquellos que busquen ‘erosionar’ la confianza de la opinión pública sobre los funcionarios que están a cargo de velar por la seguridad de la Nación”, al tiempo que fija “como foco de interés a todos aquellos ‘actores’ que generen o puedan generar una ‘pérdida de confianza’ en las ‘políticas económicas’ del gobierno”.
Al respecto, la Ladh recuerda que no es la primera vez que cuestiona a la Side “en su diversas encarnaciones”, tal como dan cuenta la variedad de “folletos en los que reclamábamos su disolución hace más de cincuenta años”. Por lo que a nadie puede sorprender que ahora denuncie “que el Plan de Inteligencia Nacional que se atribuye a la Side es un ejemplo de la voluntad persecutoria de este gobierno, que abusa de la palabra libertad mientras refuerza la represión y los controles sobre los opositores o, inclusive, quienes cuestionan algún detalle de las políticas de ajuste y entrega”.
En este sentido, hace hincapié en que el gobierno de Milei “disminuyó el gasto en las áreas vinculadas con las obras públicas, el derecho a la salud, a la vivienda, a la educación, a la cultura y tantos otros”, pero simultaneamente “aumentó los gastos en materia de represión, fuerzas armadas, propaganda y persecución, a través de redes sociales e inteligencia”. Tras puntualizar que el incremento del presupuesto de la Side “fue particularmente importante”, sostiene que “la filtración de este plan muestra para qué destinan ese dinero que ya alcanza casi 81.000.000 de pesos”.
Asimismo, la Ladh recalca que en lugar de dedicarse a fijar su atención sobre posibles amenazas externas a nuestro país, entre los objetivos de la Side “está ahora investigar a quienes puedan ‘erosionar’ la confianza en los funcionarios encargados de la seguridad nacional”, con lo que “quienes cuestionamos las violentas represiones de Bullrich, seríamos un posible blanco de ese organismo”.
Con este telón de fondo, “no puede sorprender que los ‘fenómenos’ resultantes de la pobreza y la desigualdad y de las migraciones internas que podrían derivar de la destrucción de economías regionales, sean también considerados como posibles riesgos a controlar”, ya que “la referencia a los ‘actores’ que puedan minar la confianza en las ‘políticas económicas’ del gobierno, no está destinada a perseguir a los fondos buitre, a quienes este poder ejecutivo jamás criticó, sino a quienes en nuestro país cuestionen el rumbo económico y señalen sus consecuencias calamitosas para la sociedad y su futuro colapso”.
Por otra parte, la Ladh añade que “la referencia a supuestos manipuladores de la opinión pública, en especial durante procesos electorales, no se refiere obviamente a los que publicaron videos falsos favorables al gobierno en plena veda electoral, sino a quienes desde el periodismo u otros sectores cuestionan las supuestas ‘verdades’ oficialistas” y por eso “con el típico doble rasero de este gobierno, la vigilancia del terrorismo de supuesta ‘raigambre anarquista’, no incluiría a los anarcocapitalistas”. Y, además, “el documento expresamente reconoce la subordinación irrestricta a EE.UU. e Israel, cuando en realidad sus intereses geopolíticos y de seguridad distan enormemente de coincidir con los nuestros”.
Por todo esto, la Ladh es clara al denunciar que se trata de un plan que “no hace más que desnudar lo que ya se conocía: el enemigo potencial de este gobierno no está en el exterior, sino en nuestro propio pueblo, si la toma de consciencia del verdadero rumbo al que nos dirigen, se une a la creación de una alternativa política que permita superar la creciente apatía”.