“Poseemos credenciales barriales que nos aseguran poder amplificar la voz del poder popular y aportar a una recuperación institucional que nos sume más y mejor democracia”, recalcó la candidata a diputada provincial por el Frente por la Justicia Social, secretaria política del PC puntano e integrante del CC del PCA, Claudia San Martín, de cara a las elecciones que se realizarán el domingo 11 de mayo en la provincia de San Luis.
* ¿Por qué se presenta el Frente por la Justicia Social?
En San Luis vivimos una época de institucionalidad degradada desde la asunción de Javier Milei a la presidencia, de Claudio Poggi a la gobernación provincial y de Gastón Hissa a la intendencia municipal de la Capital.
Los poderes legislativos provinciales comenzaron a enrarecer su actuación, primero con el pase de diputados y concejales de la recién constituida oposición del PJ rodiguezaista a bloques diferenciados que terminan votando con el oficialismo de Poggi y paralizando cualquier iniciativa que no se corresponda con sus intereses que se encuentran totalmente alineados con el gobierno nacional.
Así vimos, por ejemplo, como se aprobó el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (Rigi) en sesiones exprés entre diputados y senadores y como se bloquea cualquier propuesta que tenga ver con los intereses ciudadanos, como la intervención a los funcionarios del El Programa Alimentario Nutricional Escolar (Pane), nacido en enero de 2024 para asistir a estudiantes de las escuelas públicas a través de desayuno y/o merienda y cuya implementación dejo como resultado más de 140 jóvenes intoxicados en la Provincia por la presencia de salmonella en sus viandas. A este escenario se agrega la pobre tarea legislativa del oficialismo que parece empeñada en reducir la presencia del Estado a su mínima expresión al mejor estilo de Milei y su pesadilla libertaria.
* Esta simbiosis entre Milei, Poggi e Hissa también se verifica en la mirada punitivista que poseen…
Mientras tanto, las personas en situación de calle aparecen en el espacio público buscando una salida para su precaria situación y desde las instituciones la repuesta en línea es la prohibición de la actividad de los lavacoches y artistas callejeros, acusándolos de provocar inseguridad a la ciudadanía.
Estamos convencidos que la seguridad ciudadana es un derecho humano, que debe ser abordada de manera integral, con alta capacitación técnica-humanística en las fuerzas de seguridad y compromiso social. Entendemos que el delito es un síntoma de una sociedad empobrecida y como tal debe ser tratado. No se trata de inversiones vacías en infraestructura, sino de llenar de contenido social las instituciones y sus abordajes.
* ¿Cómo es la realidad de los barrios?
En los barrios, lugar preferencial de nuestro trabajo de base, vemos como el narcotráfico avanza sobre los cuerpos de nuestras juventudes y sobre la economía de las familias a través de la usura. También como se retiran los medidores de luz por los tarifazos impagables de la mano de la miseria planificada que se retuerce en el fascismo para sostener un capitalismo decadente.
En salud, el retroceso es abrumador con la pérdida de profesionales y especialistas que ya no están dispuestos a permanecer en la provincia con salarios de hambre, falta de insumos y el evidente retiro de prestaciones de las obras sociales que empujan al colapso a la salud pública.
* ¿Y qué pasa lejos de los centros urbanos?
En nuestras sociedades del interior provincial, las comunidades continúan reclamando por agua potable para el consumo humano, mientras ganaderos cuentan sin falla con el líquido elemento para sus campos y sus animales y otros prefieren invertir en estructuras mostrables como bicisendas en lugar de tratar el agua para la vida.
* Este tándem Milei-Poggi también se hace evidente en lo inherente a políticas de género…
Nuestros feminismos y diversidades han sido declarados como enemigo principal por este fascismo intolerante que demoniza por sectores para integrar luego su odio en un enemigo común. Pese a que nuestras mujeres trabajadoras generan valor en el sector de los cuidados con su trabajo no remunerado y es el que más aporta a la economía, representando un 16 y el 21,8 por ciento del PBI argentino, incluso más que el comercio o la industria. Durante el gobierno de Javier Poggi, se perdieron en la capital diez cupos laborales travesti-trans bajo la guadaña del ajuste al empleo público que se alimenta de venganzas partidarias más que de una racionalidad de productividad.
* ¿En este escenario el Frente puede convertirse en una alternativa?
Entendemos que nada de lo que nos trajo hasta aquí debe continuar imponiéndose desde las hegemonías partidarias que hasta la actualidad, con la anuencia de la prensa en lugar de la autocrítica apuestan a la polarización y se han dedicado a ejercitar políticas cargadas de venganza, habilitando discursos de odio y persecuciones sobre la clase trabajadora de cuyos bolsillos alimentan la enorme transferencia de recursos hacia las economías concentradas que nunca derramaran más que desprecio de clase hacia quienes somos los verdaderos creadores de la riqueza.
* ¿Será que es hora de que haya una mirada de clase en la Legislatura?
La necesidad de la voz obrera en las legislaturas provinciales es más que urgente y necesaria, porque no somos simples diagnosticadores de la realidad, sino que somos sus protagonistas.
Como dice nuestro admirado Rocco Carbone, “a todo periodo reaccionario le sucede una etapa emancipatoria” y les Comunistas de San Luis queremos ser parte activa de la transformación que nos permita, nuevamente, vencer al fascismo en todas sus formas.
El Frente por la Justicia Social es una construcción nacida, para nosotros, bajo el mandato expreso de nuestro 28 Congreso Nacional de “luchar, resistir y confrontar al ajuste, la entrega y la represión y construir alternativa política”, con el eje puesto en la clase obrera organizada.
Así concebimos nuestra participación en esta nueva fuerza que ofrece a nuestra provincia, un conjunto de candidatos expertos en territorio, sin gestión gubernamental pero con credenciales barriales que nos aseguran poder amplificar la voz del poder popular y aportar a una recuperación institucional que nos sume más y mejor democracia.