Esto es lo que reclamó Rogelio de Leonardi, secretario de Derechos Humanos de Ctera, ante el lanzamiento de la campaña nacional para sumar firmas en apoyo al pedido de inicio del juicio oral por los asesinatos de Isauro y Arturo Arancibia.
Ctera lanzó una campaña nacional por la que se pretende sumar firmas que apoyen el pedido de que el Poder Judicial inicie el juicio oral por los asesinatos de Isauro y Arturo Arancibia, que fueron perpetrados durante la madrugada del 24 de marzo 1976 por personal policial que irrumpió por la fuerza en el local de la Asociación de Trabajadores de la Educación de Tucumán (Atep).
Cabe citar que en esta causa se imputó a Mario Escalada, Jorge Ragonese y José Sánchez, quienes durante 1976 eran agentes de la Policía de Tucumán, así como Manlio Martínez, quien por entonces fue el juez federal que debió encargarse de llevar la investigación del asesinato de los hermanos Arancibia, por lo que en su caso fue imputado por los delitos de prevaricato y encubrimiento.
En 2017 los cuatro fueron beneficiados con sobreseimientos y falta de mérito, pero la apelación de la Fiscalía y las querellas rindió sus frutos cuando cuatro años más tarde se logró revertir la decisión, por lo que quedaron al borde sentarse en el banquillo de los acusados en un juicio oral cuyo inicio viene dilatándose, lo que favorece que la impunidad biológica haga lo suyo.
Unos meses antes de que fuera asesinado, Isauro Arancibia era titular de Atep y secretario general Adjunto de la Ctera cuando fue ultimado junto a su hermano Arturo, en la sede sindical ubicada en San Miguel de Tucumán. Semanas antes había sido amenazado por la Alianza Anticomunista Argentina.
Por eso es que por medio de esta Campaña Nacional, Ctera intenta “visibilizar una injusticia que aún persiste y reafirmar nuestro compromiso con la Memoria, la Verdad y la Justicia”. Y para ello compromete a sus sindicatos de base, entre ellos la Asociación de Maestros y Profesores de La Rioja, cuyo titular Rogelio de Leonardi es además secretario de Derechos Humanos de Ctera y en diálogo con Nuestra Propuesta, explicó el sentido y el alcance que presenta esta campaña.
*El pedido de justicia para los hermanos Arancibia es un tema que usted siempre tuvo presente
Esta es una cuestión muy importante. Quedé impactado cuando después de 1976 visité la sede del sindicato de trabajadores de la educación en Tucumán (Atep), cuando en el machimbre de las paredes estaban todavía los orificios de las balas que asesinaron a Isauro y su hermano Arturo, que esa noche del 24 de marzo de 1976 fue a acompañarlo a pernoctar en el sindicato, entiendo que porque el compañero Isauro no quería alejarse de sus compañeros a pesar de la gravedad de la situación. Todo esto que comento brevemente está muy bien narrado en “La oruga sobre el Pizarrón”, libro de Eduardo Rosenzvaig, autor, escritor, literato y poeta tucumano a quien conocí hace muchos años militando en la Federación Juvenil Comunista de su provincia.
En el prólogo de su libro, este camarada, señala algo así como “a la dictadura instalada el 24 de marzo de 1976 le hacía falta la muerte de un maestro”…qué poesía.
*Isauro Arancibia fue el primer docente asesinado por la dictadura que encabezó Jorge Rafael Videla
Esa noche que entraron al sindicato se produjo un coordinado corte de luz en dos o tres manzanas a la redonda, abarcando uno de ellos la calle Congreso donde estaba el local de la Atep, en la ciudad de Tucumán. Y entonces fusilaron a ambos hermanos, quienes quedaron atravesados en sus cuerpos por más de cien balas asesinas, todo un símbolo. Si habrá sido o no el primer docente asesinado, es muy probable que lo sea, porque se habla de que este crimen sucedió algo así como a las dos de la mañana de aquel 24 de marzo.
Yo me enteré del golpe del 24 de marzo a las seis o siete de la mañana y rápidamente entonces supe que ya me andaban buscando para arrestarme. Y después de eso, yo estuve detenido a disposición del Poder Ejecutivo durante casi cuatro años.
*Usted estuvo en la génesis de la fundación de Ctera junto con Isauro Arancibia
Isauro es uno de los fundadores de la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, la Ctera. Yo lo conocí militando en los Cien para seguir Viviendo, una organización por la paz que existía en aquella época, básicamente fruto del esfuerzo de los camaradas del Partido Comunista, y que estaba presidida en aquella época por el compañero Rubens Íscaro.
*¿Por qué la premura de esta campaña?
Soy secretario de Derechos Humanos de Ctera, me toca muy de cerca todo esto y se han decidido juntar estas firmas por una sencilla razón: el 24 de marzo de 2026 se cumple cincuenta años de este brutal asesinato, del asesinato de los dos hermanos. Los testigos de cargo, porque son quienes los fusilaron, aparentemente integrantes por entonces de la policía provincial con órdenes superiores para hacerlo, se están muriendo y esto es lo dramático. En algún momento de la historia, hace unos cuantos años, algunos de ellos fueron detenidos y posteriormente liberados. Es decir, que volvió a reinar una vez más la impunidad. Esto es lo concreto. Por eso se ha decidido a nivel nacional esta junta de firmas que seguramente vamos a presentar antes de marzo del año que viene.
