A dos semanas del inicio de clases en la Ciudad de Buenos Aires, se repiten los accidentes y los problemas en muchísimas escuelas porteñas, producto de la desinversión. “La educación no es una prioridad para Larreta”, dijo Ernesto Gorini, dirigente estudiantil y docente de la Fede Capital.
“La Ciudad de Buenos Aires es el Distrito que más podría invertir en educación, pero mantiene una política sostenida de abandono y desinversión” dijo Ernesto Gorini, estudiante del Profesorado Mariano Acosta y dirigente de la Fede Capital, cuando a dos semanas de iniciadas las clases se repiten los problemas y accidentes en las escuelas públicas por falta de inversión. “La educación no es una prioridad para Larreta”, sentenció el dirigente juvenil.
Durante la primera semana de clases resultó significativo el conflicto desatado en torno a la escuela número 1 Bernardino Rivadavia, “El Riva”, del barrio porteño de Constitución. Allí, la comunidad educativa en su conjunto se movilizó y cortó calles para reclamar por la falta de obras. Al respecto, Gorini remarcó que “en la Ciudad el presupuesto educativo está subejecutado, situación que de hecho promueve la educación privada”. Esto tiene consecuencias directas sobre la calidad y las condiciones educativas que logran ser visibilizadas gracias al trabajo y al compromiso de las familias y las comunidades educativas, de los centros de estudiantes y de los sindicatos. “Para nosotros es muy significativa toda la movida que se armó en torno al Riva, porque demuestra la capacidad de movilización de estudiantes y trabajadores”. El Riva está con peligro de derrumbe y es un exponente de la política educativa del larretismo.
Por estos días también tomó relevancia la explosión que se produjo recientemente en la Escuela Número 8 de Boedo, donde explotó un tablero eléctrico que provocó quemaduras de segundo grado a un trabajador de la escuela. “Estas situaciones de altísimo riesgo se explican por el abandono y la falta de mantenimiento”, remarcó.
Otro hecho riesgoso tuvo lugar en el Bernasconi, donde se cayó la mampostería de un aula y un pedazo de techo golpeó la cabeza de un papá que estaba en la escuela y le produjo un corte que tuvieron que suturar.
“Todos estos hechos son consecuencia directa de la falta de inversión en educación pública, en todas las áreas que hacen a la educación: salario, material didáctico, formación, e infraestructura”, explicó Gorini. “Esta situación no puede ser desligada de un modelo de educación propio del neoliberalismo”, agregó y subrayó que “es inevitable para los docentes no acordarnos de las muertes de Sandra y Rubén en Moreno cuando Vidal era gobernadora de la provincia”.
Sin embargo, a pesar del maltrato y la desinversión macrista en la Ciudad, muchas familias y trabajadores de la educación continúan apostando por la educación pública. “¿Qué ofrece el gobierno porteño? Falta de vacantes, que hoy afectan a más de treinta mil familias”, sentenció.
En contraposición, “el Gobierno de la Ciudad le otorga cada vez más beneficios a las escuelas de gestión privada, especialmente subsidios, cosas que no pasan por ejemplo en la escuela que yo trabajo, que no es una escuela pública sino un centro educativo de gestión social, una cooperativo de trabajo, Mundo Nuevo, con sede en Villa Crespo”. La escuela, que tiene más de cincuenta años de vida y casi ochenta asociados, corre riesgo de desalojo y la Ciudad nunca acercó una solución.