En un contexto de ajuste brutal, marcado por el crecimiento y la criminalización de la pobreza, distintas organizaciones políticas, comunitarias, sindicales y de derechos humanos, entre ellas el Partido Comunista, llevaron adelante en La Matanza la jornada solidaria “Ninguna familia sin Navidad”. Una acción colectiva que frente al modelo de crueldad impulsado por el gobierno nacional y a un sistema económico que expulsa y abandona, puso como respuesta la solidaridad, la organización popular y la defensa de la dignidad.
En La Matanza, como en gran parte del conurbano bonaerense y de todo el país, la Navidad volvió a encontrar a miles de personas en la calle. Familias enteras, infancias y jubiladxs atravesados por la pobreza extrema, el consumo problemático y el abandono fueron acompañados por organizaciones que, desde hace años, sostienen el trabajo territorial, allí donde la ausencia del Estado nacional en su función social golpea con más fuerza.
Con epicentro en la Plaza de San Justo, entre las organizaciones convocantes estuvieron el Partido Comunista y la FJC, como también el Frente Patria, Grande quienes a lo largo del año realizan una labor social permanente con "El Equipo de Calle Pocho Leptratti" y la "Brigada de Acompañamiento a Personas en Situación de Calle" respectivamente. Además, sumaron su presencia la CTA y la Verde y Blanca de ATE, otros sindicatos como la UOM, Canillitas, Suteba y Sadop y agrupaciones y organizaciones estudiantiles de la Universidad Nacional de La Matanza como el MUI.

En la jornada central en San Justo asistieron a la cena más de trescientas personas. En este marco se presentaron artistas, hubo animación infantil y se entregaron juguetes a los pibes y pibas que se acercaron. Los organizadores repartieron además viandas de pollo asado con ensalada rusa en Ramos Mejía y en otras localidades del partido de La Matanza. A través de sus redes sociales, el PC de este populoso partido del conurbano bonaerense indicó tras participar activamente en la jornada que “con unidad y organización seguimos construyendo solidaridad en este contexto de extrema crueldad del gobierno de Milei”. La iniciativa también tuvo su correlato en la Ciudad de Buenos Aires, frente al Congreso Nacional, donde asistieron miles de personas.
Lorena Giorgetti, Secretaria de Derechos Humanos de la CTA de los Trabajadorxs de la provincia de Buenos Aires e integrante de la Corriente Sindical Agustín Tosco, fue una de las articuladores de la actividad en San Justo y sostuvo que se trató de “una manera de construir alternativa y organización popular para enfrentar la desidia gubernamental”. Mientras que señaló que “lamentablemente en el actual contexto que establece el gobierno de Javier Milei, se ha incrementado drásticamente la pobreza y una de sus consecuencias es el crecimiento de la cantidad de personas que están en situación de calle y la falta de oportunidades para todos y todas”.
A su vez, agregó que “tenemos el gran desafío de continuar llevando adelante otras actividades como esta para hacer realidad ese proyecto de país que tanto necesitamos, porque para poder fomentar esa alternativa política que sea capaz de enfrentar y derrotar al gobierno de Milei hace falta construir más unidad, más organización y lucha, sumando más solidaridad, empatía y amor”. Y se mostró esperanzada en que “se puedan multiplicar este tipo de actividades, sobre todo en estos tiempos en los que hay mucho egoísmo”, asegurando que “estamos en ese camino”.

Desde la Mesa de la Memoria de La Matanza, quien también aportó al desarrollo de la jornada “Ninguna familia sin Navidad” en la plaza del centro de San Justo fue Luana Haiht, quien afirmó que “fue un acto político, colectivo y profundamente humano” y que “compartir una comida, acercar abrigo, dar un abrazo, generar un espacio de escucha y contención en una fecha cargada de sentido simbólico es también disputar el presente”.
La militante de la juventud de la Liga Argentina por los Derechos Humanos puso el acento en que “no debemos olvidar que la crisis brutal que se vive en nuestros barrios es consecuencia directa de un modelo económico capitalista que concentra la riqueza, expulsa a millones de personas del acceso a derechos básicos y naturaliza que haya quienes vivan en la intemperie mientras unos pocos acumulan cada vez más ganancias”. Por lo que definió que “en este esquema, la pobreza no es una falla del sistema: es planificada y es política de Estado”. Al tiempo que, añadió, “la situación se agrava cuando se combina con un gobierno que hace del ajuste, la crueldad y marginalidad una política explícita”.
Desde la asunción de Javier Milei el recorte de políticas sociales, la eliminación de programas de acompañamiento y la desarticulación de dispositivos comunitarios ha agudizado enormemente la situación de vulnerabilidad entre los sectores más empobrecidos de la clase trabajadora. Sobre esto Haiht recordó que “cada año hay más personas en situación de calle, más familias completas que no llegan a pagar el alquiler, más infancias creciendo en la vulnerabilidad absoluta, más personas y jubiladxs muriendo de frío, a la intemperie, frente de nuestros ojos”. Y denunció que “mientras nos siguen ajustando, avanzan la represión, el narcotráfico y la corrupción”, por eso puso énfasis en afirmar que “la ausencia del Estado no es neutral y deja a los sectores vulnerados libradxs a la violencia estructural porque el sistema expulsa y luego abandona, culpa y después reprime”.
El pueblo no acepta como destino la miseria y la marginalidad. El mensaje político que dejó esta jornada en unidad contra la exclusión social y el individualismo extremo fue claro y contundente: la esperanza está la organización colectiva y en la lucha con la solidaridad como bandera.