En La Rioja, la Asociación de Maestros y Profesores plantó un olivo, árbol emblemático de la paz y de Palestina, en su complejo recreativo y cultural donde prevé pintar un mural en homenaje a quienes resisten el genocidio perpetrado en la Franja de Gaza.
La solidaridad con el pueblo palestino continúa creciendo en nuestro país y se manifiesta inequívocamente a través de diferentes actividades e iniciativas como la que recientemente tuvo lugar en la ciudad de La Rioja, convocada por Asociación de Maestros y Profesores junto a organizaciones políticas y sindicales compañeras, y en la que se plantó un olivo, árbol emblemático de la paz y de Palestina.
Este hecho que simboliza el apoyo a la causa palestina se desarrolló en el complejo recreativo y cultural de la AMP, donde más adelante se prevé pintar un mural para rendir homenaje a quienes resisten el genocidio que continúa perpetrando el Estado de Israel en la Franja de Gaza.

Poner en superficie lo que pasa en Palestina, resulta imperioso. Más aún, a la luz de las diferentes maniobras de ocultamiento y tergiversación de la realidad que se ejecutan por medio de un formidable aparato propagandístico que tiene en la industria cultural, las redes sociales y los medios monopólicos de comunicación a sus principales protagonistas.
Justamente, pocos días atrás tomó estado público un hecho que habla con elocuencia sobre esto. Es que en un abierto acto de censura, la plataforma digital YouTube eliminó setecientos vídeos en los que se denunciaban violaciones de derechos perpetradas contra personas palestinas, algo que de acuerdo a lo denunciado por The Intercept, se debió a presiones de la administración encabezada por Donald Trump.
Lo que fue borrado del registro es el contenido de tres canales pertenecientes a Al-Haq, el Centro Al Mezan para los Derechos Humanos y el Centro Palestino para los Derechos Humanos que documentaban diferentes actos de violencia cometidos por efectivos militares y paramilitares israelíes en la Franja de Gaza y Cisjordania.
Cabe citar que estas organizaciones defensoras de los Derechos Humanos colaboraron con la Corte Penal Internacional en la demanda iniciada durante 2024 contra Benjamin Netanyahu, por la que el premier israelí fue condenado junto a quien hasta hace poco fuera su ministro de Defensa, Yoav Gallant.