La vigencia de la gesta obrero-estudiantil, fue resaltada desde el MUI por Jere Giordano, quien puntualizó que “como clase trabajadora adentro de la Universidad, le estamos disputando a la elites dominantes qué tipo de universidad queremos y para qué tipo de país la queremos, porque ahí está el gran conflicto”.
El 15 de mayo se cumplieron 56 años del Correntinazo, gesta obrero-estudiantil que tuvo su epicentro en la Universidad Nacional del Nordeste, cuando el entonces interventor de la dictadura encabezada por Juan Carlos Onganía, ordenó que se disuelvan los centros de estudiantes y anunció un aumento del quinientos por ciento de los precios del comedor universitario.
La respuesta no se hizo esperar y a la toma de la Universidad le siguió una verdadera pueblada protagonizada por trabajadores sindicalizados y vecinos en general que hicieron retroceder a la policía provincial. Pero de todos modos, la represión desatada dejó como saldo principal el asesinato del estudiante Juan José Cabral, pese a lo cual el Correntinazo se convirtió en el punto de partida de una serie movilizaciones obrero-estudiantiles que tuvo hitos como el Rosariazo y más tarde el propio Cordobazo.
En este contexto dijeron presente en la nueva conmemoración del Correntinazo el Partido Comunista, La Fede y el Movimiento Universitario de Izquierda (MUI), desde donde Jere Giordano reflexionó que resulta preciso rendir homenaje a los artífices de aquella gesta y en particular a Juan José Cabral, “pensando en el actual contexto económico, social y político que atravesamos como país, lo que lleva a reivindicar todavía más la unión de los movimientos obrero y estudiantil”.
En ese sentido remarcó la forma en que “esa unión permite comprender la raíz profunda del conflicto educativo actual”, pero asimismo la necesidad de la articulación obrero-estudiantil. “Esto es algo que comprendió esa juventud de 1969: que la educación no se puede desligar de las condiciones de vida y de un modelo de país”, resaltó y lamentó que de la mano de las sucesivas gestiones que encabezó Franja Morada, en la Universidad Nacional del Nordeste se viene profundizando una suerte de ola privatizadora.
“Esto se da a través de la terciarización del comedor universitario, las restricciones en los ingresos y también por medio de reiterados intentos de arancelar”, algo en lo que “consiguieron avanzar como en la Facultad de Derecho donde hay dos carreras, las de Martillero Público y Escribanía, que son aranceladas”, al tiempo que a un intento similar llevado a cabo en la Licenciatura en Turismo “logramos pararlo con la movilización del movimiento estudiantil”.
En esa misma tradición que marcó el Correntinazo, el MUI viene siendo protagonista de jornadas como las que, durante 2024, se dieron en el marco de la Marcha Federal Universitaria que salió al cruce de los intentos de la Presidencia Milei de destruir el sistema educativo público, universal y gratuito. “Hoy más que nunca, claramente, aparece este gobierno que desarrolla un ataque directo a la educación pública, por lo que logró que hoy por hoy debamos estar discutiendo directamente educación pública sí o no”, advirtió Giordano y añadió que queda claro que “no fue sólo un mensaje de la campaña de la derecha, eso de instalar el tema de los vouchers, algo que si lo logran representaría directamente decir que la educación es un bien de consumo, pero la educación es y debe seguir siendo un derecho humano”.
Por eso es que “defendemos la idea de que la universidad debe estar unida a un modelo de país…esto es lo que discute la clase trabajadora adentro de la universidad: qué modelo de país queremos para nuestra sociedad, si queremos un perfil de profesionales que sean mano de obra para las multinacionales o si van a ser científicos comprometidos con el pueblo y el desarrollo de un país a través de la ciencia y la tecnología”.
Esto, puntualizó el referente del MUI, “es lo que viene a discutir el movimiento estudiantil organizado en este aniversario del Correntinazo y es algo que tiene actualidad, porque el año pasado con el veto de Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario, hubo grandes marchas en todo el país que acá en Corrientes y en Resistencia fueron muy convocantes”.
Y, en esta misma dirección, sostuvo que “el movimiento estudiantil organizado y movilizado, debe comprender cuando decimos ‘educación pública, gratuita científica y popular’, nos estamos enfrentando a la idea de considerar a la educación como un bien de consumo y no como un derecho humano”. Por eso “como clase trabajadora adentro de la Universidad, le estamos disputando a la elites dominantes qué tipo de universidad queremos y para qué tipo de país la queremos, porque ahí está el gran conflicto”.