El presidente Javier Milei se encuentra de gira en Israel, en el momento de mayor repudio internacional al genocidio perpetrado por el Estado sionista contra el pueblo palestino. Allí el jefe de Estado no sólo avaló la tragedia humanitaria que se cierne sobre Gaza: también firmó una serie de acuerdos que buscan ampliar el saqueo y la represión en Argentina. Al cierre de esta edición, una jornada de lucha y repudio se lleva cabo en el Obelisco porteño.
En medio de un creciente repudio mundial contra Netanyahu por el genocidio en Gaza, que en las últimas horas sumó un nuevo capítulo oprobioso con el asalto a la Flotilla de la Libertad que llevaba ayuda humanitaria para el pueblo Palestino, el presidente argentino Javier Milei se encuentra de gira por Israel. Recibido con aplausos en la Knesset (cámara legislativa del Estado sionista), donde ratificó la intención de su gobierno de mudar la embajada argentina hacia Jerusalén (territorio palestino bajo ocupación), Milei firmó con Netanyahu un memorándum de entendimiento para “la lucha contra el terrorismo y el antisemitismo”, es decir, un acuerdo político-militar para perseguir y reprimir a escala transnacional todo tipo de manifestación contra la masacre israelí en Gaza.
La plena subordinación del gobierno nacional ante Estados Unidos e Israel no es solo un asunto de política exterior. En términos concretos, implica también un asunto doméstico dada la asistencia en materia de “seguridad” y espionaje interior que ambos gobiernos prestan al Estado argentino. Por ello, en la movilización popular contra el genocidio en Gaza confluyen principios humanitarios, propios del internacionalismo proletario, con una política de autodefensa ante el saqueo económico y la represión que despliega el gobierno nacional en el país.
Al respecto Juan Carlos Campos, miembro de la comisión de Relaciones Internacionales del Partido Comunista e integrante del Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino, subrayó en diálogo con Nuestra Propuesta que “la visita de Milei a Israel, en este contexto particular, no sólo implica un apoyo franco y abierto al genocidio en curso contra el pueblo palestino, sino también una escalada en la política de represión y persecución interna del gobierno nacional contra la resistencia y la oposición al ajuste”. En efecto, el dirigente del PC denunció que “los acuerdos económicos concertados y la ratificación del traslado de la embajada a Jerusalén son parte del apoyo recíproco a la política económica del gobierno”.
En ese sentido, remarcó que “el sionismo local es parte importante del esquema económico de saqueo y ajuste neoliberal” y recordó que “como en la época de la dictadura, este modelo no cierra sin represión a los representantes del campo popular”.
La particularidad de la situación argentina se expresa con claridad en el plan de lucha que esta semana tiene lugar en el territorio nacional. En primer lugar, durante el día de hoy se desarrolla en el Obelisco una jornada de repudio a la visita de Milei a Israel. Al cierre de esta edición, tiene lugar el acto central organizado por el Comité Argentino de Solidaridad con el Pueblo Palestino. Y el domingo se movilizará por las calles de la Ciudad de Buenos Aires la sección argentina de la “Marcha Global por Gaza”, en la que entre otros puntos críticos se exige un alto al fuego inmediato y la entrada urgente de ayuda humanitaria en la Franja.
Con relación a la lucha que se puede impulsar desde cada punto del planeta, Campos se refirió a las acciones que pueden ser efectivas desde Argentina. Por ejemplo, destacó como una acción importante “el boicot sobre productos de las empresas israelíes, dado que puede tener efectos sobre las fuentes de recursos con los que se financia el exterminio del pueblo palestino”. Otra vía de relevancia, explicó el dirigente, “puede ser dar por terminados los convenios que las provincias tienen con la empresa Mekorot, que gestiona una parte importante de los recursos hídricos nacionales”.
Por último, remarcó que “todas estas iniciativas forman parte de un conjunto mucho más amplio de actividades que se llevan a cabo a lo largo y ancho del país pero que, lamentablemente, no tienen prensa en Buenos Aires”.