Manantiales Behr es un importante campo petrolero de YPF que en una operatoria floja de papeles va a ser entregado a Rovella Energía. Su titular tiene fuertes vínculos con Alberto Rodríguez Saa, Ignacio Torres y Horacio Marín. “Estamos ante un negocio tan importante como perjudicial para Chubut”, advirtió el ingeniero Juan Larrea.
Con la aprobación por parte de su directorio, YPF acaba de avanzar la entrega de Manantiales Behr a Rovella Energía y, aunque todavía restan algunos detalles por cerrar, las cartas ya parecen estar echadas sobre la mesa. De esta manera, la firma de Mario Rovella está a un paso de quedarse con ese campo petrolero de YPF ubicado en Chubut, que pese a estar produciendo entra en el paquete de activos del que la empresa estatal se quiere deshacer. Por más mameluco de la petrolera de bandera con que se disfrace Javier Milei para acudir a viajes internacionales que le impone la agenda del imperialismo y que nada bueno deparan para nuestros intereses soberanos, lo concreto es que a partir de una decisión del gobierno nacional, YPF va a focalizarse en Vaca Muerta, desestimando el resto de las áreas de explotación que posee desde Salta hasta la Patagonia.
Queda claro que la realidad productiva de Manantiales Behr desmiente la versión gubernamental, que cataloga a este y otros campos de YPF como si fueran una suerte de lastre para el Estado de los que conviene desprenderse. Al rascar un poco la superficie, el caso en cuestión presenta una trama bastante turbia, en la que aparecen personajes como el titular de YPF, Horacio Marín, el ex gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saa, el mandatario de Chubut, Ignacio Torres, y por supuesto Mario Rovella, dueño de Rovella Energía, quien próximamente va a tener que declarar en la causa Cuadernos y que, si se concreta la operación, va a repetir una práctica bastante arraigada en la clase capitalista que actúa en el país: hacer un formidable negocio a costillas del Estado valiéndose de buenos contactos.
Al respecto, desde el Partido Comunista de San Luis, su responsable de Relaciones Políticas, el ingeniero Juan Larrea, recordó que la industria del petróleo y del gas tiene actualmente un marco de referencia diferente al que históricamente regía en Argentina, ya que “hasta el descubrimiento de Vaca Muerta, lo que se explotaba en diferentes campos era petróleo de tipo convencional; es decir, que no incorporaba fracturación hidráulica”.
En este sentido, sostuvo que desde que el Estado retomó el control del 51 por ciento de las acciones de YPF, “hace una apuesta muy fuerte al campo de Vaca Muerta que es una de las reservas más importantes y, por eso, la actual dirección de YPF ha decidido desprenderse a precio de saldo de todos los campos convencionales para entregarlos a empresas nacionales o extranjeras en concurso de precios y, con el producto de ello, invertir en Vaca Muerta”.
Así las cosas, la inversión de 2024 fue de alrededor de 6.800 millones de dólares y para 2025 descendió a seis mil “con la perspectiva de ir bajando, lo que pone en riesgo la promesa de Milei de convertir a nuestro país en exportador de energía”, refirió Larrea. Y lo que también pone en duda esa idea es la reciente salida de Shell de Argentina. Después de que Petronas fuera prácticamente echada porque Milei le bajó la persiana al proyecto de construcción de una planta de Gas Natural Licuado (GNL) en Bahía Blanca, Shell apareció como reemplazante para el plan de exportación de GNL que lidera YPF pero, un año después, decidió dar el portazo.
La Presidencia Milei pone todas las fichas en el proyecto de liquidación de los campos convencionales a bajo precio para intentar conseguir rápidamente dólares con los que invertir en Vaca Muerta. En esa lista entra Manantiales Behr, “que es el último campo importante que aún queda en manos de YPF y que según trascendidos se entregaría por un monto de 450 millones de dólares”, indicó Larrea. En este punto, recordó que Rovella Energía tiene base en San Luis y su propietario, Mario Rovella, está dedicado básicamente a la construcción con negocios vinculados al erario público, por lo que “es un típico contratista del Estado”. Además, agregó que tiene intereses agropecuarios y que su corporación “desde hace muchos años es la titular de Edesal, que es la empresa que presta el servicio de energía eléctrica en San Luis con lo que eso representa, ya que las distribuidoras de energía levantan dinero con pala, ya sea vía subsidios o vía tarifas”.
Ahora, si como todo parece indicarlo la venta de Manantiales Behr prospera, “Rovella ingresaría en el negocio del petróleo y el gas, para lo que puso al frente su hijo Agustín, que es el que estaría negociando con traders traficantes de combustibles, a fin de que le adelanten el dinero para quedarse con el campo petrolero”.
También pudo saberse que esos 450 millones serían pagados en cuotas durante un plazo que se extendería por un año o un poco más, al tiempo que, detalló Larrea, “el compromiso de inversiones estaría en 130 mil dólares para 2026 y cien mil para 2027”. En este contexto, el dirigente del PC puntano aclaró que “no hay ninguna información acerca de qué piensan hacer con los pasivos y hay que recordar que la industria petrolera deja pasivos ambientales muy importantes que deben ser tratados”.
Con este marco, después de insistir en que Rovella “tiene profundos vínculos con Alberto Rodríguez Saa”, Larrea recordó que el empresario “también aparece involucrado en la causa Cuadernos” y que además “uno de sus ingenieros, Facundo Ponce, es el hermano de Federico Ponce, actual Secretario de Energía de Chubut, íntimo del gobernador Ignacio Torres”. De ahí que, sin dudarlo, afirmara que “todo esto implica la utilización de relaciones personales, de amistad y familia, que hacen pensar en un tráfico de influencias para lograr este tipo de negocios” que, en este caso, se va a hacer a crédito y en cómodas cuotas.
En esta dirección, el ingeniero Juan Larrea hizo hincapié en que “el potencial que posee Campos Manantiales Behr en funcionamiento es de 4 mil metros cúbicos por día, esto significa que a valor actual de 60 dólares el barril, en un año tendría un neto aproximado de 600 millones de dólares, por lo que estaría recuperando 125 por ciento de su inversión en ese plazo, inversión que por supuesto va a hacer a crédito”. Entonces, sintetizó, “recupera efectivo y paga a crédito: un formidable negocio”.
Vale señalar que Manantiales Behr extrae un tipo de petróleo pesado que tiene una colocación muy importante, sobre todo, para compañías que producen energía eléctrica a partir de centrales térmicas. “Estamos ante un negocio tan importante como perjudicial para la provincia de Chubut y en este momento el gobernador es el que debe decidir si le da luz verde a la venta”, advirtió Larrea. Aunque reconoció que no tiene muchas expectativas en que se impida este nuevo capítulo de entrega de soberanía nacional al capital concentrado, ya que “Torres está alineado con las políticas del gobierno nacional, que favorecen este tipo de maniobras en las que se liquida y malvende la forma tradicional de producir petróleo en el país”. Por lo que enfatizó que “pese a que se trata de campos que, como Manantiales Behr, están produciendo, prefieren priorizar los negociados con capitalistas que se apalancan en las relaciones políticas”.