El gobierno de Javier Milei le cedió la Central Hidroeléctrica Río Escondido a la firma Hidden Lake, del magnate inglés. “Este es un episodio más de entrega de soberanía territorial y económica”, sostuvo Pablo Moren, militante del PC y referente de la Columna Juana Azurduy.
El gobierno que encabeza Javier Milei cedió la propiedad de una central hidroeléctrica a la firma Hidden Lake, una empresa judicializada, con un extenso prontuario y cuyo propietario es el billonario británico y usurpador de nuestro Lago Escondido, Joe Lewis. Esta firma fue denunciada por la Inspección General de Justicia, que durante 2022 pidió su intervención y eventual liquidación alegando que la compañía es sólo una pantalla para ocultar que su propietario real no es otro que Lewis, el mismo que desde fines de la década de los 90 usurpa más de doce mil hectáreas en una zona de seguridad fronteriza circundante al Lago escondido.
Al respecto, el militante comunista e integrante de la Columna Juana Azurduy, Pablo Moren, fue claro al señalar que se trata de “un episodio más de entrega de soberanía territorial y económica por parte de este gobierno”, ya que “esas turbinas producen energía y una importante actividad económica que podría llevarse adelante desde el Estado nacional o desde el provincial de Río Negro”.
Lo que dice Moren nada tiene de antojadizo ya que el acta de adjudicación establece las condiciones de explotación y operación, formalizando un contrato por el que el Estado entrega una represa de forma directa a una firma que como Hidden Lake está cuestionada por el propio Poder Judicial, los organismos de control y los moradores de la zona.
En este contexto, Moren recordó que “el agua del Río Escondido con el que se produce esa energía y que ahora va a quedar en manos de Hidden Lake, es un bien común de todo el pueblo argentino”. Y resaltó que “el único interés del gobierno es destrozar todo lo que es del pueblo” y que “la entrega de la soberanía nacional es una consecuencia enmarcada en una sumisión al imperialismo anglosajón como nunca antes hemos visto en la Argentina”.
Este referente de la Columna Juana Azurduy hizo hincapié en que con la entrega a Hidden Lake, la privatización de AySA y el avance de la empresa estatal israelí Mekorot, “vemos como el Estado argentino en su fase ultraneoliberal comienza a entregar hasta el bien común más preciado que tiene la humanidad, que es el agua, a intereses extranjeros”; algo que llamó a “denunciar desde todo el campo popular”.