Integrantes de las Fuerzas de Apoyo Rápido irrumpieron y ocuparon el local partidario, en el contexto de la escalada que se registra en la guerra civil que atraviesa al país africano.
El viernes pasado, integrantes de las Fuerzas de Apoyo Rápido irrumpieron y ocuparon la sede central del Partido Comunista de Sudán (PCS), en el contexto del avance que durante las últimas semanas llevó a cabo sobre Jartum este grupo paramilitar que anunció que también se hizo con el control del Palacio Presidencial y dos aeropuertos internacionales.
Las Fuerzas de Apoyo Rápido son uno de los actores que resultaron claves para que prosperara el golpe de Estado que tuvo lugar el 25 de octubre de 2021, que disolvió el Consejo de Ministros y el Consejo Soberano de Transición que se había constituido después de que durante 2019 se produjera el derrocamiento de Omar al Bashir.
Pero con el correr de los meses, se profundizaron las discrepancias entre el liderazgo de este grupo y el de las fuerzas armadas regulares de Sudán, lo que desencadenó una nueva profundización de la situación hasta convertirla en una verdadera guerra civil.
Así las cosas y en este contexto, el PCS denunció el “cobarde ataque militar”, pero también advirtió acerca de “la escalada de esta guerra sin sentido”. Y añadió que en el marco del ataque los miembros de las Fuerzas de Apoyo Rápido “llevaron a cabo extensos actos de vandalismo, daño y saqueo de todos los contenidos y bienes del lugar” y se apoderaron del edificio que ahora utilizan como su cuartel general.
Por lo que después de condenar “este acto bárbaro y cobarde”, el PCS exigió “que estas fuerzas desenfrenadas evacuen de inmediato la sede principal del Partido y pongan fin a su ocupación” ya que, “las oficinas de los partidos políticos y los hogares de los ciudadanos no son campos de batalla”. Y alertó que este tipo de actos “constituyen una peligrosa escalada en el curso de esta desastrosa guerra”.