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“La condena de los policías que mataron a Blas Correa se logró por cómo se sintió conmovida la juventud y gran parte de la población cordobesa que salieron exigir justicia”, señaló el militante de La Fede de Córdoba, Bruno Lonatti.

En la provincia de Córdoba, con las condenas a los asesinos de Blas Correa, se sentó un interesante precedente en cuanto a fallos judiciales sobre violencia institucional, algo que de acuerdo al militante de la Federación Juvenil Comunista de esta provincia, Bruno Lonatti, fue posible “por cómo el caso conmovió a la juventud y gran parte de la población cordobesa que salieron exigir justicia”.

Como se recordará, Blas Correa tenía 17 años cuando fue asesinado por los disparos efectuados por policías provinciales, mientras transitaba en un vehículo con tres amigos, en agosto de 2020. Javier Alarcón y Lucas Gómez fueron los que dispararon y recibieron condenas a prisión perpetua, mientras que otros nueve efectivos y altos mandos policiales cordobeses fueron condenados a penas de entre dos a cinco años porque la Cámara del Crimen de la ciudad de Córdoba, determinó que tienen responsabilidad penal en el asesinato y su posterior encubrimiento.

Durante la madrugada del 6 de agosto de ese año y junto a tres de sus amigos, Blas Correa volvía de cenar a bordo de un auto, pero al acercarse a un control vehicular de la Policía de Córdoba, el conductor divisó que uno de los agentes tenía el arma en mano y se asustó, por lo que su reacción fue acelerar. Los efectivos policiales efectuaron disparos de los que uno impactó en la espalda de Blas Correa y otro hirió a uno de sus acompañantes, mientras que los otros impactaron en el vehículo.

El joven fue llevado por sus amigos al Sanatorio Aconcagua, donde le negaron la atención, por lo que desesperados lo condujeron al Hospital de Urgencias, pero al arribar ya estaba muerto. Mientras pasaba esto, en la escena del crimen, los policías ahora condenados se ocupaban de plantar un arma y preparar una cadena de complicidades con la que sustentar la idea de que hubo un enfrentamiento.

“Fue una causa ampliamente tomada por el pueblo de Córdoba”, señaló Lonatti y añadió que esto generó que “las presiones que se llevaron hacia el tribunal fueran importante, lo que fue el motor para que se haga una condena ejemplar, algo que no se suele ver en estos casos”.

En el encubrimiento también participaron los subcomisarios Enzo Quiroga y Sergio González, así como los comisarios inspectores Jorge Galleguillo y Walter Soria quienes no denunciaron el crimen pese a que estaban al tanto de cada movimiento que se hizo para encubrirlo. Por su parte, el comisario inspector Juan Antonio Gatica también fue encontrado culpable de haber participado de las maniobras de encubrimiento, en tanto que el cabo Leandro Quevedo y el oficial ayudante Ezequiel Vélez, también fueron condenados porque mintieron en sus declaraciones, para favorecer la coartada de sus compañeros.