*Se trata de una campaña lanzada en un momento muy particular
Sí. Esto es algo que estuvo en el centro de la escena en las recientes jornadas de visibilización y lucha convocada por la Ctera en todas las provincias del país, junto con la petición de una nueva Ley de Financiamiento Educativo. El reclamo de Ctera es que se tenga en cuenta para el Presupuesto Educativo del año 2026 el ocho por ciento del Producto Bruto Interno. En el Presupuesto Educativo para el presente año dictaminado por Milei es de 0,86 por ciento y de acuerdo al Proyecto de Presupuesto 2026, que el presidente presentó en el Congreso, es de 0,75 por ciento. Esto dice todo acerca de la gravitación que tienen los reclamos que se hacen en estas dos campañas.
Lo que se está pidiendo es un pronto llamado a los involucrados en estos asesinatos, antes que se mueran, para que rindan cuentas ante la Justicia por sus responsabilidades en el brutal crimen de Isauro y Arturo Arancibia.
*Volviendo al contexto actual, resulta imposible soslayar que a semejanza del régimen instaurado en 1976, la propia Presidencia Milei ataca simultáneamente a la defensa de los Derechos Humanos y al sistema educativo público, universal y gratuito
Es necesario destacar que si por algo se caracterizó Ctera en su larga historia, es precisamente por la reivindicación de los Derechos Humanos, de la Memoria, Verdad y Justicia y por su contante y sistemático pedido de juicio y castigo para todos los responsables del Genocidio Argentino. Tenemos registrado desde la Secretaría de Derechos Humanos de Ctera que hay alrededor de ochocientos docentes desaparecidos con motivo del golpe de 1976. Teníamos hasta hace unos años contabilizados alrededor de seiscientos, hoy ya esa cifra se elevó a alrededor de ochocientos.
Los trabajadores de la educación fuimos, sin duda, uno de los sectores que más drásticamente atacados y con mucha persistencia fuimos golpeados por la dictadura. No hay que olvidar que la desaparición de Isauro y Arturo Arancibia vino acompaña de la de Marina Vilte, docente jujeña que fue secuestrada-desaparecida el 31 de diciembre de 1976. Ella también fue fundadora de Cetera, tanto como el cordobés Eduardo Requena, también secuestrado y desaparecido. Muchos de quienes militábamos en la docencia de aquella época nos hemos salvado y muchos no lo lograron, entre ellos otros camaradas del Partido Comunista de distintos lugares del país.
*Los trabajadores de la ecuación fueron objetivo central del plan sistemático perpetrado por la dictadura
Sí, y nosotros tenemos una deuda con la historia y es escribirla, recordarla. Tenemos un particular empeño en todo esto que estamos haciendo, en este caso desde la AMP, perfeccionando el sistema comunicacional para buscar nuevas formas para subrayar la necesidad que tenemos de Memoria, Verdad y Justicia, para luchar contra las injusticias que siguen cometiéndose.
Esa noche Isaruro Arancibia reunía a la Comisión Directiva de Atep, por supuesto que en la clandestinidad, fuera del local sindical para evitar la persecución. Y él personalmente, distribuía en la camionetita del gremio, uno por uno, a los participantes de la reunión de esa noche, algo que se recuerda bien y está palmariamente mostrado lo que sucedió esa noche en “La oruga sobre el Pizarrón”, libro que fue impreso por Cetra y también en su momento lo hicimos en AMP, que debe ser leído en las escuelas.
*El asesinato de los Arancibia es un caso que muestra a las claras dónde apuntaba el esquema empresarial que estuvo detrás de la última dictadura
Es una historia que muestra cómo se instala el terror sobre la persona de un maestro que tenía lazos comunicantes con la Asociación de Trabajadores Azucareros, que vivía penetrando en los campos para detectar y rescatar para la escuela pública a los chicos a los que se les negaba el derecho a la educación. De ahí surgió la vinculación con el sindicato de los azucareros a cuyo líder Atilio Santillán lo habían asesinado pocas horas antes que a los Arancibia, más precisamente el 22 de marzo. Santillán era un amigo entrañable de Isauro.
Lo que sucedió fue una cacería de brujas y los propios compañeros de Isauro, durante las horas previas a esa noche le recomendaron que no durmiera en la sede del sindicato, pero tampoco en su casa, que fuera a un lugar más seguro. Pero haciendo oídos sordos a esto, pensó que debía estar en el sindicato, que iba a estar más cerca del teléfono para tener rápidamente la noticia de un desenlace terrible de la situación nacional que ya por entonces se preveía. Y entregó su vida así. Algunos dicen que defendiéndose, también hay que estudiar esa posibilidad, hay que analizarlo.
*¿Usted cree que se va a poder hacer justicia en esta causa?
Si nosotros presentamos miles y miles de firmas. Si todas las entidades de base de Ctera lo toman realmente como un desafío histórico, es probable que podamos torcer el rumbo de esta historia de impunidad que está pronta a cumplir medio siglo. No hay, aparentemente, muchas condiciones para esto. A principios de año veíamos algunas probabilidades que se han diluido, porque en poco tiempo acaba el año judicial, por lo cual si no comenzamos fuerte el año venidero y explotamos el hecho que sea el cincuenta aniversario de los asesinatos, nos va a ser más difícil, porque los viejos estamos prestos a morirnos y estos policías, los que asesinaron a Isauro y Arturo Arancibia, son viejos. Estamos hablando de policías que asesinaron brutalmente a dos dirigentes sindicales hace medio siglo. No se cuántos quedarán con vida, tal vez de aquellos diez de los que se hablaba en un principio estén quedando sólo dos o tres. El tiempo pasa, por eso es urgente trabajar esta junta de firmas con mucha más intensidad.