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El parlamento de EE.UU. aprobó una nueva partida de cincuenta millones de dólares para financiar a grupos que perpetran acciones subversivas en Cuba.

El viernes pasado la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó un refuerzo de cincuenta millones de dólares para abastecer de recursos frescos a grupos que perpetran acciones subversivas en Cuba, en un paquete que pone particular atención en aquellos que llevan a cabo campañas de manipulación desde la industria massmediática y, en particular, desde redes sociales.

Esto forma una parte del plan criminógeno y sistemático que Washington perpetra desde hace más de seis décadas contra Cuba que, vale recordarlo, contempla entre otras cosas sanciones que impone a instituciones bancarias y empresas de todo el mundo, para evitar que comercien con  La Isla y así provocar el ahogo de su economía.

A principios de 2021 cuando Cuba todavía atravesaba el peor momento de la pandemia, proliferaron acciones desestabilizadoras que se montaban sobre las condiciones que el propio Covid-19 había profundizado y que, en estos días, volvieron a aparecer a caballo del malestar que generó entre buena parte de la población una serie de cortes en el suministro de energía eléctrica.

“EE.UU. no está detrás de las protestas y esas acusaciones son absurdas”, se apresuró a señalar el vocero del Departamento de Estado mientras que, con inocultable cinismo la embajada estadounidense instaba al gobierno cubano a atender “las necesidades legítimas del pueblo cubano”.

Sobre el programa que los legisladores estadounidenses aprobaron el viernes, desde el corazón mismo de la gusanera, el congresista Mario Díaz-Balart celebró que la norma representa un incremento del veinticinco por ciento en relación con la autorizada durante 2023 para lo que sin sonrojarse denomina “promoción de la democracia en Cuba”.

Se trata de programas destinados, principalmente, al desarrollo de acciones subversivas contra La Habana y campañas de manipulación que se perpetran para influenciar a la opinión pública global contra Cuba.

Básicamente, estas sumas que se canalizan por medio del Departamento de Estado, favorecen el accionar de agencias como la NED y la Usaid que son las encargadas de repartir el botín entre las organizaciones del lobby anticubano en La Florida y de reclutar mercenarios, incluso, dentro de la misma Isla.

Con este telón de fondo, el Partido Comunista de Cuba advirtió sobre el incremento del accionar de “los enemigos de la Revolución”, que actúan con “carácter oportunista y manipulador”, tras lo que denunció la injerencia estadounidense en los episodios que tuvieron lugar días atrás con el fin de “alentar acciones que contravengan la calma habitual, el orden interior y la paz que caracteriza a nuestra sociedad”.

Y, en tal sentido, denunció que el gobierno de EE.UU. y su delegación diplomática en La Habana “actuaron enviando mensajes manipuladores de la realidad y en un acto de cinismo, asumieron preocupación por el respeto de los derechos humanos de nuestra comunidad, desde una falta total de autoridad moral, porque son responsables de la situación económica que afecta a la población cubana, como consecuencia del bloqueo y los efectos de la injusta inclusión de nuestros país en su espuria lista de estados supuestamente responsables del terrorismo”.