Verónica Razzini, diputada nacional de la Libertad Avanza por Santa Fe, presentó una ley para restringir drásticamente el derecho de huelga y someter a la voluntad del empleador la realización de asambleas de trabajadores. “Está en nosotros, en la clase trabajadora y la dirigencia popular, resistir a estas ideas para que el proyecto no pase en el Congreso” sostuvo Rubén Sala desde el PC santafesino.
Con Patricia Bullrich como ariete, el gobierno nacional pisa el acelerador con su proyecto de ley de reforma laboral que, de acuerdo a la senadora, sería debatido en comisión entre hoy y mañana para que esté en condiciones de ir al recinto el próximo viernes 26, tal como quedó acordado ayer martes en una reunión mantenida por los jefes de bloque en el despacho de Victoria Villarruel, en la que la postura oficialista contó con el respaldo del titular de la bancada del PRO, Martín Goerling, así como de los siempre bien predispuestos para estas tareas, Carlos Espínola de Unidad Federal y el radical Eduardo Vischi.
La Presidencia Milei y particularmente su ex ministra de Seguridad Nacional, esperan contar con esos bloques para acelerar el recorrido de la iniciativa en la Cámara Alta, pero también confían en que pueden encontrar un ambiente propicio en Diputados con otros tantos “dialoguistas”. Y es precisamente en esa cámara donde, desde la bancada de La Libertad Avanza, acaba de presentarse un proyecto que incluso va más allá de lo que prevé la reforma laboral regresiva que plantea Javier Milei.
Es que la diputada santafecina Verónica Razzini, presentó una propuesta que si logra abrirse paso va a restringir drásticamente el derecho de huelga, ya que pretende establecer la obligatoriedad de preavisos largos, somete de forma explícita a la voluntad del empleador la posibilidad de que los trabajadores realicen asambleas y busca que se penalice toda medida que exceda la “cesación de tareas”.
Por otro lado, dicha iniciativa prevé que se obligue a los trabajadores a avisar con siete días de anticipación si van a tomar una medida de fuerza y, en el caso de las asambleas, el preaviso sería de tres días. Pero esto no es todo, ya que cualquier tipo de incumplimiento de estos dos requisitos, volvería ilegal lo actuado por los trabajadores, por lo que las patronales quedarían habilitadas a aplicar sanciones disciplinarias y despidos con causa, pero también a iniciar acciones civiles o penales.
Verónica Razzini fue construyendo su carrera política desde el Movimiento Empresarial Antibloqueos, que es una organización que se dedica a litigar contra quienes llevan adelante protestas sindicales y a hacer lobby para promover fallos judiciales contra ellos. En ese derrotero anduvo por el PRO y tal como su mentora, Patricia Bullrich, acabó sumándose de forma entusiasta a las filas mileístas.
“Esta diputada espera cumplir el sueño de muchos empresarios y patrones”, reflexionó desde el Partido Comunista de Santa Fe, el dirigente del MTL local, Rubén Sala, quien recordó que “el derecho a huelga costó sangre y mucho sacrificio; muchas movilizaciones y luchas se hicieron para que eso se consiga”. Por lo que no dudó en subrayar que “lo de Razzini pretende retrotraer la situación al siglo 19 donde las personas se veían obligadas a trabajar de sol a sol sin ningún tipo derechos”.
En esta línea, Sala recalcó que el derecho a huelga “es algo que está instalado” y aunque reconoció que no siempre es respectado debidamente “se lo quiere recortar para acomodarlo a los intereses patronales”. Sin embargo, indicó que “existe y no creo que esto vaya a cambiar porque se le antoje a una diputada que es empresaria…y si quiere que sea así nos va a encontrar en la resistencia”.
Del mismo modo, advirtió que “en el país estamos pasando por un momento muy difícil porque, como en buena parte del mundo, la derecha está envalentonada e intenta venir por todo”, pero puntualizó que “esto no es nuevo, siempre fueron derrotados y han tenido que replegarse en cada uno de sus intentos de avanzar sobre las leyes que los trabajadores ganamos en las calles”. En relación a esta disputa central en la lucha de clases recordó que en Argentina “ese es un proyecto que siempre tuvieron en agenda y ahora que tienen un consenso social más amplio que en años anteriores, vienen con toda la fuerza para intentar imponerlo”, por lo que afirmó con total convicción que “está en nosotros, en la clase trabajadora y la dirigencia popular, resistir a estas ideas para que este proyecto no pase en el Congreso”.
Mientras que insistió con que “la derecha ha sabido conseguir consenso y hasta cooptó a sectores de las dirigencias populares que se muestran dubitativos ante este tipo de iniciativas, pero confiamos en que van a comenzar salir nuevos delegados de fábrica, referentes barriales y populares que constituyan una nueva dirigencia”, ya que “hay una cuestión lógica que tiene que ver con el paso de los años”. Y señaló con firmeza que “a los laburantes cuando nos organizamos y explotamos no hay burocracia que pueda contenernos”.