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Por una amplia mayoría, la Asamblea General de la ONU, demandó que Israel deje de atacar a la población de la Franja de Gaza.

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo que es preciso detener el genocidio que con la complicidad de EE.UU. ejecuta Israel contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza, en consonancia con lo determinado el martes pasado por la Asamblea General de la ONU, que por una amplia mayoría de 153 votos a favor, diez en contra y 23 abstenciones, aprobó resolución por la que se insta a establecer un alto al fuego en la zona.

El texto presentado antes al Consejo de Seguridad, exige una solución humanitaria inmediata, un alto de las hostilidades y la liberación incondicional de rehenes, así como que Israel
permita más acceso humanitario a la Franja. Y si bien esta aprobación en el foro no le otorga carácter vinculante al texto, el apoyo confirma la postura de la mayoría de los Estados miembros en consonancia con lo que en reiteradas ocasiones manifestó el secretario general de la ONU, António Guterres.

En este punto, vale recordar que a raíz de la posición adoptada por Guterres, el Estado de Israel lo acusó de ponerse del lado de Hamas “El llamamiento de Guterres a ponerse del lado de Hamas y solicitar un alto al fuego deshonra su posición”, escribió el ministro de Exteriores israelí, Eli Cohen, el mismo que el domingo pasado estuvo en Buenos Aires festejando la asunción presidencial de Javier Mieli.

Por eso a nadie debe sorprender que en lo que significa un cambio en su postura histórica, Argentina se abstuviera en la votación por la que se plasmó el clamor a favor del establecimiento de un paréntesis a los ataques, de carácter humanitario e inmediato. Por su lado, entre los que votaron en contra junto a Israel y EE.UU., aparecen Austria, República Checa, Guatemala y Paraguay.

La resolución de la Asamblea de la ONU llega en momentos en que, en sólo dos meses, los ataques israelíes contra la Franja de Gaza dejaron un saldo de al menos 18 mil personas asesinadas, en su mayoría niños, así como cerca de cincuenta mil heridos y una destrucción casi total de la infraestructura sanitaria y administrativa de esta zona del territorio palestino en la que desde hace varios días el ejército de Israel también lleva a cabo incursiones terrestres.

De todos modos, el veto de EE.UU. consiguió que se bloquee una resolución similar en el Consejo de Seguridad, donde las votaciones que se hacen sí tienen carácter vinculante y pese a que funcionarios de la ONU advierten que con la infraestructura vital reducida a escombros y el acceso limitado al agua, las medicinas y los alimentos, más habitantes de Gaza podrían terminar muriendo de enfermedades que de bombas y misiles, pero también a causa del hambre. “Estamos en un punto de quiebre”, alertó Guterres antes de añadir que “existe un alto riesgo de
colapso del sistema de apoyo humanitario en Gaza”, algo que no dudó en denunciar “tendría consecuencias devastadoras”.