Comunidades mapuche radicadas en la zona de Bahía Blanca alertaron sobre el daño ambiental que pueden provocar los ejercicios que tropas estadounidenses llevan a cabo en las Bases Navales de Mar del Plata, Ushuaia y Puerto Belgrano.
Efectivos de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos utilizan actualmente las bases navales de Mar del Plata, Ushuaia y Puerto Belgrano, así como los espacios destinados a instrucción militar en tierra y en el Mar Argentino, para llevar adelante la Operación Tridente, en la que también participan fuerzas locales.
Esta incursión, que se extenderá hasta el 15 de noviembre, generó rechazo en distintos sectores, entre ellos referentes mapuche radicados en las cercanías de Bahía Blanca. Estas comunidades advirtieron sobre el daño ambiental que podrían provocar los ejercicios de las tropas extranjeras en esas zonas y presentaron una carta al ministro de Defensa, Luis Petri, quien —según denunciaron— nunca respondió. En la misiva alertaron, entre otras cosas, que la realización de tales maniobras podría contribuir a la destrucción de ecosistemas.
Cabe recordar que la Operación Tridente fue autorizada por el presidente Javier Milei mediante un decreto firmado el 29 de septiembre, que habilita el ingreso de contingentes militares estadounidenses al territorio argentino. La medida, adoptada sin el aval del Congreso Nacional, implica una decisión de fuerte impacto geopolítico, contraria a lo establecido por la Constitución.
La operación fue duramente cuestionada por la Liga Argentina por los Derechos Humanos (LADH). Su vicepresidente, Gerardo Etcheverry, señaló la falacia del esquema de “ayuda mutua” con el que el Pentágono suele encubrir este tipo de intervenciones militares y advirtió sobre el rol que Estados Unidos asigna históricamente a las fuerzas armadas latinoamericanas.
“Desde la Segunda Guerra Mundial, EE.UU. considera a todas las Fuerzas Armadas de América como subordinadas suyas”, recordó Etcheverry. Por eso, explicó, Washington desarrolló una serie de ‘programas de ayuda mutua’, entre los cuales se encuentran el Operativo Unitas y el Operativo Tridente, que calificó como “un nuevo gesto de subordinación del actual gobierno al de Estados Unidos”.
Finalmente, subrayó que este esquema también se vincula con la cesión territorial en las proximidades de Ushuaia, donde se proyecta la instalación de una base naval estadounidense, lo que le permitiría a ese país consolidar una posición estratégica para el control del Cabo de Hornos y la Antártida Argentina.