El presidente francés eligió el desfile por el Día de la Bastilla para anunciar un fuerte aumento en el gasto militar y para apuntar sus dardos contra la Federación Rusa. El Partido Comunista salió al cruce: “todas sus propuestas confirman la sumisión de la política de Defensa de su gobierno a los dictados de Trump, formalizados en la cumbre de la Otan”.
“Rechacemos la carrera bélica”. Esto es lo que reclamó el Partido Comunista Francés (PCF), tras el discurso que el presidente, Emmanuel Macron, dirigió a las fuerzas armadas de su país con motivo de la celebración del Día de la Bastilla, en el marco del desfile militar que tuvo lugar el 14 de julio en la emblemática avenida de los Campos Elíseos de París.
Un día antes, el mandatario había anunciado un significativo aumento del presupuesto de Defensa, que para 2027 va a duplicar las cifras que tenía una década atrás. Y ya durante el discurso del 14 de julio, aseveró que “la libertad nunca estuvo tan amenazada desde 1945, lo que exige un esfuerzo adicional, porque para ser libres nos deben temer”. Luego de semejante afirmación apuntó contra Rusia, a la que aludió como “una potencia de anexión”.
Lejos de constituir una frase azarosa, los dichos de Macron se inscriben en una escalada que tuvo como voceros a varios funcionarios militares y de seguridad franceses durante los días previos esta fecha emblemática para el país europeo. Entre esos voceros que se pronunciaron en línea con Macron estuvo el propio jefe del Estado Mayor de la Defensa, Thierry Burkhard, quien sostuvo que Rusia representa “una amenaza duradera” para Europa y temerariamente añadió que el “rango de los países europeos en el mundo del mañana se decide en Ucrania”. Aunque, no conforme con esto, agregó que “Rusia considera a Francia como su principal adversario en Europa”.
A partir de estas declaraciones , el PCF señaló que el presidente “intentó ser marcial en su discurso a las fuerzas armadas, llamando a la movilización nacional ante presuntas amenazas”, pero en realidad “todas sus propuestas confirman la sumisión de la política de defensa de su gobierno a los dictados de Trump, formalizados en la cumbre de la Otan en La Haya”, así como “a los intereses de los accionistas de la industria armamentística”.
Al respecto, recalcó que “Francia, por el contrario, debe expresarse con independencia a favor de la paz y la seguridad colectiva y por eso debe actuar de inmediato por una paz justa y duradera en Ucrania y la Franja de Gaza”. Por eso es que convocó “a rechazar la lógica bélica que podría llevar a Francia a una confrontación global mortal”. Tras o que hizo hincapié en que “la defensa de Francia no puede confundirse con la subordinación a la estrategia belicista de Estados Unidos”, sino que tiene que “servir a la nación y estar bajo su control, todo lo contrario a lo que hace Emmanuel Macron”.
En esta misma dirección insistió con que Francia “debe romper con los dobles raseros en la aplicación del derecho internacional” y reclamó que “tiene que salir de la Alianza del Atlántico Norte, comenzando por abandonar su mando integrado”. A la vez, exigió que “las cuestiones de orientación presupuestaria y de Defensa se tomen en el Parlamento” y denunció que “el cesarismo de Macron, sumado a los ataques a la labor parlamentaria, está acelerando la deriva del poder ejecutivo, que escapa a todo control del Parlamento y de la Nación”.